Colau veta el museo Hermitage en el puerto de Barcelona

El Ayuntamiento de Barcelona rechaza que el Museo Hermitage abra una sucursal en el puerto por problemas de movilidad

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El Ayuntamiento de Barcelona veta que el Museo Hermitage abra una sede en la nueva bocana del puerto después de que cuatro informes desestimen esta ubicación. No obstante, brindan otras posibles localizaciones a los promotores.

En una rueda de prensa, la teniente de alcalde de urbanismo, Janet Sanz, y el concejal de cultura, Joan Subirats, confirmaron este lunes que el Ayuntamiento no autorizará la construcción de una franquicia del museo de San Petersburgo en el puerto de Barcelona.

Cuatro informes encargados por el Ayuntamiento desestiman esta localización por diversos motivos: por el excesivo optimismo de las previsiones económicas expuestas por los promotores, especialmente por lo que se refiere al número de visitantes; por los problemas de movilidad; la inadecuación del edificio proyectado en el entorno o por la falta de concreción del proyecto cultural.

Además, según precisó Sanz, el temporal Gloria que azotó Barcelona la semana pasada puso de manifiesto “la fragilidad de la costa”. Por este motivo, indicó que se debe ser “muy cuidadoso” al establecer nuevos usos en esta zona.

Posibles alternativas para el museo

Los informes plantean otras posibles localizaciones para el Museo Hermitage de Barcelona: el parque de la Barceloneta; el área portuaria donde confluye la calle Paral.lel; la zona de las Tres Chimeneas de Sant Adrià del Besòs o el tramo final de la Rambla Prim.

Hace unos días, en declaraciones a Betevé, el primer teniente de alcalde, el socialista Jaume Collboni, avanzó que la construcción del Hermitage en la nueva bocana del puerto planteaba dificultades en la movilidad.

En diciembre, los promotores del museo advirtieron al gobierno de Ada Colau que si ponían palos en las ruedas buscarían otra ciudad, en la que no les pusieran problemas.

Desde el Ayuntamiento se recuerda que el Hermitage es un proyecto privado que se financia con fondos propios. Como afirmó Sanz, “los proyectos deben adaptarse a la ciudad, no la ciudad a los proyectos”.

La decisión del Ayuntamiento llega después de que la presidenta de la Autoridad Portuaria de Barcelona, Mercè Conesa, venciera las reticencias de la mayoría de las entidades vecinales y culturales que se oponían al proyecto.

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