Ada Colau retuerce las normas de su partido en busca de un tercer mandato

Pese a que el documento ético de Barcelona en Comú impide encadenar más de dos mandatos, la alcaldesa de Barcelona aspira a su tercera legislatura

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Los códigos éticos del universo de Podemos fueron en su momento bastiones de la llamada ‘nueva política’ contra los vicios tradicionales del bipartidismo, pero con el paso del tiempo se han convertido en obstáculos en el camino de los dirigentes que han tocado el poder. Ha pasado ya con el partido de Pablo Iglesias y, a la luz de unas declaraciones recientes suyas, podría acabar sucediendo también con la formación que lidera Ada Colau.

La alcaldesa de Barcelona reveló este pasado fin de semana que no descarta lanzarse nuevamente a las elecciones y optar a un tercer mandato, no solo echando por tierra su previsión de no repetir, como transmitió tras los comicios municipales de 2019 en los que revalidó la alcaldía, sino también poniendo en jaque el documento ético de Barcelona en Comú. Colau ha defendido que, de hacerlo, sería solo porque se viven tiempos «excepcionales».

Y es precisamente esa citada «excepcionalidad» el as bajo la manga de Colau. Si bien el código ético exige a los cargos públicos de los comunes «limitar su mandato a dos legislaturas consecutivas», también es cierto que abre la posibilidad de prorrogarlas si surge una situación fuera de la normalidad, siempre y cuando «se dé un proceso de discusión y validación ciudadana». De ahí que la alcaldesa diga desde ya que «nos ha tocado un tiempo excepcional».

Defiende la líder de En Comú que su equipo de trabajo tenía «una serie de proyectos que han costado de arrancar» por culpa del procés, el atentado de Las Ramblas y ahora la pandemia del coronavirus. «No descarto, si fuera necesario, acompañar un tercer mandato porque la importancia del compromiso es que se pueda materializar el programa de transformación de Barcelona hacia una ciudad más sostenible, justa, democrática y líder en innovación social», dijo.

De querer hacerlo, cuenta también con el visto bueno del documento ético de Podemos, cuya marca catalana confluye en Barcelona en Comú. Y es que el partido morado hace exactamente lo mismo: limita los cargos públicos a ocho años pero «con posibilidad de prorrogarse excepcionalmente a un máximo de doce años».

«No ser como ellos»: el mantra de Colau

Pese a lo que dice el código ético, los comunes y los morados​ siempre han vinculado la concatenación de mandatos y otros asuntos como los altos salarios de los dirigentes públicos a la «vieja política». «Para no ser como ellos», defendía en 2014 Gerardo Pisarello, ahora secretario primero del Congreso de los Diputados y hombre fuerte de Colau en la Cámara baja desde que se puso en marcha el Gobierno de coalición.

Pisarello dijo esto en un artículo publicado en Público poco después de que Guanyem Barcelona (el primer nombre de la formación) aprobase su código ético. No mencionó entonces el que fuera número dos de los comunes que la «excepcionalidad» podía suavizar esta directriz interna, sino que se limitó a celebrarlo como parte de una serie de «compromisos» que «reflejan un sentido común extendido entre una ciudadanía que se siente estafada».

Compromisos «impensables» para los partidos tradicionales, insistió. Como impensable era en aquel entonces que Colau e Iglesias se subieran el sueldo pocos años después de felicitarse por abrirse paso como políticos alternativos, pero ya ambos lo han hecho. El líder de Podemos incluso quería eliminar el límite de mandatos, lo que le permitiría ser reelegido como secretario general de la formación, pero esto aún figura en el código ético morado.

Esa visión de la política la comparte desde siempre Colau, que hace un año, después de las elecciones municipales de 2019 que no ganó pero tras las que se mantuvo en el Ayuntamiento gracias a un pacto con el PSC y los votos del partido de Manuel Valls, dijo: «No vengo a alargarme en política pero nuestras políticas necesitan cuatro años más para consolidarse y para hacer esto lo mejor es hacerlo desde la alcaldía».

«Prácticamente seguro este será mi último mandato», aseguró en una entrevista en junio de 2019.

El concejal que renunció por el límite de mandatos

Cuando Guanyem estaba tejiendo su estructura, ya en 2015, uno de sus miembros fundadores renunció a formar parte de sus listas precisamente porque el código ético lo prohibía, toda vez que ya había sido concejal de Barcelona durante 12 años y tres mandatos. Se trata de Ricard Gomà, candidato a la alcaldía por ICV en las elecciones de 2011.

Pese a que defendió siempre la entrada de ICV en Guanyem, Gomà dio un paso al lado cuando los impulsores de la plataforma señalaron el límite de mandatos que él ya había cumplido. El partido de Colau quería presentarse a los comicios con una lista llena de nuevos políticos o activistas sin historial de responsabilidades en el Ayuntamiento.

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