Los tejemanejes en una institución histórica

Millet y Montull pagaron viajes exóticos, obras en sus casas e incluso la boda de sus hijas con dinero de la institución

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El juez Josep Maria Pijuán tiene la convicción que Fèlix Millet actuaba a sus anchas en el Palau de la Música. En su escrito, asegura que el imputado, un prohombre de la sociedad civil catalana ahora caído en desgracia, «ejercía el control absoluto» de la institución.
 
Millet logró esa situación de poder gracias a las sillas que ocupaba en tres organismos que conforman el entramado de la entidad cultural. Por un lado, era presidente de la junta directiva de l’Associació Orfeó Català. Además, también era presidente del comité ejecutivo y gerente del Consorci del Palau de la Música Catalana. Finalmente también ocupó la presidencia del Patronato de la Fundación Orfeó Català.
 
Montull
 
Millet contó con la ayuda de su inseparable mano derecha, Jordi Montull. El juez la describe como «persona de absoluta confianza y máximo responsable de la gestión administrativa de las tres entidades». El caso de Montull es digno de análisis. El directivo se expone a la misma pena que Millet.
 
No obstante, en el desfalco no iban a medias, sino que mantenían una relación del totalmente desproporcionada a favor de Millet. Posteriormente, la hija de Montull, Gemma, asumió los roles de su padre en algunas operaciones.
 
El desfalco
 
El magistado afirma que entre los años 2003 a 2009 ambos imputados se dedicaron a “un verdadero expolio de los fondos de las tres entidades”. La investigación indica que los fondos del Palau de la Música se dedicaron a pagar gastos particulares y privados aprovechando las “facilidades derivadas de la dejación de funciones de efectivo control por parte de los órganos colegiados rectores”.
 
El auto divide los actuaciones ilícitas de Millet y Montull en diferentes partes. Por un lado, hay indicios de un desvío de fondos, mediante facturación mendaz, des de 2005 a 2009, en beneficio particular de Félix Millet Tusell, Jordi Montull Bagur y Gemma Montull Mir, que aplicaron al pago de obras en sus respectivas viviendas particulares por 3,4 millones de euros. De estos, tres millones fueron a parar a las viviendas de Millet. El resto, se lo repartieron los Montull.
 
Las empresas de las mujeres
 
También hay pagos entre los años 2008 y 2009 de servicios mediante facturas falsas a sociedad cuyos administradores eran las esposas de los dos principales imputados. En total, Marta Vallés Guarro y Mercedes Mir Recio facuraron un millón de euros.
 
Un tercer capítulo del desfalco del Palau de la Música se centra en gastos «meramente particulares» de los imputados. En este apartado es donde tiene cabida la boda de las dos hijas de Millet. La instrucción del caso mostró como posteriormente cobró a sus consuegros parte del evento. En total, el gasto fue de 164.000 euros.
 
Montull por su parte, se pagó la publicación del libro Trenta anys d’il.lusions (editorial Tecnopressediciones). El libro no guardaba relación alguna con el Palau. Tuvo un coste de 19.000 euros.
 
Viajes y gastos diarios           
 
Los dos imputado también pagaron con fondos de la institución gastos de viajes de placer, con sus respectivas familias, a México, Cerdeña, la Polinesia, Tailandia, Kenia, las islas Maldivas y Dubai. La suma asciendo como mínimo a 648.000 euros.
 
El último capítulo de gastos muestra tranferencias bancarios por valor de 2,4 millones de euros a Millet y Montull mediante el entramado societario del Palau. También hay “innumerables reintegros mediante cheques al portador cobrados en efectivo en ventanilla, y otros reintegros en efectivo, por cantidades diversas y elevadas que, en varias ocasiones, llegaron a alcanzar la suma de 300.000 euros”. En total, el expolio fue de 18 millones de euros: siete para Millet y uno para Montull. Del resto, se desconoce su destino.

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