Sánchez rebaja la tensión con Torra (y la aumenta con el PP)

El presidente aboga por no abrir más procesos judiciales y pide al PP que apoye "una solución política" en Cataluña

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Mientras la Generalitat insiste en lanzarle ultimátums y tensar la cuerda, el Gobierno prefiere seguir vendiendo que la botella del diálogo está medio llena. Este viernes, ha sido el presidente Pedro Sánchez quien ha insistido en la buena disposición de su ejecutivo al diálogo “para lograr la cohesión territorial”, y se ha fijado hasta final de año como plazo para que “den sus frutos” los trabajos de la comisión bilateral reiniciada esta semana entre la Moncloa y el gobierno de Quim Torra.

Sánchez ha insistido en poner en valor el mero hecho de celebrar la bilateral, que recordó que llevaba siete años sin reunirse, y de la que la Generalitat dijo haber salido decepcionada. La función de esa primera reunión, ha argumentado el presidente, no era “llegar a acuerdos”, sino “normalizar las relaciones entre las instituciones”, un objetivo “de una importancia política fundamental” para Sánchez, que espera, ha dicho, que sea compartido por el gobierno catalán.

El rey, en Barcelona

El presidente evita cualquier desliz que le saque de su apuesta por la distensión en Cataluña. Le han preguntado por el veto de la Generalitat al rey y por la eventual presencia del monarca en el aniversario en Barcelona de los atentados en la capital catalana y en Cambrils y se ha limitado a confirmar que Felipe VI acudirá y que la conmemoración “exige de todos la solidaridad con las víctimas y los familiares”. “No hay más cera que la que arde”, ha zanjado.

Lo mismo vale para el apoyo que el nuevo líder del PP, Pablo Casado, le ofreció en caso de tener que aplicar de nuevo el artículo 155 en Cataluña, pero ese no es un escenario que el ejecutivo se plantee por ahora, y tampoco quiere especular con la posibilidad de tener que hacerlo. Hablar de ello, ha dicho, «es hacer el caldo gordo a los que no quieren que las relaciones [entre Moncloa y Generalitat] se materialicen o fructifiquen en aspectos positivos».

Andanada de Sánchez al PP

“Hay que ser coherente, y las consultas independentistas se hicieron bajo el mandato del PP. Solo espero que en el PP sean tan leales como lo fue el PSOE al gobierno de entonces”, ha dicho. De ahí que, devolviéndole la andanada a Casado, le pida al PP “que apoye también en la solución política a una crisis a la que tampoco ellos han sido ajenos”.

En esa línea, Sánchez ha insistido en el argumentario: su gobierno dialogará dentro de los límites que fijan la Constitución y el Estatut, y garantizará “el cumplimiento de la legalidad”, pero no quiere “abrir ninguna vía judicial más”.

El plan, agotar la legislatura

Por lo demás, el presidente, en la que era su primera rueda de prensa desde su investidura, ha pasado de puntillas por la derrota de su senda de gasto en el Congreso, con la que los independentistas le lanzaron la primera advertencia. El plan, ha insistido, es volverla a presentar tras las vacaciones. Y agotar la legislatura. 

Sánchez ha esgrimido el trabajo hecho en los dos meses transcurridos desde su llegada a la Moncloa, 18 reuniones sectoriales con las comunidades autonómas incluídas, y también presumió de números: un crecimiento previsto a final de año del 2,7%, por encima de la media europea, un incremento del 5% de las inversiones y del 3,5% de las exportaciones y una prima de riesgo que en estos dos meses se ha situado en torno a los 100 puntos básicos. 

Ni siquiera las buenas expectativas electorales que le concede la última encuesta del CIS hacen cambiar el guión. El ejecutivo sigue sin plantearse elecciones anticipadas. «Tenemos mucho por hacer», ha zanjado Sánchez.

 

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