Los acomodadores en huelga quieren involucrar al Ayuntamiento

El colectivo de trabajadores del Liceu y el Auditori pretende incluir al consistorio de Barcelona en las negociaciones en torno a su subcontratación

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El gobierno municipal investido este sábado en Barcelona tendrá, entre sus muchos frentes abiertos, que solucionar las subcontrataciones de trabajadores en organismos públicos. El conflicto abierto por los acomodadores del Auditori de la ciudad, al que la semana pasada se unieron sus homólogos en el Gran Teatre del Liceu, adquirió resonancia mediática este lunes pasado tras la interrupción de una función de la Orquesta Sinfónica de Radio Colonia.

A día de hoy, las partes implicadas (ambas instituciones, los trabajadores y Manpower, la empresa encargada de prestar este servicio) están muy lejos de llegar a un acuerdo. A pesar de las propuestas hechas desde el Liceu, los trabajadores se niegan a desvincular ambos conflictos y, por tanto, buscan una resolución conjunta al mismo. Para ello, tratarán de involucrar tanto al Ayuntamiento como a la Generalitat, los dos principales organismos públicos de los que dependen, en última instancia, ambos centros.

Ayuntamiento y Generalitat

Hasta ahora, las reuniones habían estado organizadas con la mediación del gobierno autonómico. Sin embargo, desde el sindicato que representa a los trabajadores exigen que en los próximos encuentros estén presentes un representante del consistorio (del equipo recién elegido, se entiende) y otro de la Generalitat.

Las peticiones encima de la mesa: la contratación fija de los acomodadores, su reconocimiento dentro del convenio para trabajadores de locales de espectáculos y la mejora de unas condiciones laborales que, varían en el caso de ambos centros, y que según los huelguistas han empeorado de manera progresiva en los últimos años.

Conflictos diferentes

La estrategia negociadora de los acomodadores pasa por reivindicar mejoras y mantener la protesta tanto en el Liceu como en el Auditori, al entender que el responsable último de este conflicto es la administración pública, dada la titularidad de ambos equipamientos.

Una vinculación que, sin embargo, no se ha había dado en términos efectivos hasta hace muy poco: la huelga en el Liceu comenzó el 4 de junio y los paros indefinidos se iniciaron el 30 de abril en el Auditori. Además las reivindicaciones en la sala de conciertos diseñada por Rafael Moneo se prolongan desde mucho tiempo atrás.

Posición de Liceu

Tanto es así, que existe una denuncia con firma de hace siete años, que ya cuenta con dos sentencias desfavorables (y que está pendiente de un recurso en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña) por una «cesión ilegal» de trabajadores por parte del Auditori a la empresa de trabajo temporal responsable de su contratación. El objetivo de esta causa es el mismo que el que ahora reivindican los trabajadores: su contratación como empleados fijos.

Las diferencias entre ambas instituciones no se quedan ahí. Desde el Teatre del Liceu insisten que las peticiones de los huelguistas son, en su caso, imposibles de cumplir. Ya que esta institución vincula este servicio a un proyecto social, contemplado en el plan estratégico del teatro, que peligraría si se accede a las reivindicaciones de los huelguistas.

Economía Digital

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