Los policías de BCN piden el cese de su jefe a Colau

El mantenimiento de Evelio Vázquez en el cargo no consigue el efecto deseado y la presión de los agentes sobre el nuevo Gobierno municipal continúa

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«No somos favorables a la continuidad de Evelio Vázquez». Marcos González, portavoz del Sindicat d’Agents de Policia Local (Sapol) –organización mayoritaria dentro de la Guardia Urbana de Barcelona (GUB)–, asegura no estar «de acuerdo con la gestión» del máximo responsable policial del cuerpo. Además, le acusa de no defender ni «tranquilizar» a los agentes que dirige ante las intenciones del equipo de Colau de reformar en profundidad la policía local barcelonesa.

Tras la llegada del actual ejecutivo, Vázquez continuó en el cargo por expresa decisión de Amadeu Recasens, nuevo comisionado de Seguridad nombrado por la alcaldesa recién electa. La (no) maniobra tenía la intención de apaciguar los ánimos dentro de un cuerpo en el que no han gustado las formas ni las declaraciones del flamante Gobierno municipal.

Continuidad

El actual jefe de la GUB fue nombrado por Xavier Trias en 2011. Joan Delort, el anterior responsable político del área de seguridad durante el Gobierno de CIU, quien anunció su marcha el mismo día de las elecciones ganadas por Barcelona en Comú, tenía a Evelio Vázquez como un hombre de su máxima confianza.  

La ratificación en el cargo, anunciada el día 19 de este mes, se ha justificado desde el consistorio aludiendo a la «experiencia» de Vázquez. Un valor «imprescindible», según fuentes municipales, para que la «nueva etapa» que se abre «se pueda afrontar con todas las garantías de normalidad».

Reunión urgente

La intención declarada desde el equipo de Colau de impulsar «un nuevo modelo policial» no ha sentado bien en el cuerpo municipal. Los tres sindicatos principales en la GUB enviaron este martes una carta al ayuntamiento, dirigida al comisionado Recasens, en la que solicitan «de forma urgente una reunión» en la que se puedan tratar «temas que en estos momentos son de mucha preocupación» para los agentes.

En la misiva, firmada por los portavoces de Sapol, CCOO GUB y UGT-GUB, se denuncia que, tras la confirmación de Vázquez, «el único cambio que vemos es que la GUB cada día empeora» y la «desmotivación» del cuerpo «va en aumento».

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Mensaje de tranquilidad

Marcos González, portavoz de Sapol, reprocha a Vázquez no haber acudido ni a la unidades que están en entredicho (entre los planes del nuevo Gobierno está el desmantelamiento «progresivo» de la Unidad de Policía Administrativa y de Seguridad, UPAS) ni a los medios de comunicación para mandar un mensaje de tranquilidad tanto a los agentes como a la ciudadanía.

Desde la delegación de CCOO GUB, aunque con un tono menos duro, también reprochan al intendente no haberse mostrado más «dinámico» durante todo su mandato ni haberse posicionado de una manera más clara ante los planes del Gobierno recién elegido. El sindicato UGT prefiere mantener una posición de «prudencia».

Suspensión de horas extra

La falta de efectivos suficientes es la queja fundamental en la plantilla. Aunque se trata de una problemática que viene de años atrás, entre los agentes no aceptan que desde el ayuntamiento se haya acabado con las ampliaciones de jornada que, hasta ahora, paliaban este déficit de personal.

Esta medida se justifica, según palabras del propio Recasens, en que la hora extra se paga ahora al doble (22 euros) que hace unas semanas. El cambio en la remuneración fue aprobado por el consistorio de Trías el pasado 5 de mayo, poco antes de las elecciones municipales, una decisión criticada por el nuevo ayuntamiento al tratarse de un gasto no contemplado en la partida municipal dedicada a la seguridad. «Eso ha provocado una disfunción que estamos intentando resolver», aseguró este martes Recasens.

Seguridad

Esta explicación no es aceptada por la Guardia Urbana, que también reprocha al nuevo Gobierno gestos como el paseo sin la protección de los antidisturbios que se dio Colau en Sant Jaume tras su investidura o la retirada de parte del equipo destinado a evitar la venta de drogas en las inmediaciones del Sónar. Otra de las quejas desde el cuerpo, también relacionada con la falta de efectivos, es la supuesta laxitud con la que el nuevo gobierno pretende hacer frente al top manta en las calles de Barcelona.

Fuentes municipales desmienten que, en caso alguno, se haya bajado la guardia en cuestiones de seguridad. Y explican que la policía municipal es «un agente más» en la «reforma integral» que el nuevo consistorio pretende realizar en este ámbito.

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