El PP se instala en la confusión tras el volantazo de Casado

Dirigentes del PP discrepan sobre el origen y los culpables de la debacle electoral, y retrasan la formulación de un nuevo discurso

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Los partidos políticos suelen mirar atrás para reivindicar a sus referentes. No así el PP, sumido en la desorientación, que ahora sólo vuelve la vista para discrepar sobre quién es más culpable de su situación actual: ¿José María Aznar o Mariano Rajoy?

La expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre lo tiene claro. Todo comenzó cuando Rajoy le mostró la puerta en 2008. «Si alguien se quiere ir al partido liberal o al conservador, que se vaya», rememoró Aguirre, recordando la actitud que adoptó el entonces presidente del PP cuando le quisieron disputar el liderazgo.

Uno de los barones del PP, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, también lo tiene claro. Aunque lo expresó por boca de su mano derecha, el vicepresidente castellanoleonés José Antonio de Santiago-Juárez: «Más Feijóo y más Herrera y menos Aznar y menos FAES».

Al líder del PP, Pablo Casado, se le tiene por un continuador de Aznar —»A mí nadie me habla de una derecha cobarde mirándome a la cara»—, pero en política la fidelidad suele durar tanto como los intereses personales. Así que Casado inició este mismo lunes, con el recuento electoral apenas concluido, un súbito giro al centro político.

El PP: «Centrados en ti»

Casado llegó a la conclusión de que la debacle del PP se debía a una errónea competición con Vox por el espacio derechista y presentó el eslogan «Centrados en ti» de cara a las municipales y autonómicas del 26 de mayo.

Pero no es tan fácil recalcular la ruta del PP en el navegador del partido. Hay muchos dirigentes con ganas de discutir el rumbo seguido hasta ahora y también las decisiones tomadas por los pilotos, por los actuales y por los anteriores.

Así que Casado intenta, sin éxito, ejercer de corifeo de los dirigentes del PP. Nada más difícil en estos momentos porque sus hombres en Andalucía no están dispuestos a machacar a Vox, socio indispensable para mantener la estabilidad del gobierno autonómico. «Vox es un partido serio con el que se puede hablar», dijo el portavoz de la Junta, Elías Bendodo.

Mientras en el sur de España salía el PP en defensa del partido de Santiago Abascal, en el norte se aplaudía a la dirección del PP por marcar distancias con Vox. «Si el batacazo electoral del pasado domingo sirve para reconducir al PP al centro, bienvenido sea», celebraba el dirigente guipuzcoana Borja Sémper.

Los riesgos de Casado

Casado afronta ahora un doble riesgo. El primero, verse desbordado por sus propias contradicciones. Y el segundo, confundir a su partido con su GPS, que antes marcaba en el mapa a Vox como «derecha nueva» y ahora como «derecha radical». 

Y todo ello cuando apenas faltan tres semanas para volver a las urnas y pronunciarse en las elecciones municipales, autonómicas y europeas. 

 

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