Esta centenaria marca de moda cierra su histórica tienda tras 50 años en activo
La histórica firma textil, con más de 125 años de trayectoria, cierra su icónica tienda de la avenida Diagonal tras casi medio siglo de actividad
Esta centenaria marca de moda cierra su histórica tienda tras 50 años en activo
La legendaria marca de moda Furest ha cerrado una de sus tiendas más emblemáticas en Barcelona, la ubicada en la avenida Diagonal desde 1975. Esta decisión marca un nuevo capítulo en la estrategia comercial de la firma, que busca adaptarse a los retos del mercado actual, apostando por una estructura más compacta y flexible. El histórico local de Diagonal, uno de los principales escaparates de la enseña durante casi cinco décadas, cede ahora el protagonismo a su punto de venta en la avenida Pau Casals, abierto desde 1973 y que se convertirá en el nuevo eje de operaciones de la empresa en la capital catalana.
Con este movimiento, Furest continúa un proceso de racionalización de su red de tiendas que lleva años en marcha. La empresa ya había clausurado en 2019 su icónico establecimiento del paseo de Gràcia, inaugurado en 1917 y considerado durante décadas uno de los templos de la moda masculina barcelonesa. La subida imparable de los alquileres en esa zona obligó entonces a abandonar ese histórico enclave, que actualmente ocupa una tienda de Zara. También cerraron otros puntos de venta como los situados en los centros comerciales Glòries, La Maquinista, Diagonal Mar, Mataró Parc y en la ciudad de Reus.
Actualmente, Furest mantiene únicamente tres tiendas físicas operativas: la de Pau Casals en Barcelona, y otras dos en Girona y San Sebastián. A principios de 2024, ya había bajado la persiana de su establecimiento en el número 609 de la Diagonal, muy próximo a la plaza María Cristina. Según fuentes cercanas a la empresa, el motivo principal del cierre del último local de Diagonal fue su excesivo tamaño y su cercanía con la tienda de Pau Casals, lo que generaba redundancia operativa.
Una firma centenaria que sigue reinventándose
Furest es una de las marcas más longevas del textil español, con una historia que arranca en 1898. Fue fundada por Estanislao Furest Roca, hermano del célebre homeópata Modesto Furest, creador de Vichy Catalán. Su primera tienda se abrió en la plaza Real, junto a la calle Ferran, epicentro comercial de la Barcelona de finales del siglo XIX. En 1917, la firma se trasladó al paseo de Gràcia, consolidando allí su fama entre la burguesía local. Por ese establecimiento pasaron varias generaciones de clientes fieles, atraídos por un estilo sobrio, elegante y de calidad.
A pesar del cierre de locales históricos, Furest mantiene una fuerte presencia entre un público selecto y fiel, gracias a su combinación de tradición y modernidad. En sus estanterías conviven productos de su propia marca con una cuidada selección de firmas internacionales como Hogan, Mac Jeans, Calce, Lubiam, Daniele Fiesoli, Wool & Co, Café Leather o Clae. Esta diversidad le ha permitido mantener una oferta competitiva y alineada con las nuevas tendencias sin perder su esencia clásica.
En términos económicos, la compañía ha logrado recuperarse tras un periodo complicado. Entre 2013 y 2021 acumuló pérdidas en ocho de los nueve ejercicios, lastrada por la crisis del comercio tradicional, la digitalización del sector y los elevados costes fijos. Sin embargo, en los últimos tres años ha conseguido remontar. En 2024 registró un beneficio neto de 239.000 euros, triplicando las ganancias de 2022, cuando obtuvo 88.000 euros. La facturación se mantuvo estable en 3,5 millones de euros, lo que refleja una gestión más eficiente y ajustada a la nueva realidad comercial.
Un futuro basado en el formato boutique
La estrategia de futuro de Furest pasa por abrir una nueva red de tiendas en Barcelona, pero de menor tamaño y con una distribución más ágil. Así lo indican fuentes próximas a la empresa, que aseguran que el objetivo es acercar la marca a los barrios sin incurrir en los elevados costes de los grandes locales de antaño. Este modelo, más flexible, permitiría a la firma mantener contacto directo con su clientela, reforzar la experiencia de compra personalizada y evitar los gastos operativos que implica mantener grandes superficies.
Este enfoque responde también al cambio en los hábitos de consumo, especialmente entre los clientes más jóvenes. La compra online, la preferencia por marcas con propósito y la búsqueda de exclusividad han transformado la relación entre consumidores y marcas. En este contexto, Furest apuesta por un modelo híbrido que combine la tradición del comercio presencial con una propuesta adaptada a los tiempos.
A pesar de su discreción pública —la compañía no ha querido hacer declaraciones oficiales—, el cierre del local de Diagonal no significa el declive de la marca, sino un paso más en su transformación. Administrada actualmente por Claudio Furest Peyra y Lucas Furest Pardo, la empresa afronta el futuro con el objetivo de seguir siendo relevante en un mercado cada vez más exigente, sin renunciar a su legado ni a su clientela más fiel.
El caso de Furest es un ejemplo claro de cómo incluso las marcas más tradicionales deben reinventarse para sobrevivir. En un entorno donde la competencia global y la transformación digital marcan el paso, el comercio textil vive una revolución que solo podrán afrontar aquellas firmas capaces de adaptarse sin traicionar su identidad. Con su nueva hoja de ruta, Furest busca seguir siendo sinónimo de estilo y calidad en el siglo XXI.