Atlas de la Sostenibilidad: Lugo, el atractivo de la isla urbana
Lugo es la capital administrativa y funcional de la provincia, concentrando servicios públicos, educación universitaria, sanidad especializada y comercio, aunque ha experimentado una pérdida sostenida de población en las últimas décadas debido al envejecimiento y a la emigración

Lugo opera como una “isla urbana” en medio de un territorio predominante rural representado un casi único dentro del sistema metropolitano gallego. La tercera edición del Atlas Urbano de la Sostenibilidad, proyecto editado por Economía Digital Galicia, la sitúa en cuarta posición en la comparativa entre las principales urbes gallegas y sus respectivas áreas de influencia tras obtener 46,29 puntos sobre 100, por detrás de A Coruña, Santiago y Vigo.
A diferencia de las otras seis principales ciudades de Galicia, Lugo no conforma una conurbación ni continuidad urbana significativa con los concellos colindantes, característica provocada, en parte, porque la gran extensión del territorio municipal permite absorber tanto el núcleo urbano central como áreas periurbanas y rurales dentro de sus límites administrativos.
Dentro de los indicadores analizados en el Atlas son cuatro en los que muestra un comportamiento correcto. El primero de ellos es el de innovación y tecnología, gracias a una dinámica emprendedora sostenida y capacidad de captación de talento, a pesar de no tener un potente tejido industrial o un gran campus tecnológico. El año pasado, la ciudad albergaba a 23 empresas tecnológicas, 13 de ellas startups, que daban empleo a 245 personas del sector.
El segundo es el de crecimiento económico. Lugo se erige como polo administrativo clave, si bien su estructura productiva muestra ciertos signos de fragilidad y dependencia del sector público. La tasa de paro alcanza el 8,1%, cifra que disminuye en Outeiro de Rei (4,6%) y O Corgo (6,4%).
También presenta un buen comportamiento en sostenibilidad ambiental, con una calidad del aire aceptable, aunque el elevado volumen de emisiones de dióxido de carbono y el incremento de riesgos por cambio climático son elementos de vulnerabilidad que requieren una mayor atención.
Por último, respecto a la demografía, presenta una estructura singular puesto que no configura un área urbana en sentido estricto, pero tiene dinámicas urbanas concentradas en la capital. La edad media es elevada en los tres municipios del área, superando la media gallega y europea: Lugo, 53,8 años; Outeiro de Rei, 48,1; y O Corgo: 55,1.
Vivienda y movilidad
El de vivienda es uno de los indicadores con un comportamiento “regular”. Con un mercado residencial con precios relativamente contenidos ofrece alquileres más asequibles entre las grandes urbes gallegas. A pesar de ello, el 84% de las viviendas tienen más de 20 años, algo que evidencia la necesidad de políticas de eficiencia energética y renovación urbana. Además, el 34% de las viviendas de las viviendas de la ciudad son segundas residencias, un porcentaje que crece en concellos como Outeiro de Rei (37,1%) o Corgo (41%), algo que sugiere que el área de influencia funciona como reserva de vivienda vacacional, de fin de semana o infrautilizada.
El segundo es el de movilidad y transporte. “La movilidad responde a la configuración de Lugo como capital provincial aislada en términos urbanos, es decir, a una estructura condicionada”, señala el Atlas. En cuanto al parque de vehículos por 100 habitantes, asciende en Lugo a 54,7, ligeramente por debajo de la media europea. En Outeiro de Rei (78) y O Corgo las cifras son notablemente mayores con un 78 y un 81,5 respectivamente.
Turismo, la asignatura pendiente
El turismo es el único indicador en el que Lugo suspende. Con una posición discreta, centrada en cultura, patrimonio y turismo urbano, sin presión significativa sobre la vivienda ni masificación. La ocupación media hotelera es de 1,85 días, algo que sugiere visitas cortas, como viajes de fin de semana o por motivos profesionales. Esto es consecuencia de un bajo índice de turismo extranjero (2,7%), una mayor vinculación con el turismo nacional y de proximidad (31,7%) y que es un destino regional consolidado sin internacionalización acusada. A ello habría que sumar la ausencia de infraestructura portuaria de pasajeros, algo que también limita la diversificación.