Sànchez no será presidente sin permiso de Llarena y de la CUP

Sànchez no podrá superar la investidura sin al menos dos votos a favor de la CUP. La abstención de la formación antisistema arruinaría su candidatura

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Jordi Sànchez podría tener la carrera más corta de la historia como presidenciable de la Generalitat, ya que para consumar su elección no sólo necesita el permiso del juez Pablo Llarena para salir en libertad y acudir a la sesión de investidura en el Parlament, sino que también precisará al menos dos votos favorables de los cuatro diputados de la CUP.

Los números de la mayoría soberanista (Junts per Catalunya, ERC y CUP) son muy justos para imponerse al resto del hemiciclo (Ciudadanos, PSC, Catalunya en Comú y PP), ya que el bloque independentista suma 70 diputados. Sin embargo, dos de ellos (los huidos Carles Puigdemont y Toni Comín) no tienen autorización para votar de forma delegada. Es decir, que la mayoría soberanista queda reducida a 68 diputados, mientras que el resto de grupos totalizan 65 escaños.

En un principio, la unidad de acción de las formaciones independentistas sería suficiente para escoger a Sànchez como presidente de la Generalitat (siempre partiendo de un presunto beneplácito del juez Llarena), pero nadie se atreve a asegurar esta unidad.

Más bien se temen divisiones y no precisamente por parte de ERC, que se ha descolgado proponiendo a Oriol Junqueras como presidente de la Generalitat tras la renuncia de Puigdemont. La maniobra de ERC debe leerse como una maniobra de presión dirigida a la CUP para que afloren sus tensiones internas. ¿Prefiere la CUP a Sànchez, un hombre fiel a Artur Mas y a David Madí, o bien a Junqueras, un dirigente de izquierdas?

El pasado de Jordi Sànchez

Este dilema amenaza con instalarse en los debates internos de la formación antisistema, que no siente ninguna empatía con Sànchez, expresidente de la ANC, a quien no perdonan que contribuyera a rebajar el valor de la declaración unilateral de independencia y quien se ha comprometido ante el juez a renunciar a la vía unilateral.

La corriente Endavant (Anna Gabriel) es la más crítica con Sànchez y podría forzar al conjunto de la CUP a dejar su candidatura en vía muerta. Los números son claros: no basta con que los cuatro diputados de la CUP se abstengan para aupar a Sànchez, ya que la votación de investidura quedaría así: 64 votos a favor (JpC y ERC), 65 en contra (CS, PSC, Comunes y PP) y 4 abstenciones (CUP). 

Por tanto, es imprescindible que al menos dos diputados de la CUP voten a favor de Sànchez para superar a los 65 diputados no independentistas. Cabe recordar que la sesión de investidura consta de dos rondas; en la primera es necesaria la mayoría absoluta para imponerse y en la segunda es suficiente con sumar más votos a favor que en contra.

Fuentes de ERC asumen el escenario con cierta crudeza y también con expectación. «Esta legislatura podremos contar poco con ellos (con la CUP). El tema es lo que algunos de ellos dicen en privado, que no quieren a Sànchez. ¿Prefieren a Junqueras?«

 

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