Las secretarias de Millet y Montull confirman las mordidas a CDC

Las secretarias aportan datos claves para demostrar los pagos de Ferrovial al partido de Artur Mas a través del Palau de la Música

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Las secretarias de Fèlix Millet y Jordi Montull confirmaron este jueves en el juicio del expolio del Palau de la Música que sus jefes les dieron notas manuscritas o dictadas para que las pasaran a limpio. En estas notas, halladas en sus ordenadores, se detallan las supuestas mordidas que Ferrovial pagaba a Convergència a través de la institución cultural.

En uno de estos documentos, donde se relacionan pagos de Ferrovial con entregas de dinero a la convergente Fundación Trias Fargas, se lee en la parte superior “Daniel”. Millet indicó que con este nombre se referían a Daniel Osàcar, extesorero de CDC y hombre de total confianza de Artur Mas.

Una de las secretarias relató que, en enero de 2008, Osàcar llamó dos veces por teléfono a Montull en pocos días y, como no consiguió dar con él porque estaba ausente, le dejó el encargo de que antes de que le devolviera la llamada hiciera el favor de hablar con Juan Elizaga. Este es un directivo de Ferrovial, también imputado en esta causa.

Osàcar se reunía y llamaba a menudo a Montull

María Eugenia Morante y Rosa María Roca, las secretarias de Montull, confirmaron que su jefe se reunía e intercambiaba frecuentes llamadas telefónicas con Osàcar. En algunas de las notas que redactaron, por indicación de sus jefes, aparecían los cálculos de comisiones de hasta el 4%.

María Pilar Casanovas, del equipo de secretarias de Millet, reconoció ser la autora de una anotación sobre la reunión que este último tuvo en 2005, en la cafetería de un hotel, con los convergentes Jaume Camps y Germà Gordó, exconsejero de Justicia de la Generalitat y actual diputado de Junts pel sí. Casanovas estaba a las órdenes de Elisabet Berberà, la secretaria personal de Millet, que el miércoles declaró que otro extesorero convergente, el difunto Carles Torrents, recibía “sobres cerrados y gruesos” cuando acudía al Palau de la Música

Economía Digital

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp