Puigdemont, a punto de perder la inmunidad como eurodiputado: ¿qué pasa después?

La comisión de asuntos jurídicos del Parlamento Europeo vota a favor de levantar la inmunidad a Puigdemont, Comín y Ponsatí

La exconsejera de Enseñanza, Clara Ponsatí, junto con el expresidente catalán Carles Puigdemont y el exconsejero de Salud, Toni Comín, en Bruselas, el 26 de mayo de 2019 | EFE/LM/Archivo

La exconsejera de Enseñanza, Clara Ponsatí, junto con el expresidente catalán Carles Puigdemont y el exconsejero de Salud, Toni Comín, en Bruselas, el 26 de mayo de 2019 | EFE/LM/Archivo

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La comisión de asuntos jurídicos del Parlamento Europeo ha dado luz verde al informe que apuesta por levantar la inmunidad de Carles Puigdemont, Clara Ponsatí y Toni Comín, tal como solicita el Tribunal Supremo. Todo apunta a que el pleno de la semana del 8 de marzo ratificará esta decisión y que los independentistas perderán el fuero de Bruselas.

La votación de la comisión tuvo lugar este martes y se saldó con 15 votos a favor, ocho en contra y dos abstenciones. La sesión fue tensa después de que la semana anterior se filtrase el informe del ponente Angel Dzhambazki, representante del nacionalismo húngaro cuestionado por Puigdemont y partidario de aceptar el suplicatorio solicitado por el Supremo.

Al igual que lo han hecho formaciones españolas como el PP, Vox y Ciudadanos, el PSOE ha votado a favor del informe; es decir, de levantar la inmunidad de los eurodiputados. El argumento del citado documento es que los hechos por los que se investiga a los independentistas anteceden su toma de posesión en la Eurocámara, por lo que la inmunidad no les cubre.

Tanto desde el partido del expresident fugado a Bélgica, Junts per Catalunya, como desde Esquerra Republicana se acogió con disgusto el voto a favor del PSOE, lo que a su vez ha alimentado el veto de estos partidos al PSC en el marco de las negociaciones postelectorales para formar un nuevo Ejecutivo en la comunidad autónoma.

Pero más allá de los efectos inmediatos de esta decisión, que en el imaginario del independentismo habría sido tan positiva como si se hubiese rechazado el suplicatorio del Supremo, el futuro próximo de Puigdemont, Ponsatí y Comín es tan poco claro ahora como hace un mes o un año. Lo que pase después del pleno de marzo puede desajustar todas las barajas.

Puigdemont pierde la inmunidad, pero no el escaño

Los independentistas huidos de España, donde la justicia les requiere para investigar su participación en el referéndum ilegal del 1-O de 2017, tan solo han perdido la inmunidad, no su escaño de eurodiputados. De hecho, se presentaron a las elecciones europeas de 2019 previendo un escenario como este, con el que a su parecer iniciará el ‘verdadero juicio’.

Perder la inmunidad significa que la justicia belga ya puede retomar el proceso que dejó en el aire cuando Puigdemont, Ponsatí y Comín se convirtieron en eurodiputados. Pero los jueces belgas que han tratado asuntos relativos al procés no están alineados con sus homólogos españoles y consideran que el Supremo no es competente para juzgar a los susodichos.

Así que, si el Parlamento Europeo finalmente acepta levantar la inmunidad de los políticos catalanes, la euroorden quedará en manos de Bélgica, poco receptiva de las justificaciones españolas. Y no es como que España pueda volver a pedir un suplicatorio a la Eurocámara si este proceso falla, pues solo puede hacerlo una vez por persona por causa.

Los malos augurios nacen a raíz del caso del exconsejero de Cultura, Lluís Puig, huido a Bélgica aunque no convertido en eurodiputado. En agosto pasado, los tribunales de ese país rechazaron extraditarle, y este pasado enero la Fiscalía belga anunció que no recurriría esa decisión, efectivamente denegando la petición de entrega cursada por España.

El expresidente catalán y Comín, exconsejero de Salud, son buscados por los delitos de sedición y malversación, mientras que Ponsatí, exconsejera de Enseñanza, por sedición. Los líderes independentistas que no huyeron tienen penas de cárcel de entre 9 y 13 años y condenas en firme del Supremo, mientras que los huidos apenas empiezan a perder la inmunidad.

Es cierto que el proceso se retrasó por la pandemia, pero la «jugada» de Puigdemont pasaba por ganar tiempo mientras perfilaba la batalla final contra el Estado español: llevar el procés al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Entre la justicia belga, el rechazo de Alemania a extraditarle y la sentencia sobre Oriol Junqueras, creen que hay caso.

Previendo un nuevo revés por parte de la justicia belga, el Tribunal Constitucional ratificó en una sentencia reciente la competencia del Supremo para juzgar a los dirigentes independentistas que orquestaron el 1-O. Lo dijo en al rechazar el primer recurso contra la sentencia del procés, presentado por la exconsejera de Gobernación, Meritxell Borràs.

Cuando la justicia belga dio la razón a Puig, Gonzalo Boye, abogado de Puigdemont y de los demás fugados, aseguró: «Siempre sostuvimos que el Tribunal Supremo no era competente para estos hechos y personas; ahora, la justicia belga nos da la razón con las consecuencias que ello tiene para el resto de procedimientos pendientes».

Así las cosas, el fin del suplicatorio y el levantamiento de la inmunidad implica, sobre todo, que comienza una nueva partida de Puigdemont contra España, y viceversa.

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