ACS dispara sus ingresos un 31% en EE.UU. en la segunda era Trump gracias al auge de los centros de datos
El grupo presidido por Florentino Pérez consolida su liderazgo internacional impulsado por Turner y capitaliza la ofensiva inversora de Trump

Desde la llegada de Trump, Florentino Pérez ha ganado casi 400 millones de euros.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha tenido un claro beneficiario en el sector constructor: ACS, que ha logrado aumentar un 31% su facturación en Estados Unidos en el primer semestre de 2025.
Este impulso americano ha sido clave para que ACS cerrara el semestre con ventas globales por 24.108 millones de euros, un 28,6% más que el año anterior, y un beneficio neto de 450 millones, un 8,1% más.
La política de estímulos a las infraestructuras tradicionales, defensa y centros de datos impulsada por la nueva administración republicana ha sido terreno fértil para el grupo español, que a través de su filial Turner ha consolidado una posición de liderazgo en proyectos de alta tecnología.
La segunda presidencia del magnate republicano ha venido acompañada de una oleada de inversión pública en infraestructuras tradicionales y digitales, y un fuerte impulso al sector defensa.
Esta coyuntura ha sido clave para el negocio estadounidense de ACS, canalizado a través de su filial Turner, que ha registrado unas ventas de 12.216 millones de euros, un 41,2% más que en 2024. En términos ajustados por tipo de cambio, el crecimiento ha sido del 44%.
Este espectacular avance se explica, en gran parte, por la explosión del mercado de centros de datos, alimentado por la carrera tecnológica entre EE.UU. y China y las ambiciones en inteligencia artificial.
Turner ha sido adjudicataria de algunos de los mayores proyectos del sector, como el megacentro de datos de Meta en Luisiana, por más de 10.000 millones de dólares, y la instalación de CoreWeave en Pensilvania, con una inversión de 6.000 millones.
Además, proyectos como el estadio de Sacramento Republic FC o el conector entre terminales del aeropuerto de Boston consolidan su presencia en sectores de alto valor añadido como la salud, la educación y la movilidad urbana.
En conjunto, la cartera de ACS se situó a cierre de junio en 89.342 millones de euros, un 3,1% más que un año antes (11,8% ajustado por divisa), mientras que las adjudicaciones en el semestre superaron los 31.700 millones, con una creciente exposición a sectores como biofarma, defensa e infraestructura digital.
En cuanto a rentabilidad, el EBITDA del grupo alcanzó los 1.434 millones de euros, un 23,9% más que en el mismo periodo de 2024, mientras que el beneficio neto ordinario, descontando extraordinarios, creció un sólido 17%, hasta los 392 millones. El beneficio por acción subió un 8,7%, hasta 1,76 euros.
Por segmentos, además de Turner, destacó CIMIC, la filial de Asia-Pacífico, con ventas por 5.256 millones (+26,3%), así como Dragados, que disparó sus ingresos un 51,7% tras la integración total de Flatiron. La división de infraestructuras concesionales mantuvo una aportación estable pese a la ligera caída de ingresos de Abertis, que sigue afectada por la amortización de deuda y el contexto regulatorio en Francia.
No todo son luces: la deuda neta de ACS se situó en 2.202 millones, lo que supone un aumento de 1.500 millones en lo que va de año. La empresa lo atribuye a su ambicioso plan de inversión, que ha incluido la compra de la ingeniería irlandesa Dornan por 436 millones y más de 300 millones destinados a nuevos proyectos de centros de datos.
Además, la retribución al accionista ha supuesto una salida de caja de 650 millones, incluyendo dividendos en efectivo y acciones propias.
Desde la compañía insisten en que la deuda está plenamente controlada y respaldada por un flujo de caja operativo de 1.620 millones en los últimos 12 meses. “Nuestro perfil financiero sigue siendo sólido, y estamos centrados en crecer en sectores estratégicos con alta rentabilidad y demanda estructural”, señalaron desde la dirección financiera.
ACS consolida su posición internacional
Con estos resultados, ACS no solo consolida su posición global en construcción e infraestructuras, sino que se coloca en una posición privilegiada para capitalizar el nuevo ciclo inversor estadounidense. Trump, los chips y los datos están moldeando el futuro de la economía norteamericana. Y ACS, desde Madrid, ya juega en la primera división de ese juego.