La dirección de CDC reclama sin éxito a Mas una hoja de ruta hasta el 27S

El partido quiere orientar su futuro, con un congreso de refundación, la relación con Unió y el proceso soberanista

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Los partidos se bloquean de forma periódica. Se paralizan. Y la responsabilidad es de sus principales dirigentes. En Convergència todo está parado. Pero quien lo está de forma especial es el President Artur Mas, que no quiere ni puede abrir más frentes, y menos un conflicto interno en Convergència a pocos meses de la gran prueba de fuego: las elecciones municipales, y, especialmente, los comicios al Ayuntamiento de Barcelona.

La ejecutiva de Convergència de este lunes fue, por primera vez desde hace meses, algo movida –es un decir, en todo caso, porque en CDC no se recuerda un debate intenso desde hace años.

Aunque existe una preocupación que cada vez es mayor, sólo se manifiesta en los círculos privados. Pero, a pesar de todas las cautelas, distintos dirigentes tomaron la voz para pedir a Mas una hoja de ruta sobre varios aspectos.

El frustrado congreso de refundación

Uno de los dirigentes que quería saber es Josep Rull, coordinador general del partido. Rull es respetuoso, discreto, pero lleva meses reclamando un congreso que reoriente el futuro de CDC, que sirva para refundar un instrumento político, que debe servir para encarar la vía soberanista en los próximos años. Rull quiere que ese congreso se convoque este mismo año, y algunos dirigentes apuntan que debería ser antes del verano.

También se preguntó por las relaciones con Unió Democràtica, después de que Josep Antoni Duran Lleida, este mismo lunes, dejara claro que no piensa seguir la hoja de ruta independentista, y que si se incluye ese horizonte en el programa electoral en las elecciones del 27 de septiembre, él no lo secundará. Duran afirmó que trabajará para que sus tesis triunfen en Unió, y en función de su éxito ya tomará una de decisión.

El otro tema que preocupa a Convergència es la relación con Esquerra, para conocer si se podrá contar con los republicanos de cara a las elecciones, y justo después, para formar gobierno.

Ni izquierdas, ni derechas, Convergència sigue

Mas, a todo ello, no quiere tomar, todavía, ninguna decisión. Y ha pospuesto todos los planes que le sugieren los dirigentes de su partido. «Existe un malestar de fondo, que justo ahora se podría comenzar a verbalizar», explica un dirigente.

El caso es que no habrá congreso para fijar la nueva dirección. Rull es «coordinador general», pero no secretario general, una figura que representa ser el número dos del partido. No habrá debate de ideas sobre qué quiere ser Convergència en el futuro, después de las iniciales proclamas, tras la confesión de Jordi Pujol en julio de que CDC debía abrazar posiciones más sociales. En definitiva, no hay «un calendario interno» del partido. Las decisiones se tomarán, y ya se verá, según aseguró Mas, «a finales de febrero». 

Barcelona, la clave de todo

A Mas, en estos momentos, según distintas fuentes de la dirección, y al departamento de Presidència, que dirige Francesc Homs, sólo le interesa las elecciones municipales, y la gestión del día a día. Y, en concreto, con elemento central, las elecciones al Ayuntamiento de Barcelona, que marcarán la suerte del proceso soberanista. Si el alcalde Xavier Trias no encuentra socios de gobierno, si ERC le deja en la estacada, «se podría acabar todo en ese momento», se señala. Es decir, que no hubiera elecciones el 27 de septiembre, aunque, las haya anunciado el propio Mas.

El congreso del partido toca en 2016, pese a los intentos de que sea en junio, o justo después de las elecciones de septiembre. «Luego vendrán las elecciones generales, y tampoco será un buen momento», se advierte. Y en junio, Mas estará pendiente de los pactos postelectorales que se puedan producir tras las municipales. Acuerdos para ganar alcaldías y diputaciones, como la de Barcelona, que está en el aire.

El mandato de un congreso que no tiene fecha

No hay respuestas, por tanto, a las preguntas que se hace el partido, que vive momentos de zozobra. Sólo la portavoz de CDC, Mercè Conesa, trató de concretar alguna cuestión, con un éxito descriptible, tras la ejecutiva.

«No podemos perder ni un minuto en discusiones que se alejen del proceso nacional, lo que decida Unió estará muy bien pero desde CDC tenemos desde hace tiempo un mandato muy claro de un congreso, CDC es independentista porque tenemos un congreso que marca una hoja de ruta, este es nuestro mandato», afirmó, dando rodeos sobre lo mismo, un congreso que no tiene fecha.

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