ERC y Bildu se unen para cobrarle a Sánchez la aprobación de los Presupuestos

Los republicanos piden la amnistía para los políticos presos mientras Otegi reclama un referéndum pactado para el País Vasco.

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El apoyo de Bildu y ERC a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2021 va a salir caro a Pedro Sánchez. Así se lo han hecho saber ambos partidos este lunes en el Congreso. «Ya tienen los Presupuestos. Ahora seremos más exigentes», contestó desde la tribuna la diputada de Bildu, Mertxe Aizpurúa. Catalanes y vascos se unen para abrir una nueva vía de presión al Gobierno que arranque mayores beneficios para sus territorios tras la aprobación de los Presupuestos. 

Se abre un nuevo tiempo para los socios del Gobierno de coalición tras la aprobación de los Presupuestos. Con esta negociación, republicanos y abertzales han descubierto que tienen intereses en común y que juntos son más fuertes a la hora de presionar al Ejecutivo de coalición, con la ayuda inseparable de una parte del Gobierno (Unidas Podemos). 

Tanto ERC como Bildu han decidido explorar esta vía, según ha podido saber Economía Digital, y esta semana han ejecutado los primeros pasos hacia su suma parlamentaria para arrancar más iniciativas para el País Vasco y Cataluña en la Cámara Baja. «Ya manteníamos contacto fluido, pero es verdad que desde la negociación (de los PGE) estamos explorando nuevas vías para que nuestras propuestas lleguen a buen término», comentan desde ERC a este medio. 

Además de arrancar más iniciativas al Gobierno, las dos formaciones aspiran a desplazar a sus respectivos competidores en País Vasco y Cataluña. ERC ya lo ha conseguido con Junts. Los republicanos llevan meses siendo el principal interlocutor del Ejecutivo en la Generalitat y siempre que pueden reivindican «el diálogo» como salida hacia un referéndum pactado, de cara a las próximas elecciones catalanas. 

Por su parte, la atención de Podemos hacia Bildu ha levantado suspicaciones en el PNV, quien hasta ahora ostenta la máxima confianza con el Gobierno. Sin embargo, la formación abertzale dio el paso inédito de apoyar las cuentas y confía en su interlocutor, Pablo Iglesias, para llevar sus propuestas históricas a buen término durante la legislatura.  

Amnistía y referéndum pactado

La prueba de fuego entre las dos formaciones comenzó este lunes con la rueda de prensa conjunta entre los portavoces de ERC y Bildu, Marta Vilalta y Arnaldo Otegi, respectivamente. Ambos dirigentes se han reivindicado como «la izquierda independentista útil» tras el acuerdo y su creciente influencia en el Congreso. Lo han dicho en rueda de prensa telemática en la que han escenificado la coordinación estratégica y la «sincronización de agendas» entre ambos para influir en Madrid.

«Representamos a 18 diputados en el Congreso y generamos esperanza hacia nuestra gente, con horizontes a la ciudadanía de nuestros pueblos. Conseguimos recursos para el día a día para responder a las necesidades más inmediatas y a la vez luchamos desde hace muchos años por la libertad de nuestros países», defendió Vilalta.

Ambos dirigentes insistieron en unir sus fuerzas para alcanzar la independencia de Cataluña y el País Vasco, y a la vez, aseguran, estar coordinados “para detener la represión”, lograr una amnistía y avanzar en la resolución del conflicto catalán.

La portavoz republicana tiene claras sus prioridades y, ante la pregunta de los periodistas sobre por qué ERC se ha coordinado con Bildu en la negociación de los PGE, pero no con JxCat y la CUP, Vilalta contestó que le hubiera gustado sumar a los partidos independentistas al acuerdo, pero que finalmente los republicanos han priorizado «ayudar a la gente», ya que argumentó que los PGE se hubieran aprobado de todas formas e, incluso, con el apoyo de Cs, en lugar del de ERC.

Por su parte, el portavoz de Bildu y condenado por pertenencia a ETA, Arnaldo Otegi, explicó que Cataluña, con el proceso del 1 de octubre, «ha protagonizado la mayor revolución democrática de este siglo en Europa y lo ha hecho de forma pacífica y democrática, planteando la subversión de las urnas, dando la voz a la gente».

De este modo, reiteró que a EH Bildu le gustaría «hacer un proceso similar» a través de un «referéndum pactado». En este sentido, dijo que «el problema es que para que lo haya tiene que haber dos partes con voluntad y eso es lo que hay que explorar».

«Seremos más exigentes»

Si la portavoz republicana llevó la batuta este lunes por la mañana, Bildu la cogió por la tarde durante el pleno en el Congreso enfrentándose al Gobierno desde la tribuna. «Ya hay legislatura y ahora vamos a exigir avances económicos y políticos de más alcance», dijo la diputada de Bildu, Mertxe Aizpurúa.

«No hay excusas. Haremos valer nuestros votos en este camino», advirtió antes de señalar, por si a alguien le quedaba alguna duda, que «ahora seremos muchos más exigentes con el Gobierno». 

«Este bloque histórico debe dar paso a decisiones y políticas históricas», continuó Bildu para destacar las mejoras que, a su juicio debe acometer el Gobierno para mejorar España, entre ellas destacan: «avanzar en la plurinacionalidad» del Estado, «transitar hacia una política penitenciaria que deje atrás la excepcionalidad» y «más derechos sociales».

«No les diremos que se callen, solo que se adapten, respeten y asuman», remachó la dirigente abertzale. 

Equilibrio de poderes 

Sin ningún rubor y desde ERC aseguran que buscan «influir» y meter cabeza en el reparto de poderes del Ejecutivo cuando la legislatura reanude su marcha, tras la aprobación de los Presupuestos. Desde Unidas Podemos aseguran a ED que no va a haber «ningún movimiento» dentro del Ejecutivo que escenifique ningún cambio de poder, «seguiremos como hasta ahora», esgrimen. 

Sin embargo, los morados tampoco se esconden en felicitar a Bildu y celebran contentos que, tanto ERC como los abertzales, formen parte de lo que los morados llaman «agenda reformista» para tomar parte en los asuntos de Estado.

De hecho, nada más anunciarse el ‘sí’ de Bildu a las cuentas, Iglesias aseguró que incluiría a Bildu en la «estructura de Estado». Es decir, elevar a la formación a la categoría de partido influyente para el Ejecutivo de coalición. Algo que desató un profundo malestar dentro del PSOE y entre algunos miembros del Gobierno. 

El ‘experimento’ ya está en marcha porque ambas formaciones quieren formar parte e influir en la toma de decisiones del Ejecutivo de coalición. «Cuantas más iniciativas arranquemos al Gobierno central, mejor vivirán los catalanes», señalan desde ERC. 

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