Resonac afronta la construcción de su planta en A Coruña tras perder 120 millones

El grupo japonés se ha anotado pérdidas por valor de 118 millones de euros en 2023 tras sufrir un recorte de ventas de casi el 8%, pero vaticina su vuelta a beneficios este año

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y la conselleira de Economía, María Jesús Lorenzana, durante su visita a las instalaciones de Resonac en A Coruña / Xunta

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y la conselleira de Economía, María Jesús Lorenzana, durante su visita a las instalaciones de Resonac en A Coruña / Xunta

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Una de cal y otra de arena para Resonac. La firma nipona anteriormente denominada Showa Denko ha despedido su ejercicio fiscal 2023 con sus cuentas teñidas de rojo, pero espera darle la vuelta a la situación de cara a este 2024. La compañía ha hecho públicos sus resultados del año pasado, en los cuales se reflejan unas pérdidas por valor de 19.000 millones de yenes (unos 118 millones de euros al cambio actual).

Estas cifras contrastan con el beneficio neto de 32.400 millones de yenes (unos 200,6 millones de euros) cosechado en 2022. Resonac entra, de esta manera, en zona de pérdidas tras registrar un descenso del 7,5% en sus ventas. En concreto, su cifra de negocio disminuyó hasta situarse en los 7.980 millones de euros ante la adversa situación del mercado.

Plan de ajuste en Resonac

Y es que Resonac da cuenta en su presentación de resultados de que sus ventas en los segmentos de semiconductores y materiales electrónicos «se vieron fuertemente afectados por una desfavorable condición del mercado». Es precisamente en estos dos sectores en los que Resonac pone el foco para su crecimiento de cara a 2030. Estos representan en estos momentos el 26% del negocio de la compañía nipona, porcentaje que la empresa con planta en A Coruña quiere elevar hasta el 45% al cierre de la década.

Es por ello que desde Resonac han dejado fuera a estos dos segmentos de su plan de ajuste. La compañía ha anunciado este miércoles que segregará parcialmente su negocio petroquímico para lanzar una spin-off y que reorganizará su negocio de discos duros tras causarle unas pérdidas cercanas a los 63 millones de euros a lo largo de 2023.

Resonac, que proyecta la puesta en marcha de un centro de I+D de semiconductores en Sillicon Valley que se ha aliado con el fabricante nipón de motocicletas Kawasaki para desarrollar una planta de hidrógeno, ha visto empañada su cuenta de resultados en 2023, pero prevé un golpe de efecto de cara a este 2024.

No en vano, la compañía avanza su previsión de «incremento de ingresos» con el objetivo de «volver a beneficios». «Con la fuerte recuperación del mercado esperada para la segunda mitad del año, los segmentos de semiconductores y materiales electrónicos volverán a la senda del crecimiento», apunta la firma. En este sentido, Resonac también espera que salga de números rojos su división de discos duros como consecuencia de la «reforma estructural» a la que será sometida.

El plan de Resonac en A Coruña

Resonac afronta con este panorama un 2024 clave para su nuevo proyecto en A Coruña. La compañía desembarcó en la ciudad herculina con la compra en 2016 de la antigua planta de SGL Carbón en el polígono de A Grela. Desde allí la firma japonesa produce electrodos de grafito para hornos de arco eléctrico, una actividad que la compañía quiere complementar con su incursión en otros dos segmentos.

La firma asiática anunció el mes pasado que activaba una inversión de nueve millones de euros para la creación y puesta en marcha de una planta piloto con la que completará el proceso de producción de grafito para ánodos de baterías de coches eléctricos en A Grela. Esta planta piloto estará operativa en la segunda mitad de 2025 y servirá como banco de pruebas para calibrar la rentabilidad de levantar una factoría capaz de producir este tipo de materiales a gran escala.

En el caso de llevarse a cabo, Resonac contempla una inversión cercana a los 400 millones de euros para producir unas 60.000 toneladas anuales de grafito. Estas instalaciones se ubicarían sobre los terrenos de la antigua planta de Alcoa y Alu Ibérica. El juzgado adjudicó el pasado mes de octubre los antiguos terrenos y la planta de Alu Ibérica a Resonac e Ignis. Ambas compañías concurren en alianza para dotar de una nueva vida a esta parcela.

Su objetivo pasa por asentar en sus 50.000 metros cuadrados de superficie la futura planta de grafito de Resonac, así como una planta de hidrógeno operada por Ignis que sería complementaria con el proyecto que la firma tiene actualmente en marcha en el puerto exterior de Punta Langosteira.

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