IA en tránsito: de tareas estrechas a mentes generales y redes sin dueño
Vamos al gran salto de la Inteligencia Artificial, pasando de habilidades estrechas a cerebros distribuidos y soberanos

¿Imaginas un futuro donde la inteligencia no pertenece a nadie y las máquinas negocian entre sí sin supervisión humana? Este escenario, que hasta hace poco sonaba a ciencia ficción, ya está en construcción gracias a la convergencia entre IA y blockchain.
Europa se prepara para invertir más de 200.000 millones de euros en subvenciones y programas de financiación destinados a acelerar el desarrollo y adopción de la inteligencia artificial en empresas y administraciones. Este impulso no solo busca fomentar la competitividad y la innovación, sino también garantizar que la IA se construya con criterios éticos, sostenibles y abiertos. En este contexto, entender la diferencia entre la IA actual, los retos de la AGI y el papel del blockchain resulta clave para aprovechar estas oportunidades y no quedar al margen del nuevo mapa tecnológico global.
Hoy muchos identifican la IA con herramientas como ChatGPT o Copilot (IA generativa), que crean texto o imágenes de forma sorprendente. Pero esta IA es un ejemplo de IA estrecha, diseñada para tareas concretas y sin comprensión real del mundo. Por contraste, la AGI (Inteligencia Artificial General) aspira a razonar, aprender y actuar como un humano en cualquier contexto.
Además, hablamos de blockchain, una tecnología de registro distribuido que permite almacenar datos y transacciones de forma segura, transparente y sin necesidad de intermediarios centrales. Esta base técnica es la que posibilita crear ecosistemas descentralizados de IA, gobernados por la comunidad y resistentes a monopolios corporativos.
En este artículo exploramos esa diferencia, la burbuja de startups que solo “envuelven” modelos y el prometedor puente entre IA y blockchain que abre la puerta a un futuro descentralizado.
¿Estamos preparados para un mundo donde la inteligencia no tenga dueño y las decisiones sean realmente colectivas?
IA estrecha vs. AGI: la gran frontera
Actualmente, la mayoría de los sistemas de IA que utilizamos son la estrecha o narrow AI. Se trata de algoritmos potentes, pero diseñados para funciones muy específicas: recomendaciones personalizadas, reconocimiento de imágenes médicas, etc. Su eficacia reside en la especialización. Sin embargo, carecen de la capacidad de transferir conocimientos entre dominios o de tomar decisiones autónomas en contextos nuevos.
Por el contrario, la Inteligencia Artificial General (AGI) representa el siguiente gran salto: una inteligencia capaz de aprender, adaptarse y resolver problemas en cualquier ámbito, con razonamiento y creatividad comparables (o superiores) a los de un humano. Aunque esta sigue siendo un horizonte futuro —con estimaciones que la sitúan entre 2030 y 2070—, aunque ya conozco proyectos españoles que están en ello, su desarrollo plantea desafíos técnicos y éticos de gran calado, desde la alineación de objetivos hasta el control y la responsabilidad de sus acciones.
Esta distinción es clave para entender el debate actual, mientras la IA estrecha transforma sectores enteros mediante la automatización de tareas, la AGI promete una revolución aún mayor, redefiniendo el papel de la inteligencia en la economía y la sociedad.
La burbuja de las startups IA: lecciones del presente
Según el artículo «99% of AI startups will be dead by 2026» de Srinivas Rao, el ecosistema actual está plagado de startups que dependen casi exclusivamente de APIs y modelos base de grandes corporaciones (como OpenAI, Anthropic o Gemini). Estas empresas suelen limitarse a construir capas superficiales — interfaces bonitas, flujos conversacionales, dashboards atractivos o casos de uso muy específicos — pero no poseen ni controlan la infraestructura fundamental: los datos, los modelos base y, especialmente, el hardware.
Esta dependencia crea un riesgo estructural enorme. Las principales amenazas que podrían borrar del mapa al 99 % de estas startups son tres:
- Dependencia del hardware: actualmente, compañías como NVIDIA controlan gran parte del mercado global de GPUs, generando un cuello de botella que encarece y limita el acceso a recursos críticos para entrenar y desplegar modelos avanzados.
- Riesgo regulatorio: marcos normativos emergentes (como la Ley de IA de la Unión Europea o el AI Act) buscan garantizar el uso ético y transparente de la inteligencia artificial, pero podrían restringir el acceso a ciertos modelos o imponer barreras adicionales a soluciones basadas en APIs externas.
- Cambio tecnológico disruptivo: la llegada de modelos más ligeros, optimizados y capaces de ejecutarse localmente (edge AI) puede volver obsoletos muchos de los enfoques basados en la simple “envoltura” de modelos centralizados.
Este fenómeno refleja una tensión creciente entre la IA estrecha (narrow AI) — enfocada en tareas concretas y altamente dependiente de terceros — y la futura AGI (Artificial General Intelligence), que aspira a operar con autonomía plena, aprendiendo y razonando en cualquier contexto. Solo quienes logren construir y controlar toda la infraestructura (datos, modelos, hardware e incluso mecanismos de gobernanza) podrán adaptarse y liderar la transición hacia sistemas más avanzados, sostenibles y éticamente responsables.
En este contexto, la combinación de IA y blockchain emerge como una vía estratégica para reducir la dependencia de grandes plataformas, democratizar el acceso y fomentar ecosistemas verdaderamente colaborativos. Proyectos como SingularityNET (AGIX) o Fetch.ai están explorando precisamente esta línea, creando arquitecturas distribuidas que buscan devolver el control al usuario y construir una inteligencia más abierta y soberana.
La lección es clara, para sobrevivir en el ecosistema IA, no basta con un interfaz bonito o un chatbot funcional; se necesita control real sobre datos, modelos y hardware. Invertir en infraestructura propia y en alianzas estratégicas será clave para diferenciarse y resistir futuras disrupciones.
IA + Blockchain: el puente hacia la AGI descentralizada
A medida que la inteligencia artificial avanza, surge una pregunta clave: ¿cómo garantizar que el poder y el control sobre estos sistemas no quede concentrado en unas pocas manos? Aquí es donde blockchain entra en juego. Gracias a su capacidad para registrar datos de forma segura, transparente y sin intermediarios centrales, esta tecnología ofrece la base perfecta para crear arquitecturas distribuidas y gobernadas por la comunidad. La combinación de IA y blockchain abre la puerta a un modelo donde la inteligencia se comparte y se controla colectivamente, evitando monopolios y fomentando un acceso más democrático y ético.
Aquí entra en escena una tendencia emergente y fascinante: la combinación de IA y blockchain a través de proyectos como FET, AGIX y OCEAN. En concreto FET busca crear un ecosistema descentralizado de agentes autónomos de IA capaces de operar sin intervención humana directa en campos como logística, trading o gestión energética. Estos agentes pueden negociar rutas, optimizar recursos y comunicarse con dispositivos IoT, y el token FET se utiliza para pagar servicios, acceder a recursos y participar en la gobernanza mediante staking, que permite a los usuarios bloquear o “apostar” sus tokens en la red para ayudar a validar transacciones y asegurar el funcionamiento de la cadena.
Por otro lado, SingularityNET (AGIX) tiene como objetivo construir un mercado abierto y descentralizado de servicios de IA, evitando la dependencia de grandes corporaciones. Este proyecto ofrece un marketplace donde se pueden comprar y vender algoritmos y capacidades de IA —por ejemplo, visión por computador o procesamiento de lenguaje natural—, y el token AGIX facilita pagos y participación comunitaria. Además, está liderado por Ben Goertzel, uno de los principales defensores de la AGI.
Finalmente, Ocean Protocol (OCEAN) se centra en crear una economía de datos descentralizada que permita compartir y monetizar información sin comprometer la privacidad, gracias a técnicas como el «compute-to-data». Su token permite publicar datasets, pagar su uso y participar en la gobernanza del ecosistema. Estos ejemplos no son solo iniciativas puntuales, sino demostraciones prácticas de cómo blockchain puede democratizar el acceso a la inteligencia artificial, fomentar ecosistemas colaborativos y reducir el poder de los intermediarios centralizados, alineándose con una visión de futuro más ética, distribuida y resiliente.
Convergencia: ASI Token Alliance
Estos tres proyectos están confluyendo hacia un ecosistema común: ASI (Artificial Superintelligence) Token Alliance. El plan es fusionar los tokens FET, AGIX y OCEAN en un token único, ASI, que combine agentes autónomos, servicios descentralizados de IA y economías de datos seguras. Aunque la AGI todavía es un horizonte lejano, la ASI representa un paso preliminar hacia arquitecturas más inteligentes, autónomas y distribuidas.
El verdadero valor de esta alianza no reside solo en la innovación tecnológica, sino en su poder para democratizar el acceso a la inteligencia artificial y evitar que quede secuestrada en manos de unas pocas grandes multinacionales.
Gracias a esta visión, se persigue garantizar que el desarrollo y el control de la IA avanzada sean distribuidos, accesibles y supervisados por la comunidad global, no solo por consejos de administración privados. De esta manera, se fomenta la soberanía tecnológica y se construyen modelos alineados con principios éticos y normativos, como los promovidos en la Ley de IA de la Unión Europea. La ASI Token Alliance representa, en esencia, un paso firme hacia una IA más inclusiva, justa y al servicio de toda la sociedad.
¿Por qué es relevante esta convergencia?
La unión entre inteligencia artificial y blockchain no es una simple moda tecnológica, sino una respuesta estratégica a varios de los mayores retos contemporáneos: la concentración de poder, la falta de transparencia y la dependencia excesiva de grandes corporaciones tecnológicas. Esta convergencia propone un modelo donde el conocimiento, los datos y los servicios de IA se gestionan de forma distribuida y abierta, evitando que el futuro de la inteligencia artificial quede en manos de unos pocos.
1.Visión estratégica: Integrar IA y blockchain permite construir arquitecturas distribuidas, con gobernanza comunitaria y sin intermediarios dominantes. Esto ofrece un marco más resiliente y ético, donde los usuarios pueden participar en la toma de decisiones y en la evolución de los sistemas.
2.Soberanía de datos: Iniciativas como Ocean Protocol garantizan que los datos científicos, industriales o personales puedan compartirse y monetizarse sin sacrificar privacidad ni control. Esto fortalece el derecho de cada individuo u organización a decidir sobre su propia información.
3.Potencial disruptivo: La fusión entre IA y Web3 representa uno de los campos con mayor potencial transformador, capaz de abrir nuevas vías para modelos de negocio colaborativos, redes globales de talento y economías descentralizadas que rompan con los paradigmas tradicionales.
Casos de uso concretos de IA y blockchain
En Salud destacamos la Gestión de historiales y ensayos clínicos, donde instituciones como Mayo Clinic han implementado plataformas que combinan IA y blockchain para almacenar historiales médicos de forma segura y gestionar ensayos clínicos multicéntricos. Blockchain garantiza la integridad y la trazabilidad de los datos, mientras que la IA analiza grandes volúmenes de información para mejorar diagnósticos y tratamientos. Por ejemplo, en un ensayo sobre hipertensión pulmonar, la plataforma blockchain facilitó la captura descentralizada de datos y el consentimiento electrónico de más de 500 pacientes, optimizando la colaboración entre centros y la protección de la privacidad.
En definitiva, esta combinación mejora la calidad del diagnóstico, acelera la investigación y garantiza la seguridad y privacidad del paciente.
En Logística, la optimización de la cadena de suministro, con empresas líderes como Maersk han implementado sistemas que combinan IA y blockchain para rastrear en tiempo real el movimiento de mercancías a través de fronteras internacionales. La IA predice la demanda y optimiza rutas, mientras que blockchain asegura la transparencia y la trazabilidad de cada transacción, reduciendo costes y errores logísticos.
Así, las cadenas de suministro se vuelven más transparentes, eficientes y resilientes frente a imprevistos globales.
En gestión inteligente y trazable de subvenciones globales la transparencia, la eficiencia y la trazabilidad son retos críticos. Simplicity for Grants, desarrollado por Interim Manager Consulting, combina inteligencia artificial y blockchain para revolucionar cómo se planifican, gestionan y justifican las ayudas.
El módulo de IA de Simplicity for Grants analiza miles de líneas de convocatorias, identificando automáticamente oportunidades de financiación alineadas con el perfil de cada empresa o institución. Además, gracias a algoritmos de procesamiento de lenguaje natural (NLP), el sistema genera recomendaciones personalizadas y redacta borradores iniciales de memorias técnicas, optimizando tiempo y reduciendo errores.
Por otro lado, la capa de blockchain garantiza que toda la información — desde los hitos técnicos hasta los justificantes financieros — quede registrada en un libro de contabilidad distribuido. Esto asegura que cada gasto, entrega técnica o modificación contractual sea inmutable, auditable y verificable en tiempo real tanto por el beneficiario como por la entidad financiadora.
En definitiva, Simplicity for Grants no solo optimiza la obtención y gestión de subvenciones, sino que crea un ecosistema de financiación más ético, eficiente y sostenible, alineado con los valores de digitalización responsable promovidos en Europa.
Y en Energía tenemos certificación de energía renovable y comercio P2P, en la que empresas como Iberdrola emplean IA para predecir la producción de energía renovable y blockchain para certificar en tiempo real el origen “verde” de la electricidad. Además, plataformas de comercio de energía entre pares (P2P) permiten a los usuarios vender excedentes de energía renovable directamente a otros consumidores, eliminando intermediarios y asegurando la trazabilidad mediante blockchain.
Gracias a esta tecnología, se impulsa una transición energética más justa, sostenible y accesible para todos los consumidores.
Testimonios y citas de expertos
“La sinergia entre inteligencia artificial y blockchain representa una de las innovaciones más prometedoras del siglo. Ambas herramientas, al complementarse, abren puertas a un nivel de eficiencia y seguridad inédito en la historia digital.”— Bit2Me News, mayo 2025
“La combinación de IA y blockchain en la logística permite tomar decisiones basadas en datos verificados, automatizar procesos y reducir riesgos y costes, revolucionando la eficiencia operativa de las cadenas de suministro.”— Ignasi Sayol, experto en logística y tecnologías disruptivas.
“El blockchain garantiza la trazabilidad y la seguridad de los datos médicos, mientras que la inteligencia artificial permite extraer valor de esa información para mejorar los resultados clínicos y la eficiencia sanitaria.”— Innowise, consultora tecnológica en salud digital.
La combinación de IA y blockchain ya genera un impacto tangible en sectores clave. Mejora la seguridad, la eficiencia y la transparencia de los procesos, y abre nuevas oportunidades para modelos de negocio más éticos y sostenibles.
IA con criterio, hacia un futuro ético y descentralizado
Mientras muchos actores siguen atrapados en el hype de la IA estrecha y en promesas comerciales de corto recorrido, el verdadero futuro se está gestando en las capas profundas: infraestructura, modelos abiertos y gobernanza descentralizada. Adoptar IA con criterio significa analizar quién controla los datos, quién diseña y entrena los modelos y, sobre todo, cómo se reparte el poder y el valor generado.
La Ley de IA de la Unión Europea es un paso relevante para regular el uso ético y seguro de estas tecnologías, pero tan importante como la regulación es que los responsables políticos pongan el foco en fomentar el desarrollo real y ágil de la innovación. Hoy más que nunca, resulta clave que los más de 200.000 millones de euros previstos en subvenciones y programas de financiación para proyectos de IA lleguen con rapidez y eficacia a las empresas y organizaciones que pueden transformar la economía y la sociedad.
Apostar por iniciativas como la ASI Token Alliance o por sistemas híbridos que integren IA y blockchain significa abrazar un futuro donde la inteligencia no sea un privilegio de unos pocos, sino un recurso compartido, democrático y accesible. Solo así podremos crear un ecosistema tecnológico inclusivo, competitivo y verdaderamente alineado con el interés público.
“La tecnología avanza con o sin nosotros. La cuestión no es si subirse o no al tren, sino en qué vagón queremos viajar: ¿como espectadores pasivos o como actores que definen el rumbo?
Conclusión orientada a la acción
La convergencia entre inteligencia artificial y blockchain no es solo una tendencia tecnológica, sino una oportunidad estratégica para transformar sectores clave y construir modelos de negocio más resilientes, éticos y competitivos. Para que este potencial se materialice, es fundamental que empresas, inversores y responsables públicos adopten un enfoque proactivo y colaborativo.
Recomendaciones prácticas
Para empresas
- Evalúa casos de uso concretos en tu sector donde la combinación de IA y blockchain pueda aportar eficiencia, transparencia o nuevas fuentes de valor.
- Prioriza la formación y actualización de equipos en tecnologías emergentes y en gestión de datos responsables.
- Participa en consorcios o pilotos colaborativos para compartir riesgos y acelerar la adopción.
Para inversores
- Analiza proyectos que integren IA y blockchain con criterios de sostenibilidad, escalabilidad y alineación ética.
- Diversifica la cartera apostando por soluciones con impacto real y potencial de adopción sectorial, más allá del hype tecnológico.
- Exige transparencia en la gobernanza y en el uso de datos, así como auditorías externas de seguridad y cumplimiento normativo.
Para responsables públicos y reguladores
- Fomenta entornos de prueba (sandboxes) y marcos regulatorios flexibles que permitan la experimentación segura de nuevas soluciones.
- Implementa nuevas tecnologías para lograr una distribución optimizada de las subvenciones públicas.
- Promueve estándares abiertos y la interoperabilidad para evitar la fragmentación y facilitar la colaboración público-privada.
- Prioriza la protección de derechos fundamentales (privacidad, no discriminación) y la inclusión digital en el despliegue de estas tecnologías.
Preguntas abiertas y escenarios para el debate
- ¿Cómo garantizar que el desarrollo de IA y blockchain beneficie a toda la sociedad y no solo a grandes corporaciones tecnológicas?
- ¿Qué mecanismos de gobernanza descentralizada pueden asegurar la transparencia y la rendición de cuentas en sistemas autónomos?
- ¿De qué manera pueden los marcos regulatorios adaptarse al ritmo acelerado de la innovación sin frenar la competitividad?
- ¿Estamos preparados para los retos éticos y sociales que plantea una inteligencia artificial verdaderamente autónoma y distribuida?
- ¿Qué sectores serán los primeros en experimentar una disrupción positiva gracias a la convergencia de IA y blockchain?
Estas cuestiones invitan a la reflexión y al diálogo entre todos los actores implicados, con el objetivo de construir un futuro tecnológico más justo, seguro y sostenible.
🧩¿El reto? Pasar del violinista que solo interpreta una partitura, al gran compositor capaz de dirigir una orquesta global… y quizá, componer su propia sinfonía.