La paradoja de Alcoa: el precio del aluminio alcanza máximos de 13 años en plena crisis energética

El alto coste energético contribuye a disparar el precio del aluminio por encima de los 3.000 dólares la tonelada

Imagen de archivo con una manifestación de la industria electrointensiva, con trabajadores de Alcoa, Ferroatlántica y Celsa / CIG

Imagen de archivo con una manifestación de la industria electrointensiva, con trabajadores de Alcoa, Ferroatlántica y Celsa / CIG

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La gran industria denuncia la asfixia a la que la aboca la escalada del precio eléctrico. Este lunes, sin ir más lejos, el grupo vasco Sidenor, uno de los pretendientes de la planta de Alcoa en San Cibrao, anunció que pararía su actividad durante 20 días debido al “desorbitado precio de la electricidad”. No obstante, en el mercado se producen curiosas paradojas y es que, precisamente debido al alza de los costes energéticos, el valor del aluminio se ha disparado este lunes, llegando a los 3.040 dólares la tonelada, según el LME, la Bolsa de Metales de Londres.

El aluminio no alcanzaba un precio semejante desde 2008, hace trece años. Un dato ejemplifica la evolución de la escalada: a finales de julio de 2019, cuando se sello el traspaso de las plantas de Alcoa en A Coruña y Avilés al fondo suizo Parter, que después las revendería a Grupo Industrual Riesgo, el precio del aluminio estaba en unos 1.781 dólares la tonelada.

Los costes de la industria aluminera

Aunque el aluminio acumula una escalada de precios desde principio de año, en este momento, los analistas indican que la propia crisis energética contribuye al rally del metal. Y es que, según explica Bloomberg, cada tonelada de aluminio requiere alrededor de 14 megavatios hora de energía para producir. La industria del aluminio es, a nivel mundial, una de las grandes consumidoras de energía, motivo por el que, en este momento, su precio también se dispara.

Hay que tener en cuenta, no obstante, que en la escalada del precio del aluminio también ha influido la contención de la producción del mercado chino, derivada de la necesidad del país de reducir sus emisiones de carbono. En distintas ocasiones, a la largo de estos meses, Alcoa ha insistido en que, a pesar del alza de los precios del aluminio —algo que se nota en su cuenta de resultados a nivel global, que ha regresado a los beneficios millonarios–, la planta de San Cibrao no es rentable con el actual precio eléctrico.

Alcoa hace números

La multinacional americana asegura en su web que, en la actualidad, cada tonelada de aluminio producido en San Cibrao implica un gasto de 1.671 dólares en energía, frente a los 887 dólares que, de media, habría pagado la planta el año pasado , según sus cálculos y los 580 dólares que computa, de media, a la industria.

Aseguran los de Pittsburgh que «la evolución histórica de los precios finales de energía pagados» por la planta de aluminio de San Cibrao ha pasado de una medida de 35 euros por megavatio hora en el periodo 2013-2017 a incrementarse hasta los 50 euros Mwh en 2018-2020 y a dispararse hasta el entorno de los 90 euros en la actualidad, “incluso con las medidas regulatorias de compensación de CO2 y el Estatuto del Consumidor Electrointensivo aprobado en diciembre de 2020”.

Compra de la SEPI

Mientras tanto, los trabajadores de Alcoa en San Cibrao continúan con sus movilizaciones. En el actual escenario, demandan que la mejor salida para garantizar la continuidad de la planta pasa por la intervención pública y que esta sea adquirida por la SEPI.

«Seguimos sin noticias del Gobierno ni de Alcoa, y con la necesidad de que, de una vez por detas, den ese paso de valentía de meter a la SEPI en la operación«, indica el comité de empresa.

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