El restaurante L’Olivé cumple 30 años con la ambición de crecer en BCN
El establecimiento fundado por Josep Olivé sopla las velas de su aniversario con un recién estrenado director de cocina
L’Olivé es un restaurante ubicado en el Eixample de Barcelona que celebra este año su 30 aniversario con la ambición de seguir creciendo, a pesar de la situación económica.
“Hemos pasado cinco años difíciles, pero todavía estamos vivos. Hemos trabajado con ilusión y la empresa sigue creciendo. Esperamos este año ampliar el negocio con algún nuevo proyecto”, ha explicado ante los medios el fundador del establecimiento, Josep Oliver. Aunque no ha querido dar detalles al respecto ya que sólo es una idea que todavía no se ha materializado. “Empezamos a pensar en hacer cosas aquí en Barcelona”, detalla.
Una familia numerosa
El negocio familiar –ahora en manos de Artur Estrada, como director general, y el hijo de Josep, Oriol Olivé, como subdirector– está compuesto actualmente por cinco restaurantes que comparten ese sello de cocina tradicional, catalana y mediterránea.
Esta familia está compuesta por L’Olivé, el más antiguo; el Barceloneta, más especializado en pescado y marisco; Paco Meralgo, una taberna de tapas; el Vinya-Roel, con tienda de vinos y licores; y el Tuset, el más joven. “Todos los restaurantes de la casa comparten un 50% de los platos”, matiza Olivé.
30 platos escogidos para el aniversario
Este hostelero catalán ha querido soplar las 30 velas del cumpleaños de su primer restaurante, destacando una treintena de platos, los más emblemáticos, que repasan la historia del establecimiento, que el pasado febrero nombraba a Joan Clotet nuevo director de cocina, tras una década trabajando en la casa.
En el listado hay variedades para todos los gustos, desde un arroz de carne y verduras o unas espinacas a la catalana, hasta un hígado de cabrito con cebolla o unos caracoles en lata. Y de postre, L’Olivé pone de relieve su helado de ciruelas o melocotón al horno con helado de vainilla.
El turismo y las ferias animan las visitas
El sello Olivé ha aguantado el tipo durante los años de crisis y, según su creador, ha sido gracias al turismo que sigue tirando con fuerza en la capital catalana y a algunas ferias, como el Mobile World Congress o Alimentària. Actualmente, los clientes de este grupo hostelero pertenecen en un 60% a locales y un 40% ya son extranjeros.
“Vienen de varias nacionalidades como franceses, americanos y también asiáticos”, explica el hijo de Olivé, Oriol, encargado de seguir la estela familiar.