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El escritor y periodista Albert Soler dice que hay una cosa muy propia de su ciudad, Girona, que es «callar y no llamar la atención». No es su caso, siempre a punto para ridiculizar a los dirigentes independentistas, por muy dominantes que sean en su entorno. Lo demuestra a diario con sus artículos en el Diari de Girona y también en su último libro: Barretinas y estrellas (Península).

Ácido, irreverente e impío, Albert Soler dice en una conversación con Economía Digital que de los dirigentes independentistas del momento quien más le gusta es «la gigantísima Laura Borràs, de Junts por Lo que Sea«.

«Hasta ahora ponían a un candidato y, tiempo después, quedaba inhabilitado por una burrada. Esta vez ya ponen a una imputada de serie. Está muy bien, así nos ahorramos mucho tiempo porque si es escogida presidenta irá directamente al banquillo de los tribunales y sería inhabilitada al cabo de poco. Y volverán los lloros y vuelta a comenzar. Es fantástico», describe el periodista, un adicto al circo del procés.

Del conflicto que no existe a los indultos

—¿Hacia dónde se conduce ahora el procés, ahora que existe la expectativa de que ERC puede relevar como primera fuerza a Junts por Lo que Sea?

«Yo creo que no tiene ninguna consecuencia que ERC se haga con la presidencia de la Generalitat en lugar de Junts por Como se Llamen porque el procés está muerto. Todo consiste en conseguir votos y cargos. Y todo lo demás es mentira. La única diferencia que veo es que en estos últimos tres años se han cuidado mucho de cruzar rayas que luego llevan a la cárcel».

No hay que tirar de la lengua al periodista para que, a las primeras de cambio, quede clara su incredulidad respecto a un «conficto político» que no percibe y respecto a unos dirigentes independentistas que, en el mejor de los casos, solo merecen su guasa.

«¿Dónde está el conflicto? Yo solo veo a unos tíos en la cárcel, a otros que huyeron y a otros que gritan eslóganes. Pero eso no es un conflicto, eso es su problema. ¿Qué conflicto es ése?», se pregunta.

Siendo esta su visión de la Cataluña soberanista, pueden imaginar qué piensa de los indultos. Pero para qué imaginar teniendo a mano su respuesta:

«Esto de los indultos solo servirá para que los presos salgan a la calle y recuperen dinero. Harán una tournée por donde puedan y querrán recuperar todo lo que no han ingresado como cargos de la Generalitat. Para eso están los indultos», opina el periodista.

El insulso, cobarde, mindundi y youtuber Quim Torra

Le pido a Albert Soler que rebobinemos un poco en el tiempo para fijarnos en la inhabilitación de Quim Torra como president y su salida inmediata del Palau de la Generalitat, ajena a toda épica.

«Torra siempre me ha parecido un perro ladrador poco mordedor. Es un personaje insulso, cobarde y mindundi. Se había garantizado cobrar la pensión como expresident sabiendo que sería inhabilitado y ahora lo tenemos aquí, en Girona, haciendo de youtuber clandestino desde una farmacia abandonada», dice de él.

El caso es que Torra desapareció prácticamente del mapa mientras la pandemia del coronavirus causaba estragos y los dirigentes independentistas prometían que la Cataluña independiente frenaría la covid-19 con bastante más eficacia que la torpe España. «Con la independencia habríamos actuado antes y no tendríamos tantos muertos ni tantos infectados», llegó a decir la portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó.

—¿Recuerda aquellas palabras de Budó?

—»Por supuesto que sí y creo que no se recuerdan suficiente ni esas palabras ni varias intervenciones de Budó, Vergès (consellera de Salud) y Buch (exconseller de Interior). Creo que el trío calavera convirtió al catolicismo a muchos catalanes porque escuchando sus planes contra la pandemia solo nos quedaba rezar».

Lo cierto es que ninguna de las medidas de la Generalitat ha logrado que Cataluña sobresaliera en la lucha contra el coronavirus. Las olas de la pandemia se suceden en la comunidad catalana con la misma intensidad que en el entorno, si no con mayor incluso, y el Govern ha llegado a la conclusión de que lo mejor es aplazar las elecciones del 14 de febrero, aunque el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ya ha frenado esta iniciativa.

«Todo lo que quiere esta gente es mantenerse en el poder y qué mejor manera de hacerlo que ir aplazando las elecciones. Mira, yo espero que no haya elecciones hasta mayo y que luego las vuelvan a aplazar. A mí, egoístamente, es lo que me gustaría porque me dan temas para escribir cada día. Total, Cataluña ya está en la miseria, así que de perdidos al río porque nos proporcionarán risas a diario», suelta Albert Soler.

El uno por uno del procés

Le propongo acabar nuestra charla con un repaso, uno por uno, de diez figuras de la Cataluña del momento. Y acepta el reto sin pestañear:

  • Quim Torra: un don nadie como president y un don nadie al cuadrado como expresident
  • Laura Borràs: una candidata que ya viene imputada de serie
  • Pere Aragonès: el eslabón perdido entre Torra y un mejillón en escabeche
  • Joan Canadell: que un friki llegara a presidir la Cámara de Comercio explica por si solo la decadencia de Cataluña y de su clase empresarial
  • Carles Puigdemont: la entrada “Vivales” en el diccionario debería acompañarse de una foto suya zampando mejillones en Bélgica
  • Elsa Artadi: cómo pasar directamente de un velero de la Christmas Race a la política
  • Oriol Junqueras: hay que huir siempre de quienes repiten sin cesar que son buenas personas, son peligrosos
  • Ernest Maragall: cómo despeñar un apellido desde lo más alto al fango
  • Elisenda Paluzie: una vendedora de camisetas al por mayor, ínfulas de estadista cuando debería ejercer en el mercado
  • Salvador Illa: un hombre gris convertido en esperanza blanca del constitucionalismo, señal de que la cosa está mu malamente
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