La restauración se revuelve contra Colau por la tasa de las terrazas

El Gremio de Restauradores ve la medida de Colau como la última de "una intolerable campaña de fustigación que sufrimos desde hace cuatro años"

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Ada Colau se vuelve a situar en la diana del Gremio de Restauradores. Los empresarios del sector han exhibido músculo este martes, arropados por representantes de la oposición del Ayuntamiento de Barcelona, para declarar una nueva guerra contra la alcaldesa por su propuesta inicial de modificación de las ordenanzas fiscales vigentes para 2020, que pasa por incrementar las tarifas para las terrazas.

Se vuelve a repetir la historia de hace un año, cuando los restauradores se unieron en contra de la aplicación de la normativa de terrazas en el distrito de Ciutat Vella. Pero esta vez lo han hecho con mayor ímpetu y compañía. La asociación ha abarrotado todas las localidades de la sala dos del Club Capitol este martes, donde ha desplegado un gran acto de protesta con presencia de políticos y profesionales del sector famosos.

Los restauradores han denunciado que la propuesta del Ejecutivo de Colau y el PSC no es una actualización sino una «multiplicación» y un «aumento desproporcionado» de las tasas, afirmando que hay casos en los que supone un incremento de hasta el 900%. Políticos de la oposición –de los partidos ERC, JxCat, Ciudadanos, PP y BCN Canvi, que juntos representan 23 de los 41 concejales del pleno municipal– les han apoyado.

También se han lanzado contra la medida de Colau figuras como Albert Adrià, Jordi Cruz, Ada Parellada y Joan Escribà, además de representantes de Pimec y Fundación Barcelona Comerç. En total eran más de 300 los presentes que han concordado con Roger Pallarols –el director del Gremio de Restauración– cuando ha dicho que la medida «forma parte de una intolerable campaña de fustigación que sufrimos desde hace cuatro años».

Pallarols ha explicado que el incremento afecta todas las terrezas de Ciutat Vella, Eixample y Gràcia. El presidente del Gremio, Pere Chías, ha pedido que «la estabilidad presupuestaria no sea a costa del sector de la restauración». Y ha advertido de que seguirán luchando contra la subida de tasas, en un contexto de inestabilidad económica y política, vandalismo y lentitud en las licencias, entre otros problemas que acusa el sector en la ciudad condal.

Respuesta política

Colau y los socialistas anunciaron en octubre las nuevas ordenanzas fiscales que recogerán en el próximo presupuesto municipal, entre las que destaca el aumento en el coste de tener una terraza en la ciudad. El 25 de octubre, ERC y JxCat facilitaron la aprobación inicial de las ordenanzas mediante su abstención; en la votación solamente han votado a favor los comunes y el PSC, y han votado en contra Ciudadanos, Barcelona pel Canvi y el PP.

Pese a su abstención a finales de octubre, ERC y JxCat han acompañado a los partidos de la oposición que han votado en contra de las medidas fiscales de Colau este martes en el acto de los restauradores. Elsa Artadi, de JxCat, ha afirmado que el incremento de la tasa de las terrazas es «el error más grande los presupuestos». Por su parte, el republicano Miquel Puig ha dicho que quieren acordar un presupuesto que mejore esta modificación, que no ha cambiado desde 2010.

En el espacio de la derecha, el discurso no ha cambiado. Josep Bou, del PP, ha afirmado que ahogar la restauración es sinónimo de sufrimiento para Barcelona, y Luz Guilarte ha añadido que Cs propondrá que el Gobierno municipal se siente en una mesa técnica con el sector para revisar la tasa y pactar una subida progresiva, para que no imponga un incremento que ve «de carga ideológica». Manuel Valls (BCN Canvi) ha dicho que la modificación es un «despropósito por desproporcional e inoportuna».

Todo ello ha obligado al gobierno de Colau a reaccionar a las críticas. La concejal de Comercio, Montserrat Ballarín (PSC), ha intentado tranquilizar a los restauradores al señalar que las ordenanzas fiscales aún se están negociando y que aún no hay nada definitivo. Pero también ha defendido que pagar cuatro euros al día por una mesa en plaza Catalunya no es desproporcionado. En todo caso, ha afirmado que «lo que verdaderamente nos importa es tener un presupuesto lo bastante fuerte».

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