La ANC pide «devolver el golpe» al Supremo en la Diada con menos gente

La ANC implora a los dirigentes del procés: "No nos desarméis". La Guardia Urbana cifra en 600.000 los asistentes

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El independentismo ha perdido músculo y ha perdido poder de convocatoria. Así lo demuestran las cifras ofrecidas este miércoles por la Guardia Urbana: 600.000 personas se echaron a las calles de Barcelona este miércoles, Diada de Cataluña. Es la cifra más baja de los últimos ocho recuentos realizados por el cuerpo policial, desde que comenzaron las manifestaciones masivas por la independencia en 2012.

Sea como fuere, decenas de miles acudieron a la manifestación organizada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), cuya combativa presidenta, Elisenda Paluzie, intentó revitalizar los desánimos de su parroquia, donde reina el desengaño tras el colapso de la vía independentista demostrado después del referéndum ilegal del 1-O. 

Paluzie es consciente de que el independentismo, sumido en profundas divisiones estratégicas, ha perdido rumbo y ha perdido energía. Y en su parlamento, en la avenida Maria Cristina de Barcelona, trató de recuperar un poco de todo. El rumbo es muy difícil, pero la electricidad no lo es tanto.

La ANC pide estar «en pie»

La dirigente de la entidad independentista pidió a los suyos que se mantengan «en pie» y que así reciban la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés. «Así podremos devolver el golpe», pidió la presidenta de la ANC, una de las voces más radicales del movimiento soberanista, una de las pocas que defiende sin ambigüedades la vía unilateral.

Pero la influencia de la ANC ya no es la que fue. Los partidos independentistas, sobre todo ERC, ya no suspiran por contar con la aprobación de la entidad soberanista, tal y como ocurría en 2017. Y la unidad del movimiento, sobra decirlo, ha volado por los aires. 

Nadie se atreve a pronosticar que esta unidad de los partidos vaya a recuperarse, pero Paluzie cumplió el guion y pidió que así sea. En todo caso, no pareció confiar mucho en ello y acabó por limitarse a pedir a los dirigentes del procés: «No nos desarméis».

La presidenta de la ANC lamentó que los dirigentes discutan en público por «el reparto de las migas» en lugar de volcarse en la consecución de la independencia. Y asumió en este punto asumió que no sólo no se ha «avanzado», sino que se han dado «pasos atrás».

 

 

 

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