Pedro Sánchez vende su hachazo fiscal a los empresarios catalanes

Sánchez intenta tranquilizar a los empresarios preocupados por sus medidas fiscales y resalta la necesidad de un nuevo estatuto de los trabajadores

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El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, intentó transmitir un mensaje de calma a los empresarios catalanes este sábado, primero ensalzando las medidas fiscales contempladas en su llamada «agenda del cambio» y después resaltando la necesidad de un nuevo estatuto de los trabajadores.

Dos asuntos que preocupan sobremanera a los empresarios presentes en la XXXV Reunión del Círculo de Economía en Sitges (Barcelona), pero que Sánchez expuso con cuidado de no inquietarl a nadie, de la misma forma que intentó hacerlo el líder de Podemos, Pablo Iglesias, el viernes.

Sin entrar en detalles de los cambios que haría en materia fiscal, el secretario general del PSOE aseguró que el objetivo de su Gobierno es «acabar con la pobreza pero no con la riqueza», todo a la vez que advirtió de la urgencia de acomodar las normas a la «realidad cambiante» del mercado de trabajo.

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No obstante, los presupuestos que intentó tirar para adelante antes de convocar elecciones avanzaban más impuestos para las empresas, especialmente los bancos y las tecnológicas, y las fortunas y un incremento del déficit. Medidas, todas ellas, que no gustan a los empresarios.

Sánchez admite que habrá reformas fiscales

El presidente del Círculo, Juan José Brugera, preguntó a Sánchez por los impuestos. El presidente socialista garantizó que apuesta por el equilibrio fiscal y pidió que no se asusten ante las reformas en la fiscalidad, que las habrá, porque «la fiscalidad verde en España está a niveles ínfimos».

«Será una política fiscal alineada con el crecimiento económico y con la idea de crecer para redistribuir. Queremos llegar a la estabilidad fiscal y reducir la deuda pública. Nos podemos entender, nosotros necesitamos a los empresarios, van a tener en el Gobierno de España un aliado», dijo.

Sánchez se pone tres objetivos: «Una economía competitiva y sostenible, instituciones limpias y transparentes, y una sociedad plural y más justa». Y, para ello, propondrá siete grandes líneas de trabajo: crecimiento sostenible, mejora del capital humano, transición ecológica, innovación, creación de empleo, reducción de desigualdad y calidad institucional.

También recordó la muerte en Barcelona de un repartidor que tenía un trabajo precario, e insistió en la necesidad de dar respuesta a esas nuevas formas de trabajo con un «estatuto de los trabajadores del siglo XXI».

Silencio sobre Cataluña

Los impuestos no fueron el asunto central de los tres días de reuniones del Círculo, sino la crisis catalana. Pero Sánchez esquivó el tema en todo momento, solo haciendo una referencia indirecta al independentismo en la comunidad autónoma, al abogar por superar «los problemas del siglo XIX tratados con soluciones del siglo XX».

Brugera no le trasladó ninguna pregunta sobre el asunto, informó El País, algo inusual en el Círculo. Durante su intervención inicial, Brugera le pidió que siga apostando por el diálogo con Cataluña, reclamando una «cultura de la negociación y el pacto».

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