Acciones integrales para ciudades sostenibles

El análisis realizado en el Atlas Urbano de la Sostenibilidad en Galicia permite extraer algunas conclusiones y también detectar algunas carencias que alertan de que es urgente una planificación integral, holística y ambiciosa para poder avanzar en la construcción de ciudades sostenibles

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Podría ser peor. Pero también existen amplios márgenes de mejora. Ese es el panorama que nos pinta el Atlas Urbano de la Sostenibilidad en Galicia, un esfuerzo de investigación sociológico a partir de los datos estadísticos disponibles y que nos permiten componer una fotografía de la realidad de las principales ciudades gallegas y de los pasos dados para la construcción de un urbanismo acorde con los principios de la sostenibilidad.

El estudio presenta datos aceptables, de “aprobado general”, como sostiene Xosé Gabriel Vázquez, coordinador del proyecto. Sin embargo, el análisis permite extraer algunas conclusiones y también detectar algunas carencias que alertan de que es urgente una planificación integral, holística y ambiciosa para poder avanzar en la construcción de ciudades sostenibles y que contribuyan de manera decisiva a la lucha contra el cambio climático.

Algunos ejemplos claros los constituyen ciudades como Pontevedra y Santiago de Compostela, dos casos diáfanos de la apuesta por la peatonalización y por alejar los coches del centro urbano, pero que presentan datos deficientes sobre transporte público o el acceso a la vivienda. El análisis sobre las viviendas apunta que A Coruña y Vigo son las ciudades con mejores indicadores y se sitúan por encima de la media en el transporte público, aunque obtienen las peores notas sobre contaminación atmosférica y acústica.

Para transformar las principales urbes gallegas en espacios plenamente sostenibles, las autoridades deben actuar de manera integral en todos los ámbitos y planificar a largo plazo

Estos datos indican que las ciudades realizan esfuerzos notables en algunos ámbitos de la sostenibilidad, pero relajan su atención en otros. Sin embargo, para transformar las principales urbes gallegas en espacios plenamente sostenibles, las autoridades deben actuar de manera integral en todos los ámbitos y planificar a largo plazo. De no hacerlo, el riesgo es que los esfuerzos realizados, ya sea en peatonalización, mejora del transporte público o creación de nuevos espacios verdes, se conviertan en una piedra en un estanque, que genera ondas sobre la superficie, pero insuficientes para cambiar el estado del agua. 

Son tiempos de evaluaciones para las autoridades locales y es el momento de que asuman con ambición la necesidad de desarrollar proyectos de transformación urbana que conviertan a las ciudades en espacios sostenibles. Es imprescindible actuar sobre el transporte público y la reducción de los desplazamientos en vehículos de combustión, con nuevas propuestas de movilidad, como el uso de la bicicleta con más carriles bici o de patinetes, además de la instalación de estaciones de recarga para los coches eléctricos.

También se debe impulsar el acceso a espacios verdes y facilitar la peatonalización de las ciudades, además de mejorar la gestión de los residuos urbanos y reducir la contaminación del agua. Asimismo, es perentorio apostar por una arquitectura plenamente sostenible, mediante la rehabilitación de los edificios ya existentes para hacerlos más eficientes y apostar por la construcción de los nuevos con materiales que permitan alcanzar la neutralidad en la emisión de CO2 (madera, etc.) y de acuerdo con los criterios Passivhaus, para reducir las necesidades de climatización.

Las ciudades deben trabajar también para garantizar la igualdad, la integración social y la formación de todos los miembros de la comunidad

Para ser sostenibles, las ciudades deben trabajar también para garantizar la igualdad, la integración social y la formación de todos los miembros de la comunidad. Por tanto, deben implantar medidas que faciliten el acceso a derechos básicos, como la educación, la sanidad o la vivienda.

Esta batalla también afecta al conjunto de la sociedad, porque los ciudadanos deben mantener una actitud exigente ante las autoridades en la aplicación de estas medidas y, a la par, estar comprometidos en todos sus ámbitos de actuación, ya sea el doméstico, el social o en el desarrollo de las actividades económicas, para alcanzar la sostenibilidad de los espacios urbanos. 

Gestión adecuada de los recursos, mayor uso del transporte público, reducción de los desplazamientos en vehículos de combustión, apuesta por viviendas sostenibles y mayor compromiso con la economía circular y el comercio local, son algunos aspectos de la vida cotidiana en los que se puede incidir directamente.

Como demuestra el Atlas Urbano de la Sostenibilidad en Galicia, la mala calidad del aire, provocada por la contaminación atmosférica, del agua (mala gestión de los residuos) o no disfrutar de espacios verdes incrementa las tasas mortalidad. Por tanto, se trata de impulsar la construcción de ciudades plenamente sostenibles porque es apostar por mejorar nuestra calidad de vida. Y por la vida misma. 

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