Los Mossos estallan: se sienten «moneda de cambio» entre ERC y la CUP

El sindicato mayoritario SAP-FEPOL advierte del "peligro" del preacuerdo de investidura y alertan del desamparo que sufre el cuerpo por parte de partidos e instituciones

Los manifestantes atacan la comisaría de La Rambla con cócteles molotov durante la marcha para pedir la libertad de Pablo Hasel, el sábado en Barcelona. EFE/Alejandro García

La Generalitat deja en el cajón más de 700 sanciones impuestas en manifestaciones independentistas. Imagen de las protestas por Pablo Hasel. EFE/Alejandro García

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Los acuerdos entre ERC y la CUP han causado revuelo entre los Mossos d’Esquadra. El sindicato policial SAP-FEPOL ha lamentado convertirse en «moneda de cambio» para las negociaciones para formar Govern, con un «cuestionamiento» que ya viene de lejos y cuyo punto de inflexión ha sido la violencia causada por la libertad de Pablo Hasél.

La portavoz de SAP-FEPOL, Imma Viude, ha explicado a Economía Digital que el pacto es «inaudito» y sienta un precedente «peligroso» que pone en una posición de debilidad a la policía. La representante policial ha criticado el desamparo que sufre el cuerpo, y cuestiona la efectividad de retirar la pelotas de ‘foam’.

«¿Con qué quieren que dispersemos la masa de violentos? ¿Cómo garantizamos que se evite el cuerpo a cuerpo? Esto aumentará la lesividad tanto para los agentes como para las demás personas», ha lamentado la portavoz del sindicato mayoritario dentro de la policía autonómica.

«Estamos viendo a un violento más profesional»

Viude ha recordado que la «bala de ‘foam’ no es efectiva» en tanto que es insuficiente para evitar el cuerpo a cuerpo, aunque «es lo que tenemos». «Lo que se debe hacer es un debate sobre las herramientas que tenemos en la calle, sobre todo cuando los modelos de violentos can cambiando».

«Estamos viendo a un violento más profesional: están más preparados y organizados. Han ido in crescendo, no se nos puede desarmar». Los Mossos piden en su lugar «buenas herramientas y formación» para hacer frente a «nuevas olas tan profesionalizadas».

El desamparo que sienten los Mossos d’Esquadra viene de varios niveles institucionales. Más allá del preacuerdo entre la CUP y ERC a espaldas del cuerpo, el cuestionamiento del modelo de orden público se ha llevado produciendo desde la sentencia del procés catalán.

Los cuerpos policiales en Cataluña llevan meses sufriendo ataques muy graves durante las manifestaciones que desembocan en violencia. El más llamativo, cuando un grupo de radicales en Barcelona prendieron fuego a un furgón de la Guardia Urbana con un agente dentro.

Los Mossos, desamparados ante las instituciones

La desafección del cuerpo con las instituciones también se refleja contra Miquel Sàmper. El conseller de Interior fue una de las primeras autoridades en cuestionar el orden público, algo que generó un malestar al unísono en todos los sindicatos y organizaciones policiales.

Aunque se mostró abierto a revisar «el modelo de orden público», Sàmper también ha modulado su discurso: de un ataque frontal a la actuación del cuerpo a cerrar filas con la policía. El conseller, señalado por la CUP y que tiene difícil su continuidad en el Ejecutivo, incluso llegó a decir que no daba su opinión para no entorpecer las negociaciones.

Los antisistema pidieron su dimisión y se oponen a que sigan al frente del orden público. Sàmper aseguró que Arran, las juventudes vinculadas a la CUP, era uno de los «actores» que alientan la violencia en las manifestaciones de los últimos días, junto con el «comunismo combativo» o las «células anarquistas».

Sergi Ill

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