Puigdemont y Catalá comen 24 horas después de la citación de Mas

El president insiste en que la "judicialización de la política es el camino inverso al de llegar a acuerdos", y así se lo traslada al ministro de Justicia en un encuentro en el Salón Náutico

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El presidente catalán, Carles Puigdemont, ha comido con el ministro de Justicia, Rafael Catalán, junto a otros ocho comensales en el Salón Náutico para tratar de hallar una vía de díalogo, después de que el TSJC haya abierdo juicio oral contra el ex presidente Artur Mas y las consejeras Joana Ortega e Irene Rigau por los presuntos delitos de prevaricación y desobediencia por la consulta soberanista del 9N.

El ministro Catalá ha tenido que justificar ante Puigdemont otra decisión que ha tomado este mismo viernes el consejo de ministros: el recurso ante el Tribunal Constitucional para invalidar las resoluciones sobre la convocatoria de un referéndum adoptadas por el parlamento catalán. Puigdemont, que asegura que quiere ofrecer una salida acordada, ha lanzado duras críticas al Ejecutivo español, justo antes de reunirse con Catalá.

El mandatario catalán ha afirmado que «la judicialización de la política es el camino inverso para llegar a acuerdos, pero es un camino que no tiene efectos prácticos para parar la voluntad del pueblo de Cataluña, más bien todo lo contrario».

Visita oficial

La tensión se incrementará en los próximos meses, porque el gobierno catalán quiere seguir adelante con su intento de convocar un referéndum, frente a las medidas de carácter judicial del Gobierno, que tiene claro que irá recurriendo todas las decisiones que se tomen que vayan en contra de la ley.

En cualquier caso, Puigdemont quiere mantener un diálogo con el Ejecutivo, como el que ha establecido este mismo viernes con el ministro Catalá, aprovechando que los dos han coincidido en una visita oficial al Salón Náutico de Barcelona.

El gobierno de la Generalitat entiende que se podría abrir una nueva etapa, tras las palabras de Puigdemont esa semana en Madrid, en las que ofreció que se pudiera pactar la pregunta y las reglas del juego de esa posible consulta. Sin embargo, al mismo tiempo, el ejecutivo catalán mantiene todos sus planes, con la idea de aprobar una ley de transitoriedad jurídica, antes del verano, para desobedecer las leyes españolas y obedecer las leyes que las sustituyan y que se vayan aprobando en la cámara catalana.

Total oposición de Catalá

Ante esa supuesta oferta de Puigdemont, como él mismo la ha designado, «reclamando diálogo y formulando propuestas, esperando que hubiera una correspondencia a esta lógica democrática de querer canalizar la petición y el anhelo de los catalanes se responde no con una cadena de confianza sino con una cadena de impugnaciones».

El ministro Catalá, recpetivo a ese diálogo, y con formas que gustan en el gobierno catalán, mantiene, sin embargo, una total oposición a lo que pretende realizar Puigdemont. Y tambien se mantiene firme ante las decisiones judiciales que llevarán a juicio al ex presidente Mas.

La situación, por tanto, se encona. Y dependerá de las próximas acciones que pueda poner en marcha la Generalitat. El almuerzo, centrado en un plato de pescado, ha servido para esclarecer mejor las distintas posiciones, manteniendo ese canal de diálogo abierto, pero las distancias se mantienen.

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