Junts per Catalunya rebaja el tono y le reclama a Sánchez «valentía»

Los independentistas evitan precisar ninguna petición al nuevo presidente del Gobierno y optan por esperar gestos de Sánchez mientras rediseñan la estrategia

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Descolocados por el trepidante devenir de los acontecimientos, tras una semana vertiginosa en la que el independentismo ha acabado por hacer posible el éxito de la moción de censura contra Mariano Rajoy pese a las reticencias a avalarla de Carles Puigdemont, en Junts per Catalunya (JpC) están ahora a verlas venir mientras reconfiguran su estrategia. La consigna es “esperar, observar y escuchar” los gestos del nuevo ejecutivo que ha de formar en breve el nuevo presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez.

La semana pasada, tras la presentación de la moción, el portavoz adjunto de la coalición independentista, Eduard Pujol, se había desmarcado del Pdecat (que forma parte de la misma) y de ERC, restándole toda la importancia que podía a la iniciativa y extendiendo al PSOE sus invectivas contra el gobierno del PP. «¿Qué ganamos sustituyendo a un cómplice del 155 por otro cómplice del 155?”, alegaba.

Pujol ha insistido en sus reticencias respecto de Pedro Sánchez, pero ha rebajado el tono

Ocho días después, ya con Rajoy caído, Pujol ha insistido en sus reticencias respecto del nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero ha rebajado el tono. El portavoz independentista le ha reprochado la “notoria capacidad para el insulto” demostrada, a su entender, con sus críticas a Torra por sus escritos con contenido xenófobo, y también su apuesta por actualizar el delito de rebelión en el Código Penal, pero ha preferido vender que está dispuesto a hacer borrón y cuenta nueva.

“Le pedimos que en su nuevo rol institucional abandone esta parte frívola y adopte un papel basado en el diálogo y en el respeto”,  ha dicho. Y también «valentía» para afrontar el diálogo con el presidente de la Generalitat, Quim Torra.

El terreno de la ambigüedad

Pujol ha reiterado las peticiones ya conocidas de que se levante el 155 -cosa que pasará automáticamente cuando el Govern tome posesión mañana sábado- y la intervención económica dela Generalitat, que el PP y el PSOE pactaron mantener, y ha vuelto a insistir en que sigue habiendo “presos políticos”, pero, pese a que le han preguntado si le pedirán al sucesor de Rajoy en La Moncloa un referéndum o indultos para los independentistas procesados si son condenados, ha evitado concretar ninguna demanda.

Pujol se mantenía así en el terreno de la pura ambigüedad en la que también se instaló Torra cuando en el Círculo de Empresarios le plantearon la posibilidad de negociar un nuevo Estatut. Torra dijo valorar la propuesta, pero que para dialogar era necesario que haya “alguien al otro lado” de la mesa. Lo que no aclaró es qué haría con ella si, efectivamente, encontrara interlocutor.

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