Junqueras se impone en su pulso con Puigdemont

Las expectativas electorales de ERC siguen creciendo a costa de JpC y la pérdida de ascendencia del expresident y de su apuesta maximalista

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En vísperas del 21-D, el sorpasso en el seno del nacionalismo catalán se daba por más que probable. Es lo que indicaban las encuestas, que ERC superaría por primera vez a lo que una vez fue Convergència, que Oriol Junqueras se impondría a Carles Puigdemont. Pero, contra pronóstico, fue Junts per Catalunya (JpC) quien ganó a los puntos esa particular carrera entre los dos exsocios de govern, a quienes los hechos de finales de octubre de 2018, saldados con la huída del primero y el encarcelamiento del segundo, distanciaron quien sabe si definitivamente.

Esos 34 diputados que JpC obtuvo en el Parlament -dos más que Esquerra- dieron alas a los planteamientos y el liderazgo de Puigdemont, empeñado en mantener una retórica maximalista modo espadas en alto de la que Junqueras y los suyos ya se han desentendido. El expresident ha conseguido mantener el control sobre un govern en el que los suyos y ERC son socios a la fuerza y el que el que Quim Torra asume estar supeditado a su antecesor, y también en un Pdecat a cuyos sectores más moderados ha torcido el brazo.

Pero en paralelo a esas victorias, Puigdemont y JpC no han dejado de perder ascendente entre el independentismo. La secuencia aparece perfectamente descrita en todas las encuestas, sean de medios de comunicación, del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) o del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO).

Tendencia sostenida

El último sondeo cuatrimestral de este último no hace más que reafirmar una tendencia que este CIS dependiente de la propia Generalitat lleva perfilando desde hace un año. El barómetro efectuado en abril de 2017, con la Generalitat intervenida y JpC dilatando contra la voluntad de ERC el pulso con el Gobierno para intentar investir a Puigdemont, ya asignaba a JpC de 30 a 32 diputados, es decir, entre 2 y cuatro menos de los que había conseguido en diciembre. Y la cosa fue a peor en los dos siguientes.

El efectuado entre el 23 de junio y el 14 de julio, es decir, tras la toma de posesión de Torra, el levantamiento del 155 y la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa, ya apuntaba que, en caso de elecciones al Parlament, los puigdemontistas obtendrían de 27 a 29 escaños, y cuatro meses después, tras la refriega entre JpC y ERC por los diputados suspendidos en el Parlament, le pronosticaba de 23 a 24. Mientras, Esquerra no había parado de mejorar sus expectativas: de 29 a 32 escaños en el sondeo de abril; de 35 a 37 en el del verano, y de 36  s 38 en el de otoño.

Ahora, ya en pleno juicio del procés, JpC se mantiene en 22-24, pero ERC, cuyo líder reapareció en público tras más de un año con una declaración en el Supremo que tuvo mucho de mitin, sigue mejorando: el CIS catalán ya le pronostica entre 40 y 43 diputados en el Parlament.

Junqueras, el mejor valorado

Junqueras es además el líder catalán más bien valorado por los encuestados, con un 6,37 de nota media que es también su mejor puntuación. Hay otros dos líderes independentistas que aprueban: la secretaria general de ERC, Marta Rovira, hoy residente en Suiza y que saca un 5,37, y el diputado de la CUP Carles Riera, con un 5,16. En cambio, Puigdemont y Torra obtienen, respectivamente, un 4,65 y un 4,53.

El primer barómetro del CEO de este 2019 indica además que solo el 51% de los votantes que tuvo JpC el 21-D volverían a apostar por la formación neoconvergente, y que tres de cada 10 votarían esta vez por Esquerra.

La secuencia se reproduce si atendemos a los pronósticos para las generales. Una de cada cuatro personas que en 2016 votaron al Pdecat optarían el 28-A por ERC, que ahora tiene 9 diputados y a la que el CEO le pronostica 14 o 15. Es decir, entre dos y tres veces más que a JpC, que tiene 8 escaños y al que el estudio asigna de 5 a 7.

Puigdemont se la juega en el ciclo electoral

Mientras, Puigdemont ha conseguido imponer su ley en el Pdecat también a la hora de diseñar no solo la lista de las generales, sino también la de las municipales en Barcelona y la de las europeas, encabezada por él. Pero se la juega.

Si  de los sondeos poco favorables se pasa a resultados tan malos como los previstos, además de perder la hegemonía en el seno del independentismo, el partido heredero de Convergència, ahora controlado por los sectores más afines al expresident, puede convertirse en un polvorín. Más si, como ya indica también alguna encuesta, el Pdecat no consigue escaño en el Parlamento Europeo, una situación que podría darse precisamente porque esta vez el partido se presenta a las europeas en solitario. El empeño de Puigdemont en liderar la lista acabó por echar atrás al PNV, su socio habitual en anteriores comicios europeos.

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