Puigdemont manda de gira a Mas, Ortega y Rigau para desprestigiar España

El Govern quiere que expliquen en el exterior “la fobia y el pánico a la democracia” del Ejecutivo español, para que se sepa “qué pasa en España”

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

El gobierno catalán que preside Carles Puigdemont está dispuesto a seguir adelante y convocar el referéndum de autodeterminación, tras la sentencia del TSJC que ha condenado a Artur Mas, y a las ex consejeras Irene Rigau y Joana Ortega por desobedecer al TC. Para ellos tres, Puigdemont les ha encomendado una tarea crucial para el soberanismo, y quiere que expliquen en el exterior, “la fobia y el pánico a la democracia” del Ejecutivo español, con el ánimo de desprestigiar la democracia española.

El problema para el soberanismo sigue siendo “la democracia”. Con un mensaje que se repite una y otra vez, el gobierno catalán considera que España no goza de una democracia completa, y que el movimiento independentista tendrá, finalmente, el apoyo de las democracias europeas, que obligarán a Mariano Rajoy la convocatoria de un referéndum.

El ejecutivo catalán analizó este martes las consecuencias de la sentencia, y, aunque existen dudas en el seno de Junts pel Sí, porque se da por hecho que el conflicto sólo puede acabar en unas nuevas elecciones al Parlament, se pretende llegar hasta el final, erosionando todo lo que pueda al Gobierno español. En palabras de la portavoz del Govern, Neus Munté, “lo que se ha demostrado es la fobia y el pánico a la democracia del Gobierno español, y nosotros reaccionaremos con más democracia, con más estima para defenderla”.

Esa es la mercancía que vende el soberanismo, pese a las afirmacions de la propia sentencia del TSJC, cuando, en sus fundamentos jurídicos, rechaza que se contraponga la ley con la democracia: “La democracia se basa no sólo en la división de poderes sino en la sumisión de todos al imperio de la ley y al cumplimiento de las resoluciones judiciales».

El gobierno catalán considera que España no goza de una democracia completa, y que el movimiento independentista tendrá, finalmente, el apoyo de las democracias europeas, que obligarán a Mariano Rajoy la convocatoria de un referéndum

Sin embargo, el ejecutivo catalán no está dispuesto a dar marcha atrás, aunque tan poco puede hacerlo, sometido a una dinámica propia que le llevará a convocar el referéndum. Munté expuso que al Govern “no le temblarán las piernas”, y que se aprovechará a Mas, Rigau y Ortega para que publiciten “lo que está pasando en España”, con un intento de desacreditar la democracia española. “Quién mejor que ellos para explicar –en el entorno europeo– cómo de frágil es la democracia en el Estado español”, sentenció Munté.

¿Puede calar ese mensaje? El Gobierno, a través de apoyos públicos, con organismos como el Diplocat, y en colaboración con voluntarios, ha puesto en marcha una red internacional con la que contacta con profesores, universidades y distintos colectivos. “Se está haciendo un gran trabajo”, recordó Munté. Desde el departamento de Relaciones Institucionales, que dirige el consejero Raül Romeva, se ha llegado hasta un grupo de diputados en la cámara de los lores del Reino Unido. Son unos 20, que han abierto un espacio de discusión para abordar la “cuestión catalana”.

Eso es una prueba, a juicio del gobierno catalán, de que el independentismo está logrando difundir su ‘verdad’. “Eso contrasta con lo que está pasando en España”, reiteró.

Esa es, sin embargo, la reacción pública por parte del Gobierno de la Generalitat, que necesita mantener cohesionado al movimiento independentista. Las dudas son ahora enormes en el Ejecutivo catalán, porque, aunque se pretende agitar a la sociedad catalana, no se percibe que exista un gran apoyo, o que la reacción pueda ser masiva si se piden manifestaciones masivas en la calle.

Las dudas son ahora enormes en el Ejecutivo catalán, porque, aunque se pretende agitar a la sociedad catalana, no se percibe que exista un gran apoyo, o que la reacción pueda ser masiva si se piden manifestaciones masivas en la calle

Lo que ocurre es que, a pesar de que se pretende “responder con más democracia”, frente al Gobierno español, Junts pel Sí ha tomado decisiones que han sido criticadas internamente, y que han provocado el enojo del único socio en el Parlament, los anticapitalistas de la CUP.

Una ha sido el nombramiento del periodista Vicent Sanchis como director de TV3, un profesional que ha desarrollado su carrera profesional bajo la órbita de dirigentes de Convergència, ahora Pdecat, y, en concreto, con la complicidad de Lluís Prenafeta, la mano derecha al inicio de su mandato de Jordi Pujol. La otra decisión que empaña esos objetivos “democráticos” ha sido la tramitación, sin opción al debate, de la reforma del reglamento del Parlament, con el objeto de aprobar rápidamente la ley de transitoriedad nacional, que dará cobijo al referéndum.

Este mismo martes, se constituyó la ponencia en el Parlament que abordará ese cambio del reglamento.

Pero el Gobierno catalán se refugia en esa acusación a la democracia española, que, de forma concreta, se querrá plasmar en un recurso a la sentencia del TSJC, que ha inhabilitado a Mas, Rigau y Ortega, en Estrasburgo. Fuentes jurídicas consultadas aseguran que será una buena oportunidad “para que el independentismo choque con la realidad”, al dar por supuesto que Estrasburgo ratificará la sentencia del TSJC.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp