Puigdemont presiona al Pdecat en busca de dinero y de afiliados

Los hombres de confianza del líder huido inician una campaña para engrosar las bases y los recursos de la Crida Nacional per la República

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Los problemas de la Crida Nacional per la República, el partido que impulsa Carles Puigdemont, se acumulan. La nueva formación independentista se las prometía felices. Pretendía engullir en poco tiempo al Pdecat después de tumbar a la coordinadora general, Marta Pascal —una de las principales resistencias que tenía Puigdemont dentro del mundo neoconvergente— pero no está siendo tan sencillo.

Del ímpetu inicial con que nació la Crida arrastrada por Puigdemont se ha pasado a una estrategia de acoso. «Se están produciendo muchas llamadas. La gente de Puigdemont está preguntando a cuadros de todo tipo del Pdecat si ya se han apuntado a la Crida. Están nerviosos», describen fuentes del partido. Fuentes que, por supuesto, se sienten alejadas de Puigdemont y de la Crida, y no quieren involucrarse en el proyecto.

Lo cierto es que los esfuerzos del equipo de Puigdemont en Cataluña no están dando el resultado esperado. Y la Crida no tiene otro remedio que dilatar los plazos de su puesta en marcha e ir intercalando entre tanto algún acto político para recordar que su existencia.

Las llamadas de teléfono

«Buscan gente, claro, y la buscan en el Pdecat porque aparentemente es el sitio más sencillo donde ir a pescar. Al fin y al cabo, tienen a la dirección de su parte. Pero también buscan dinero. Las llamadas también incluyen ese recordatorio», explican las mismas fuentes.

La Crida presume de tener 50.000 adhesiones a un manifiesto, pero lo que en realidad necesita son afiliados. En el lenguaje de la Crida, «fundadores». A estos fundadores se les pide sus datos personales y, a continuación, se les exige un donativo. Hay cuatro modalidades sugeridas: 10 euros, 30 euros, 50 euros y cheque en blanco.

La incompatibilidad entre la Crida y Pdecat

Hay una cuestión, sin embargo, que está pasando desapercibida y es la incompatibilidad entre partidos. El último congreso del Pdecat, el que sepultó a Marta Pascal y encumbró a toda la gente de confianza de Puigdemont, aprobó una modificación de estatutos con mucha intención. Desde el pasado julio, el Pdecat que exige a sus asociados «no militar en ningún otro partido político». Así se construyó un muro para saltar a la Crida.

Con todo, el partido de Puigdemont intenta avanzar a golpe de efecto. De momento, sin demasiado éxito. Los rostros más destacados del nuevo partido son, al margen de Puigdemont, el de Jordi Sànchez (el ex presidente de la Asamblea Nacional Catalana) y el de Quim Torra (desaparecido de la última presentación). Los demás son, en el mejor de los casos, segundas espadas: Ferran Mascarell, Antoni Morral, Gemma Geis.

Su calendario se mantiene. El próximo 27 de octubre, coincidiendo con el aniversario de la declaración unilateral de independencia, está prevista la convención fundacional en Manresa y el próximo 6 de diciembre, día de la Constitución, el congreso fundacional.

No hay tiempo, por tanto, para que la Crida mida sus fuerzas en las municipales. «Aceptaron ir bajo el paraguas de Junts… No se entendería que rompieran el pacto, pero con ellos nunca se sabe», dicen los neoconvergentes.

 

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