Así se unen la filtración de Corinna y el ataque secesionista contra el rey

La acometida contra el rey emérito Juan Carlos se produce en un momento muy delicado para la corona, enemiga pública del secesionismo

El rey emérito Juan Carlos en una visita oficial a Chile, el 10 de marzo de 2018. Foto: EFE/MR

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La taberna Casa Maravillas es un mítico local, ubicado en el barrio de Salamanca, en Madrid. Asienta sus reales en el mismo sitio donde estaba, desde su fundación en 1900, Casa Puebla, refugio clásico de artistas y bohemios hasta que cerró sus puertas. Sabor antiguo, castizo, de taberna madrileña.

El jueves 12 de julio, a mediodía, ocupó una discreta mesa el rey emérito Juan Carlos de Borbón, que en animada charla y compañía permaneció hasta bien entrada la tarde. Nada en el ambiente hacía pensar que eran conscientes de la nueva tormenta que se ceñía en esos momentos sobre la corona.

El rodaballo, una de las especialidades de Casa Maravillas, le encantó a don Juan Carlos.

Las intenciones son claras: erosionar más la figura del rey emérito Juan Carlos

Justo a la misma hora se publicaban las primeras filtraciones de supuestas grabaciones, filtradas a algunos medios, de conversaciones entre Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la amiga de don Juan Carlos y el comisario José Manuel Villarejo Pérez, en prisión desde el 17 de noviembre de 2017.

A las conversaciones grabadas también asistía Juan Villalonga, el polémico ex presidente de Telefónica que fue nombrado para ese puesto por José María Aznar, de quién había sido compañero de colegio.

Filtraciones graves con consecuencias graves para la Casa Real

La gravedad de los hechos filtrados es innegable, las intenciones claras: erosionar más la figura del rey emérito y, probablemente, intentar que los hechos revelados, de ser ciertos, pudieran tener consecuencias graves, e incluso penales, para la Casa Real.

De nuevo, un comisario de policía con amplios antecedentes turbios, un empresario que se hizo multimillonario gracias a los favores de Villalonga y conexiones con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ponen a la corona en una situación muy comprometida.

Esta ofensiva contra la monarquía se produce en un momento muy delicado para el rey Felipe VI, al que las fuerzas secesionistas de Cataluña han declarado enemigo público y anunciado la ruptura de todas las relaciones institucionales con la corona.

El secesionismo presenta al rey como un obstáculo para la solución del problema catalán

Restablecido el diálogo con el presidente Pedro Sánchez, la Generalitat coloca como único responsable de los supuestos agravios del estado a Cataluña, al rey de España por el discurso que realizó en defensa del estado de derecho y la constitución, el día 3 de octubre de 2017.

La ofensiva secesionista contra la corona, situada en el marco de la recuperación del dialogo y las relaciones con el Gobierno de España, trata de presentar al rey como un obstáculo para la solución del problema catalán.

A esta operación no parece que sea ajena, justo en este momento, a las filtraciones comprometidas para don Juan Carlos, sin que se pueda unir ambas operaciones, al menos con los datos que se conocen hasta el momento. Coinciden en el objetivo de deteriorar la institución de la monarquía.

El silencio de Sánchez ante los desplantes secesionistas

Hay un dato en este contexto que merece ser subrayado: ¿Por qué no ha habido una sola manifestación del presidente del gobierno en defensa del rey ante los ataques y desplantes secesionistas?

Pedro Sánchez, sobre todo como contraposición a Mariano Rajoy, está consiguiendo aparecer ante la opinión pública como el protagonista al restablecer el dialogo político con la Generalitat. El adalid de un camino que en el medio plazo dibuje un escenario de solución al problema catalán.

Todos los actos del presidente en esa dirección se están construyendo evitando cualquier colisión con los responsables de la Generalitat.

Los independentistas intentan debilitar la corona ante desafíos futuros

El rey está amenazado de ser el único responsable de los supuestos agravios del estado hacia Cataluña, justo en un momento en que la estabilidad de la corona se encuentra amenazada con una nueva operación filtrada desde las cloacas del estado.

Hay un consenso general en que el discurso del rey el 3 de octubre pasado fue el freno más importante a los intentos secesionistas, en un momento en que las demás instituciones del estado fueron sobrepasadas por los sediciosos, principalmente el gobierno de Rajoy.

Sin duda, conscientes de que la corona y la justicia han sido los frenos más importantes en el desafío contra la Constitución, intentan debilitar la institución ante desafíos futuros, mientras los éxitos se apuntan exclusivamente al presidente Sánchez.

No se puede establecer que las concesiones a la Generalitat sean producto de un pacto oculto

Conviene recordar que Sánchez ganó la moción de censura gracias al apoyo de los dos grupos parlamentarios catalanes, de los que depende cada minuto para mantener la estabilidad de su gobierno.

No se puede establecer que las concesiones posteriores a la Generalitat sean producto de algún pacto oculto. Pero los hechos son incuestionables.

En el congreso, Podemos se ha apresurado a pedir que se investiguen los hechos contenidos en las filtraciones sobre don Juan Carlos y el escenario de exigencia de responsabilidades seguro que se extiende en los próximos días.

Intentos de ofensiva contra el rey

En la memoria colectiva están las filtraciones contra el rey en la época en la que Mario Conde trataba de frenar la ofensiva penal contra él. También lo intentó José María Ruiz Mateos en la estrategia de defensa posterior a la expropiación de Rumasa.

La monarquía ha tenido que hacer frente a muchas pruebas. La última: el ingreso en prisión del yerno del rey emérito y cuñado del titular de la corona. Lo que está sucediendo estos días demuestra un escenario en el que el prestigio de la institución puede ser gravemente deteriorado.

En el aire, dos preguntas que todavía no tienen respuesta. ¿Quién o quienes están detrás de esta ofensiva contra la corona? Y, ¿el gobierno socialista está dispuesto, sin evitar sus responsabilidades, a defender la institución?

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