Pedro Sánchez da un paso de gigante para los presupuestos

Las alianzas presupuestarias en el Ayuntamiento de Barcelona y en la Generalitat para encarrilar sus cuentas allanan el camino al gobierno de PSOE y Podemos

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El triple acuerdo de presupuestos (Ayuntamiento de Barcelona, Generalitat y Gobierno) que llevan meses larvando PSOE, ERC y Catalunya en Comú – Podemos cobra cada vez más forma. Este viernes, tanto los negociadores de las cuentas de la Generalitat como los del presupuesto del Ayuntamiento de Barcelona anunciaron avances prácticamente definitivos, lo cual acerca, a su vez, a Pedro Sánchez a garantizarse unos presupuestos generales del Estado que fue incapaz de cerrar en su pacto de investidura.

El Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos necesita del apoyo de ERC en el Congreso, a quien intenta contentar de distintas formas mientras, en paralelo, desbroza el camino en Bruselas. La portavoz del Ejecutivo y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tiene la intención de presentar el proyecto de presupuestos «bien entrado marzo» porque antes debe acordar el techo de déficit con las autoridades comunitarias.

Entretanto, las piezas del tablero político se van moviendo para alivio de Sánchez, favorecido porque sus aliados tienen tantas necesidades como él. JxCat y ERC necesitan a los comunes para evitar otra prórroga de las cuentas de la Generalitat (prorrogadas desde 2017). Y Ada Colau y el PSC necesitan a Esquerra para hacer lo propio en el Ayuntamiento. 

El episodio de La Plaza de esta semana analiza las relaciones de Gobierno y Generalitat a propósito de la fiscal Delgado

Tanto el gobierno municipal de Barcelona como el de Cataluña han encarrilado sus pactos presupuestarios en las últimas horas y sólo es cuestión de semanas que se aprueben. Ambos acuerdos están relacionados, y también lo estará el tercero (en el Congreso de los Diputados), si nada se tuerce en la famosa mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat.

Para que nada falle, para que ERC mantenga su disposición a sostener a Sánchez, el nuevo Gobierno de los 22 (ministros) trata de contentar a los de Oriol Junqueras con gestos a medida. Así hay que interpretar la designación esta semana de la exministra de Justicia Dolores Delgado como nueva fiscal general del Estado: como parte del compromiso de Sánchez con Esquerra para «desjudicializar el conflicto catalán».

La exministra tendrá en sus manos decisiones relacionadas con los permisos de salida de los presos del procés, la acusación contra el mayor de los Mossos Josep Lluís Trapero, o una potencial propuesta de indulto a los responsables del 1-O.

Los gestos de Sánchez con ERC

Pero el de Delgado fue solo el primero de los tres gestos del Gobierno con ERC esta semana. También ha sido notorio que el Ministerio de Asuntos Exteriores avalara esta misma semana las «embajadas» de la Generalitat (apenas unos meses después de que el exministro Borrell se fajara con recursos contra el aparato paradiplomático de Quim Torra). 

Y el tercer gesto ha sido el escrito de la Fiscalía en el que se ha cuestionado la competencia de la Junta Electoral Central para retirar a Torra el escaño de diputado en el Parlament tras haber sido inhabilitado en el juicio por los lazos amarillos. Un informe que trascendió apenas un día después de que Delgado obtuviera un precario aval del Poder Judicial, dividido en torno a su nombramiento, con siete votos en contra y 12 a favor.

Al margen de lo que pueda suceder en el futuro con el president, el Gobierno intenta mantener el apoyo de ERC y también evitar que JxCat capte munición para intimidar a los republicanos. El Gobierno confía así en que Esquerra concederá su apoyo a los presupuestos completando la carambola Ayuntamiento-Generalitat-Moncloa.

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