Casado pide un PP sin divisiones y con acento moderado

El líder del PP exige a sus dirigentes un perfil "centrado, propositivo y realista" frente al gobierno de Sánchez e Iglesias

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«Más popular y menos partido». Así ha sintetizado este lunes Pablo Casado el rumbo que quiere para el PP frente a la «política de bloques» que, a su juicio, impulsa el Gobierno de Pedro Sánchez, desde que se inició la emergencia sanitaria. «Ya advertíamos de que querían hacer el retrato de una derecha instalada en el ‘no es no’ para blanquear el Gobierno más ultra», subrayó Casado en una intervención telemática ante junta directiva nacional del PP que aprovechó para centrar la línea política del partido.

«Creo que tenemos evidencias más que suficientes de que Sánchez ha empezado a bombear la crispación«, afirmó Casado, sacudiéndose así la responsabilidad de un clima político cada vez más tenso. 

Ante las constantes acusaciones de los partidos del Gobierno sobre la radicalización de la derecha, a quien incluso acusan de desear un golpe de Estado, el líder de la oposición se preguntó: «¿Somos radicales por decir lo mismo que Sánchez decía hace unos meses sobre sus ahora socios?», dijo en alusión no solo a la declaración de Sánchez de que no podría dormir con Podemos en el Gobierno, sino también a sus ataques a EH Bildu antes de pactar la derogación de la reforma laboral del PP.

«Un PP centrado, propositivo y realista»

Casado urgió a los dirigentes de la formación a no alimentar la confrontación que auspician Sánchez y Pablo Iglesias y a optar por la moderación. «Ser moderado es ajustar las palabras y los actos a la realidad de lo que ocurre», dijo, añadiendo que es preocupante «pensar y decir que el problema de España es que la oposición tiene intención de serlo en lugar de decir que el Gobierno no tiene intención de serlo». «No voy a liderar un PP ingenuo e incauto», avisó, sino «un PP centrado, propositivo y realista».

«Irresponsable es quien señala al PP en vez de señalar al Gobierno», manifestó, rechazando también el relato de que existe un PP «duro» y uno «blando». «Hay un PP», aseguró con el propósito de negar divisiones internas a pesar de que en el partido hay manifiestas discrepancias, por ejemplo, entre dirigentes como Alberto Núñez Feijóo y Cayetana Álvarez de Toledo

En todo caso, Casado apuntó que «decir que este es un Gobierno peligroso es nuestra obligación», pero no es la única. «Nuestra función es unir, no separar, por eso denunciamos a quienes dividen, polarizan y buscan desencuentros para crecer a costa de todos», pidió a los suyos, apostillando que «no se puede gobernar contra media España ni se puede hacer oposición contra la otra media», por lo que «debemos ser un partido abierto de par en par» y «dar visibilidad a la España razonable y moderada».

Casado, contra los cordones sanitarios

De cara a la crisis económica y social que tan solo ha hecho que empezar, el presidente del PP apostó por una postura que lidere «una mayoría centrada», no contra nadie, «sino a favor de muchos». En ese sentido, abominó los «cordones sanitarios» de quien «antepone los intereses de los españoles a un sectarismo egoísta» y defendió que la formación que lidera «debe convertirse en la plaza mayor de la España constitucional en la que todos se sientan acogidos».

Todo esto, ha advertido, conlleva «esfuerzo, trabajo y sacrificio», porque solo así se vencen las crisis. «Salimos a un mundo nuevo en el que España debe ocupar un papel protagonista. Tenemos que empezar a pensar en el coste de la no España y en el coste de la no Europa», dijo, y para ello pidió que «pongamos nuestras diferencias a la altura de los tiempos y a la altura de los riesgos». 

El líder del PP concluyó su intervención con un llamamiento a que el «sufrimiento» provocado por la pandemia «sea la tierra fértil de un nuevo tiempo de progreso y unidad». «Ningún dolor, ninguna pérdida pueden ser inútiles», remató.

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