Carles Puigdemont facturó a Quim Torra 24 viajes en seis meses

La Generalitat de Quim Torra cubrió gastos de la oficina de Carles Puigdemont por casi 14.000 euros

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La oficina de Carles Puigdemont cobró a la Generalitat de Quim Torra un total de 24 viajes en el segundo semestre de 2018, el lapso posterior a la activación del despacho que le corresponde como ex president del Govern de Cataluña. Entre julio y diciembre, Puigdemont se desplazó una media de cuatro veces por mes, en su mayoría a distintos destinos de Bélgica, país en el que reside desde hace casi dos años, cuando se fugó de la Justicia española después de la celebración del referéndum ilegal del 1-O y la declaración unilateral de independencia de octubre de 2017.

Como figura en la memoria de actividades del ex president en la web de la Generalitat, su oficina facturó a Torra un total de 13.711,85 euros, de los que la mayoría (8.473,17 euros) corresponden a desplazamientos. De los 24 viajes de Puigdemont en la segunda mitad de 2018, 14 fueron a ciudades belgas como Bruselas, Amberes Louvain-la-Neuve. Otros desplazamientos fueron a países como México, Escocia, Suiza, Alemania, Holanda y Dinamarca, y fueron sufragados por la Generalitat una vez que se puso fin a la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

El segundo gasto de mayor importancia en la factura de Puigdemont a Torra es el de alojamiento, previsiblemente para estos mismos viajes. La Generalitat pagó 2.730,22 euros para que el ex presidente catalán se hospedara en sus múltiples desplazamientos, y también cubrió los 1.853,02 euros en transporte que requirió durante esos seis meses. Otras partidas fueron manutención (404,79 euros), comidas protocolarias (115,65 euros) y otros gastos generales (135 euros cerrados).

Puigdemont justifica a Torra su oficina de ex president

La memoria de la oficina de Puigdemont también recoge algunas de las actividades que éste realizó durante este periodo en el que estrenó despacho como ex president de la Generalitat, en un contexto inusual, dado que realmente nunca ha conocido el sitio dado que su inauguración coincidió con su escapada a Waterloo para evitar los procesos legales que debió afrontar como organizador del referéndum ilegal del 1-O y por su participación en el pulso al Estado español que actualmente es motivo de una causa en el Tribunal Supremo.

Por ejemplo, el documento detalla las conferencias que ofreció Puigdemont durante esos cuatro meses (en Holanda, Dinamarca, Suiza y Reino Unido). También recoge las entrevistas que concedió a medios de comunicación en el extranjero y en Cataluña (vía telemática por su imposibilidad de pisar territorio español). Siempre con el afán de justificar la existencia de su oficina, Puigdemont enlistó a Torra todos los actos en los que intervino, muchos de ellos vía vídeoconferencia por las mismas razones ya referidas con anterioridad.

Los gastos de la oficina de Puigdemont que cubre la Generalitat son fiscalizados por la Intervenció Delegada del Govern y, en teoría, deberían de seguir publicándose mientras existan. Así sucede con las facturas de los despachos de los otros ex presidents, excepto de Jordi Pujol, que renunció a este beneficio al revelarse que tenía guardado dinero en Andorra que no estaba justificado en España. Si Puigdemont permaneciera en Cataluña también tendría derecho a seguridad y transporte local, como sus pares.

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