Cargos de Junts en la Generalitat reclaman un pacto con ERC para salvar la silla

"Quieren una alianza cueste lo que cueste" para no perder su plaza con una media salarial de 78.324 euros anuales, explican a ED fuentes del partido.

El presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, durante un pleno del Parlament. EFE/Enric Fontcuberta

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Un sector de Junts per Catalunya reclaman un pacto con ERC para salvar la silla. De lo contrario, algunos estarían más que dispuestos a quedarse trabajando con los republicanos si Junts elige quedarse en la oposición para no perder su plaza. Se trata de 200 altos cargos de Junts en la Generalitat, incluidos asesores de confianza, cuyo futuro laboral está en estos momentos en las manos de Jordi Sànchez. «La crispación y la preocupación son evidentes dentro de la formación», comenta una diputada de Junts.

Se trata de los altos cargos que están directamente vinculados a los departamentos que en este momento controla la formación: Cultura, Empresa, Interior, Politiques Digitals, Presidencia y Territori. La cartera de Presidencia cuenta con 20 altos cargos y 44 asesores eventuales, señalan fuentes de Junts y explican que todos estos cargos cesarían automáticamente con el consejero de turno si el partido de Carles Puigdemont pasara a la oposición.

A estos puestos también hay que sumarles los organismos vinculados con la Generalitat, como la agencia del Patrimonio Cultural, la Agència Catalana del Consum, el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) o la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), entre otros. En algunos casos son sistemas mixtos, entre el Govern y entidades privadas en las que sería más difícil relegar a estos cargos.

«Se nota estos días la tensión porque pueden perder su trabajo si pasamos a la oposición», señala una diputada del partido. Otros dentro de la formación no se lo toman tan bien y ven con «preocupación» que hayan «amenazado» con pasarse a trabajar con ERC para no perder su silla, si Junts decide no entrar en el Govern.

«Quieren una alianza cueste lo que cueste»

Fuentes conocedoras de las negociaciones afirman que alguno de estos cargos «se ha intentado poner en contacto con Sànchez» para explicarle su situación. «Quieren una alianza cueste lo que cueste» para no perder su plaza con una media salarial de 78.324 euros anuales, explican a ED.

Además de perder su puesto laboral,  el personal eventual de Junts en el Govern piensa que si no hay acuerdo de gobierno, disminuirán los fondos de la formación y ello propiciará la pérdida de la estructura territorial del partido que pueda salir airosa en los próximos comicios municipales que tendrán lugar en 2023. 

A esto se añaden las encuestas internas de los partidos que, tal y como publicó ED, otorgarían menos escaños a Junts en caso de inmediata repetición electoral. En concreto, cinco diputados menos perderían los de Jordi Sánchez, según sondeos internos de ERC. La gran mayoría del partido de Puigdemont se muestran tajantes: «No podemos ir a otras elecciones».

Un acuerdo de mínimos

De momento, ERC, JxCat y la CUP alcanzaron este miércoles un acuerdo de mínimos para desencallar una negociación que en las últimas horas había embarrancado y amenazaba con provocar una repetición electoral si Pere Aragonès no es investido presidente de la Generalitat antes del plazo límite del 26 de mayo.

Tras dos horas de reunión en el Parlament, con Jordi Sànchez conectado telemáticamente desde la cárcel de Lledoners, las tres formaciones acordaron impulsar un «gran Acuerdo Nacional por la Autodeterminación» y un «espacio para el debate de la estrategia independentista más allá de la gobernabilidad».

El secretario general de Junts, Jordi Sànchez, en un acto de campaña para las elecciones del 14-F. Foto: Julio Díaz (JxCat)

Los negociadores acordaron cuatro «puntos de mínimos» basados en una propuesta que había puesto sobre la mesa la CUP: en el primer punto, se comprometen a «dar una respuesta a la crisis social y económica» que vive Cataluña, mientras que en el segundo apuestan por «construir un muro de defensa de los derechos fundamentales y básicos que tienen un amplio apoyo por parte de la sociedad catalana y que no caben en el marco del Estado».

En tercer lugar, asumen el compromiso de convocar una primera reunión de trabajo para configurar «un gran Acuerdo Nacional por la Autodeterminación, que vaya más allá de partidos políticos y que agrupe la amplia mayoría social del país favorable» a un referéndum.

«Con el compromiso inequívoco de que desde el diálogo y el embate democrático en el Estado se pueda alcanzar el ejercicio de la autodeterminación y la amnistía durante la próxima legislatura», añaden. Por último, se comprometen a «alcanzar un espacio para el debate de la estrategia independentista más allá del marco de la gobernabilidad».

Sin embargo, las fuentes conocedoras apuntan que «hay puntos que son muy ambiguos porque no hay acuerdo todavía». Los de Junts buscan que Aragonés firme una hoja de ruta para redactar paso por paso cómo llegarán juntos a la autodeterminación de Cataluña y los de ERC no quieren detallar los planes. «Sigue habiendo desconfianza. Es lo normal», apuntan desde Junts.

Desde ambas formaciones apuntan que la reunión ha sido positiva para avanzar, aunque es pronto para decir si será suficiente para que ERC y JxCat vuelvan a encarrilar un acuerdo que en los últimos días se había ido complicando.

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