Guerra en el PP de Cataluña con su líder en Barcelona: «Ni el chavismo es tan siniestro como el PPC»

Afines al portavoz municipal en el partido critican que la formación esté controlada por una "camarilla mafiosa": "Aquí hay gente que se cree que los sitios tienen nombre"

El portavoz del PP en Barcelona, Josep Bou, junto al líder del PPC, Alejandro Fernández; el alcalde de Madrid, José Luís Martínez Almeida; y el número dos del PP, Teodoro García Egea / PPC

El portavoz del PP en Barcelona, Josep Bou, junto al líder del PPC, Alejandro Fernández; el alcalde de Madrid, José Luís Martínez Almeida; y el número dos del PP, Teodoro García Egea / PPC

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Una grave crisis azota al PP de Barcelona a menos de dos años de las próximas elecciones. Sin un candidato claro, dividido desde la base hasta las entrañas del grupo municipal, y donde los críticos a Josep Bou buscan la manera de echarlo. Sus partidarios lo ven como un outsider, mientras que sus detractores lo definen como una persona que se ha labrado «muchas enemistades».

La crisis viene de lejos, aunque ha ido empeorando con el tiempo. La situación se recrudeció cuando el portavoz municipal cesó a dos consejeros de distrito, Isaac Martín y Xavi Cañigueral; al jefe de prensa, Joan Castelló; y al jefe de gabinete de Alejandro Fernández, Eduardo Bolaños, que más tarde fue recolocado como único asesor en el grupo mixto del Parlament.

La situación actual es delicada, a menos de dos años de unas municipales donde el partido no tiene asegurada su representación en el consistorio. Fuentes del PP cercanas a Bou explican que la formación está secuestrada por una «camarilla mafiosa» que no acepta los cambios impuestos por el portavoz y que «controla el partido»: «Ni el chavismo es tan siniestro como el PPC».

El «eslabón débil» para atacar a Josep Bou

Sobre el jefe de gabinete de Josep Bou, Luis Barroso; y las informaciones publicadas en El Mundo sobre su pasado en la armada bolivariana y la petición de Casado al concejal barcelonés para que lo cese, desde el entorno del portavoz barcelonés, pero también desde sus críticos, le definen como una «víctima» de la guerra: «Es el eslabón débil para atacarle a él».

Desde el PP de Barcelona sospechan que esta filtración procede de Génova: «Es una forma de Casado de retirarle la confianza a Josep sin dar la cara». También, la filtración según la cual sería Daniel Sirera el candidato: «Le conviene a Urgell, porque ve que lo que ha luchado durante dos años y medio lo está llevando a cabo otra camarilla, igual de siniestra».

Otras fuentes afines a Bou en el PP de Barcelona insisten en que el boicot a Bou empezó desde el primer minuto: «Los antiguos consellers no se comunicaban con él, no le daban información. Ahora todo va mucho mejor, Bou puede ir a muchos actos en los distritos porque le avisan».

Sobre las críticas a Bou por haber cesado a históricos del PP para poner a asesores independientes, insisten que fue exactamente lo que hizo Alejandro Fernández en sus listas: «Es igual que con Eva Parera o, en su momento, con Lorena Roldán. Poner a gente que no es del partido por delante de los que lo son». «Aquí hay gente que se cree que los sitios tienen nombre», explican.

Desde los afines a Bou insisten en que el génesis del problema viene desde la campaña de 2019, al asegurar que dimitiría si no conseguía ser alcalde, lo que provocó que la «camarilla», donde sitúan al concejal Óscar Ramírez –que estuvo a punto de romper el grupo municipal–, y también a muchos de purgados, empezaran a conspirar y a repartirse un poder que nunca llegó.

«Le oí decir muchas cosas, pero nunca que dimitiría»

Una versión que desmienten otros perfiles críticos con Bou: «Le oí decir muchas cosas, pero nunca que dimitiría». Explican que Bou no tenía objetivos realistas, puesto que «se veía de alcalde» y, aunque reconocen que fue una hazaña que consiguiera entrar con dos al ayuntamiento cuando la posibilidad de quedar fuera era real, él lo vivió como un «fracaso».

Sobre la relación entre Bou y Fernández, conocedores críticos con el concejal aseguran que ha «conspirado» contra el líder del PPC, y sospechan que tras el portavoz están los de «siempre», como Alberto Fernández Díaz o Xavier Garcia Albiol, que no aceptan que el actual mandatario «abriera el partido» a perfiles como Eva Parera, Cayetana Álvarez de Toledo o el propio Bou.

Critican también si Barroso era el perfil más idóneo para llevar a cabo las funciones de jefe de Gabinete: «Es como si a mí me hubieran puesto de jefe de gabinete del alcalde de Nueva York». Una cosa que consideran, no justifica los ataques que ha recibido: «Un hermano suyo era concejal opositor de las periferias de Caracas y tuvo que huir de su país».

Además, en el entorno del PP afín a Bou recuerdan que ya participó en la campaña de 2017 con Xavier Garcia Albiol –y no en 2019 con el portavoz–, y que entonces «a nadie parecía importarle» que fuera ex-militar en Venezuela. Una participación que críticos con Bou reconocen, aunque la rebajan a unas prácticas en el máster que estudiaba sobre comunicación política. Desde el entorno del concejal insisten en que las prácticas fueron en 2016, mientras que en las autonómicas ya asesoraba a la formación.

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Sergi Ill

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