Los barones del PSOE exigen a Sánchez que actúe frente al virus

Los presidentes autonómicos socialistas encadenan peticiones al Gobierno para que tome iniciativas tras los rebrotes en plena temporada turística

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Avanzan los contagios por coronavirus en España, se multiplican los brotes por todo el territorio y se suceden los golpes a la economía nacional, ahora sometida al castigo británico porque Reino Unido ha decidido espantar a toda su población de nuestro país. El gobierno brit ya anunció el fin de semana que sometería a cuarentena a quienes aterrizasen procedentes de la península ibérica y ahora también piensa hacerlo con quienes lo hagan de las islas (Baleares y Canarias). ¿Y el Gobierno de España qué hace?

La pregunta no solo procede de la oposición, sino de los propios barones del PSOE, que en las últimas horas han intensificado su presión para que el Ejecutivo tome la iniciativa, para que ponga fin a ciertos mensajes y para que arrime el hombro con el fin de salvar lo que queda de temporada turística.

El golpe de Reino Unido a España amenaza con arruinar una parte muy importante del negocio turístico. Hay estupefacción en las islas británicas por la cuarentena anunciada por el gobierno de Boris Johnson («Todos los viajes ahora son un riesgo, se les dice a los turistas», titula The Times este martes en portada) y también hay asombro y desesperación en nuestro país. 

El Gobierno y «la segunda ola»

«Hace unas semanas, el Gobierno estaba diciendo que estábamos en presencia de la segunda ola de coronavirus», lamentó en la Cope el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, quizá el barón del PSOE con menos pelos en la lengua, al menos el que ha vinculado con mayor claridad la dramática decisión de Reino Unido con la política que sigue el Gobierno.

Page es de los que opina que la descoordinación en España en la gestión de esta etapa del coronavirus está siendo perjudicial para el conjunto del país porque proyecta una imagen de improvisación. «Lo razonable sería que todos hiciéramos lo mismo. Es importante que las decisiones las coordinemos porque se traducen en más estabilidad y confianza», considera el presidente manchego, con ganas de acudir a la conferencia de presidentes autonómicos de este viernes para intentar marcar alguna pauta.

En realidad, no todos los barones del PSOE siguen sus postulados, ni señalan con la misma contundencia al Estado («la movilidad entre autonomías y entre fronteras depende del Estado»), pero hay una música de fondo por todos compartida y es que del Gobierno se espera bastante más en esta fase. Y lo esperan los propios dirigentes de su cuerda, aunque cada uno actúa de una forma.

Sanidad y sus cifras sin homologación

Al presidente de Aragón, Javier Lambán, le escaman los datos de contagios que se están ofreciendo desde las comunidades y querría que el Ministerio de Sanidad homologara la información que se publica sobre la pandemia. Piensa Lambán que hay quienes están guardando la bolita y exige al Gobierno que haga algo distinto a agregar datos. Pero sus peticiones van camino de ningún lugar porque el Ejecutivo ha decidido hace varios días que lo que conviene es dar palmadas a todas las administraciones, prometer apoyo y, sobre todo, lavarse las manos (imprescindible para impedir la propagación del virus).

Ningún gobierno autonómico acierta a decir cómo se puede restringir la movilidad ni, de momento, el Estado clarifica nada al respecto. Así que otras comunidades se dedican a lo urgente ahora. Y lo urgente es conseguir de alguna manera que los británicos tomen el sol en España. Lo urgente, dicho de otra forma, es meterle en la cabeza al prime minister Boris Johnson que sus conciudadanos van a regresar a Reino Unido de color gamba pero sin una sola tos.

Comunidades y corredores

A la presidenta de las Islas Baleares, la socialista Francina Armengol, le importa entre poco y nada algo que no sea que el aeropuerto de Palma de Mallorca desembarque a miles de británicos y anda concentrada en pedir ayuda al Gobierno para conseguir un corredor aéreo con Reino Unido. Promete Armengol que su comunidad tiene la infraestructura necesaria para confinar a cuantos haga falta y para hacer respirar a cuantos convengan, pero ni sus promesas ni las ayudas diplomáticas del Gobierno sirven de nada hasta el momento.

Quien también se está volcando con la necesidad de lograr un corredor aéreo es el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, interesado en que no haya restricciones entre Londres y Alicante. Puig incluso ha descolgado el teléfono para charlar con el embajador británico en España. Pero, de momento, se ha llevado algo parecido a lo que se han llevado los lectores de The Times: «All travel is now a risk, holidaymakers are told«.

Pero no todo son sudores fríos. El ministro del Coronavirus, el doctor Fernando Simón, celebró que los países de nuestro entorno estén restringiendo la movilidad a España. Quizá porque piense que así hay menos virus que rastrear y, con suerte, más olas que coger en Algarve.

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