Tensiones en la negociación para la venta de El Correo Gallego

Discrepancias entre José Manuel Rey Novoa y el comprador, Carlos Alfonso García Martín, un día después de que anunciase la operación a la cúpula del diario

Sede del Grupo Correo Gallego / Google Maps

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Un día después de que José Manuel Rey Novoa, máximo accionista de Editorial Compostela, anunciase a la cúpula de El Correo Gallego la venta del diario al empresario Carlos Alfonso García Martín, surgen las primeras diferencias en unas negociaciones que se presentaron prácticamente cerradas, con un acuerdo que estaría condicionado a una due diligence y al desembolso de importe pactado. También se firmaron unos plazos. Rey Novoa anunció el mismo lunes a su equipo el acuerdo, y presentó a los compradores, Carlos Alfonso García Martín y su socio Carlos Orozco, en la sede del diario.

Sin que hayan trascendido las diferencias entre las partes, las reticencias surgen casi al mismo tiempo que trasciende la operación, adelantada por Economía Digital Galicia a mediodía de este martes. Carlos Alfonso García Martín y Carlos Orozco incluso habrían trasladado parte de sus nuevas iniciativas para Editorial Compostela en el encuentro mantenido con la cúpula del diario.

La operación

La operación de venta condicionada, firmada ante notario, estaría vinculada al cumplimiento de determinados acuerdos entre las partes y, de llevarse a cabo en todos sus extremos, dará entrada en El Correo Gallego como primer accionista a un controvertido empresario, García Martín, en su día condenado por estafa y falsedad documental a una pena de prisión de cuatro años y seis meses.

Rey Novoa, con quien Economía Digital ha intentado ponerse en contacto para conocer más detalles sobre el proceso de venta, sin recibir respuesta por su parte, se desprendería del 60% del capital, para quedarse aproximadamente con cerca de un 40%. También habría pactado su permanencia temporal en la dirección del periódico y una presidencia honorífica, según las fuentes consultadas.

El rol de los acreedores

Las negociaciones de venta de Editorial Compostela, de las que sus principales acreedores no estarían al tanto, llegan tras una profunda reestructuración de la compañía. La última operación de saneamiento llegó de la mano de Xesgalicia, brazo financiero del Igape, que en 2018 concedió al grupo un préstamo de 2,5 millones. El préstamo, ordinario y con garantía, se formalizó con un período de carencia de dos años, hasta el 31 de diciembre de 2020.

El acuerdo de reestructuración de Editorial Compostela, que incluyó quitas significativas, permitió a la editora de El Correo Gallego la reducción de su pasivo financiero en 10,4 millones de euros en 2018, al tiempo que se lograron renovar las posiciones restantes, tanto con entidades de crédito como con otros acreedores.

Las compras fallidas de García Martín

Esa es la pista sobre la que aterrizaría el controvertido Carlos Alfonso García Martín, que uniría su primera incursión en medio de comunicación a una serie de operaciones frustradas de compra de empresas, que calcaron el proceso iniciado ahora con Editorial Compostela. Es el caso de Isidro de la Cal, ahora en liquidación, y de Ipasa, propietaria de la cadena Sanbrandán.

Poco después del anuncio de acuerdo de compra de Isidro de la Cal, el entonces consejero delegado, Pablo García-Gascó, anunció que la venta a García Martín quedaba anulada. Según indicaron los sindicatos en su momento, el directivo alegó que “no se habían materializado las condiciones que se habían pactado en ese acuerdo”.

Condena por estafa y prisión

García Martín fue condenado en 2003 por la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña a una pena de prisión de cuatro años y seis meses por un delito continuado de estafa y un delito de falsedad en documento mercantil. El empresario fue condenado por urdir una estafa bancaria, según la sentencia, a través de una ficticia entidad denominada AC Bank, que se ubicaba en el Polígono do Tambre, en Santiago, y que nacía para financiar empresas en apuros. El empresario pasó algo más de año y medio en prisión.

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