Ábalos amenaza a Uber y Cabify por competencia “desigual” con el taxi

El ministro de Fomento cree que los vehículos VTC compiten en condiciones injustas contra el taxi porque no están suficientemente regulados

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El taxi es “un sector totalmente regulado” mientras que el de Uber y Cabify no lo está, «si se compara” con el taxi. Son dos de las pocas conclusiones que el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ha dejado sobre la mesa en su comparecencia en el Congreso de los Diputados, donde ha acudido para explicar qué medidas ofrecerá el Gobierno para zanjar la guerra entre el taxi y los vehículos de arrendamiento con conductor (VTC), los que utilizan estas tecnológicas. 

El titular de Fomento, en una clara declaración de intenciones sobre la posición del Ejecutivo en este enfrentamiento, cree que estos vehículos compiten «en desigualdad de condiciones y con evidentes ventajas» respecto al taxi, al que considera más atado por las normativas locales y las autonómicas en cuanto a «tarifas, horarios y calendarios».

A ello, según el ministro, se suma el hecho de que en la actualidad «no se cumple ni de lejos» la ratio de proporcionalidad que fija la Ley de Ordenación de Transportes Terrestres (LOTT), que establece la existencia de no más de un vehículo de VTC por cada 30 taxis.

Nueva ronda de contactos en septiembre

El gran anuncio de Ábalos ha sido la apertura de una nueva ronda de reuniones con ambos sectores. «Vamos a convocar de nuevo a los sectores para trasladarles las propuestas de Fomento, recabar sus ideas y tratar de ponernos de acuerdo», avanzó en su comparecencia.

Ábalos está dispuesto a habilitar una normativa para que las comunidades autónomas regulen el sector VTC con total libertad

La patata caliente estará en cómo habilita normativamente que las comunidades autónomas puedan regular el sector de VTC en sus territorios con total libertad. Ábalos se muestra favorable a ello, puesto que en la comisión de la Cámara baja afirmó que estas competencias «ya las tienen».  

«No se trata de pasar un problema, se trata de asumirlo, porque se quiera ver o no, el problema lo tienen en cada uno de sus territorios», indicó en referencia a las reticencias que muchos gobiernos regionales ya manifestaron a asumir esta gestión.

Colau y el efecto contagio

El ministro de Fomento resaltó que el origen de la huelga del taxi se dio en Barcelona, donde la alcaldesa Ada Colau implementó una normativa prohibitiva para los vehículos VTC a través del Área Metropolitana de Barcelona (AMB)

El reglamento de Colau, quien también preside el AMB, se saltaba las competencias de Fomento  — dirigido en un primer momento por el Gobierno del Partido Popular —  y exigía una segunda licencia para los vehículo de arrendamiento con conductor. El movimiento buscaba blindar al taxi y ponía en riesgo la continuidad de aproximadamente 600 vehículos de Uber y Cabify. 

La normativa se implementó y paralizó en tiempo récord. La patronal Unauto impugnó ante los tribunales esta medida y consiguió que la justicia la paralizara de manera cautelar.

Esta úlitma decisión fue la que incendió el ánimo de los taxistas en la capital catalana, que fueron los primeros en bloquear las calles para más tarde animar a sus compañeros a extender las movilizaciones en el resto de España.

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