Ignacio Juliá, un año al frente de Santander España y obsesionado con la IA: llegan cierres

Ignacio Juliá (Alcoy, 1976), obsesionado con la Inteligencia Artificial, cumple un año como consejero delegado de Santander España, cargo sometido a elevada tensión en el organigrama del mayor banco del país.
Se acerca ya el momento para el exconsejero delegado de ING España de presentar los primeros resultados de su gestión, que va a suponer una profunda reestructuración en la operativa del Santander España, con la IA como bandera.
Una reorganización que, de acuerdo a fuentes del grupo consultadas por este diario, implicará en el último trimestre del año una aceleración del incesante proceso de cierres de oficinas de atención a particulares, y también a empresas, que tanto Santander como el resto de la gran banca está acometiendo desde la pasada crisis financiera.
«El nombramiento de Juliá nos sorprendió a todos», comenta un empleado del Santander. «No era de la casa. Pero todos captamos el mensaje, apuesta ya de verdad por la digitalización… Lo que supondría cierre de oficinas y salida de empleados; está ocurriendo en todos los bancos», dice.
Juliá, de ING a Santander
Una de las primeras medidas relevantes de Ana Botín como presidenta del grupo fue la creación de un consejo de administración para Santander España, en 2015.
Desde entonces, han pasado ya cuatro consejeros delegados por la filial española -antes de Juliá, Rami Aboukhair, Antonio Simões y Ángel Rivera-.
Así, Juliá es el primer consejero delegado de Santander España de la era Ana Botín que no procede del banco, con un marcado perfil tecnológico financiero.
Santander arrebató en marzo al jefe de datos e IA del BBVA, Ricardo Martín, y en septiembre ha fichado a Arantxa Sarasola, de ING
El ejecutivo se incorporó a ING en 1999, tras finalizar sus estudios en Cunef, pasando por Países Bajos, también por Polonia, ocupando diversos puestos directivos hasta ser designado, en 2021, consejero delegado del banco en España y Portugal, logrando disparar los ingresos y beneficios de la entidad hasta ser fichado por Santander.
A principios del pasado mes de septiembre, justo al año de ser nombrado como consejero delegado, Juliá comunicó nombramientos relevantes en Santander España.
Entre ellos el de Arantxa Sarasola como directora de Datos e Inteligencia Artificial, procedente también de ING, con 26 años de experiencia, un fichaje que busca el objetivo de convertir a Santander España «en un banco nativo en IA«.
En su nuevo puesto, Sarasola reporta directamente a Ignacio Juliá y a Ricardo Martín, el director de Datos e Inteligencia del grupo Santander, arrebatado al BBVA el pasado mes de marzo, en plena opa del banco presidido por Carlos Torres sobre Sabadell. A su vez, Ricardo Martín reporta directamente a la presidenta Ana Botín.
Juliá aprovechó hace un mes el comunicado de los nuevos nombramientos para avisar de la llegada del «momento decisivo» de la aplicación de la nueva estrategia.
Cola en una sucursal del Santander, en una imagen de archivo. EFE
La determinación de los cierres, y de traslados y salidas de empleados de Santander España, forma parte del «momento decisivo» de North Star, como se ha bautizado al proyecto de Juliá, que promete replantear la operativa del banco -¿por qué designar al proyecto con el mismo nombre de la sociedad panameña vinculada a los Botín que saltó en el caso Falciani?-.
Juliá persigue aplicar la inteligencia artificial a todos los procesos. El comité de dirección de Santander España tiene impuesto el objetivo de integrar la IA en todas las labores de trabajo, en todas las áreas.
Desde hace unas semanas, miembros del equipo de recursos humanos del banco visitan los centros de trabajo del grupo en España, entrevistándose con directores de oficinas perfilando cierres y reorganizaciones de locales.
La plantilla en España del Santander –24.000 empleados en total- elocubra estos días sobre lo que pasará con su puesto, si este se verá afectado; si será trasladado, si se le ofrecerá una baja voluntaria, si habrá prejubilaciones…
«No pueden hacer un ERE con beneficios históricos; esperamos buenas condiciones y que se facilite la salida de empleados a partir de una determinada edad», comenta un trabajador del banco. «No esperamos lío alguno, ni protestas sindicales ni nada parecido», añade.
«La gente se cree que se cierran oficinas a particulares por el uso de internet y de inteligencia artificial y tal…», indica otro. «Pero lo mismo pasa con las oficinas de empresas; los empresarios ya no vienen a la oficina, hacen todos los trámites por internet, con el móvil, el correo electrónico…», dice.
Menos oficinas, menos empleados
De acuerdo a las fuentes consultadas por este diario, no hay aun fijado un número preciso de cierres. Pero las mismas fuentes consideran que este año se echará la persiana en 200 o 300 sucursales, lo que implicaría la salida de más de 1.000 empleados «haciendo el mínimo ruido».
Desde el Santander se admite un proceso de concentración de oficinas más pequeñas en otras más grandes y mejor dotadas, pero nada se dice sobre una aceleración de los cierres previstos en los últimos meses del año.
El número de empleados de retail y comercial del Santander disminuyó en el semestre en 3.276 personas, mientras que el de Digital Consumer ascendió en 1.441
Santander finalizó el pasado ejercicio con 8.011 sucursales en el mundo (8.518 al término de 2023), de las cuales 3.022 estaban en Europa (3.083 un año antes), según información financiera anual publicada por el banco en CNMV.
En España, el grupo contaba con 1.827 oficinas y 23.980 empleados a 31 de diciembre de 2024, 47 sucursales menos que en 2023 y 733 trabajadores menos.
En sus últimos resultados semestrales, Santander actualiza el número de oficinas con el que cuenta en el mundo, a 30 de junio de este año, 7.683 (328 menos que al término de 2024). En España, el número de sucursales pasó en el semestre de 1.827 a 1.724 (103 menos).
En ese mismo informe financiero semestral, Santander no precisa datos actualizados de la plantilla en España.
Pero sí que informa que el número de empleados de la división retail y comercial, a nivel global, disminuyó entre enero y junio en 3.276 personas, hasta 128.377 empleados, mientras que la plantilla de la división Digital Consumer Bank se incrementó en 1.441 empleados, hasta los 31.344.
Juliá insitió con motivo de los nombramientos anunciados el pasado mes de septiembre en que el propósito es combinar «lo mejor de la tecnología con la cercanía de un banco digital con sucursales».