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Poncio Pilatos Ada Colau se lava las manos y rompe el pacto «abierto», «por, para y con Barcelona», de su partido con el PSC en el Ayuntamiento de la ciudad condal, que se firmó en mayo de 2016.

Las bases de Barcelona en Comú lo decidieron en una consulta interna, con el 54% de los votos. Su líder decidió no pronunciarse, no emitir su opinión y dejar que fuesen las masas las que decidieran. Resultado: la formación de Colau echará a los socialistas del ayuntamiento y ahora gobernará en minoría.

La pregunta de esta consulta a los militantes de la formación era que si, «dado el apoyo del PSC/PSOE al 155 hay que poner fin al pacto» que hizo que los cuatro concejales socialistas se incorporaran al gobierno municipal.

La gobernabilidad del consistorio será ahora más complicada y Barcelona en Comú podría optar por buscar una mayor complicidad con las fuerzas independentistas Pdecat (9), ERC (3) y la CUP (3), aunque en días anteriores comunicó su voluntad de no firmar ningún otro pacto de gobierno.

Rememorando otras frases históricas, la Colau «ni quita ni pone rey, pero ayuda a su señor», que no es otro que el magma confuso que quiere acabar «con el régimen del 78».

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