Puigdemont se apodera de la marca JxCat a espaldas del Pdecat

¿A los tribunales? El Pdecat asegura que tomará "las acciones oportunas" para recuperar la marca

El expresidente fugado de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el acto del Consell per la República de Perpinyà (Francia), en febrero de 2020 | ANC/Archivo

El expresidente fugado de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el acto del Consell per la República de Perpinyà (Francia), en febrero de 2020 | ANC/Archivo

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Carles Puigdemont se ha salido con la suya: ha conseguido maniobrar para apoderarse de la marca de JxCat registrada por el Pdecat en el registro de partidos. Según ha avanzado Catalunya Ràdio y ha podido confirmar Economía Digital, el presidente del partido es Carles Valls, el alcalde de Balenyà afín a las tesis de Puigdemont. 

La anterior presidenta del JxCat, Laia Canet, era afín a la expresidenta de la formación posconvergente, Marta Pascal. De hecho, la militante del partido heredero de Convergència se convirtió en líder de la formación cuando la actual fundadora del Partit Nacionalista de Catalunya intentó echarle un pulso a Puigdemont. 

El Pdecat no se ha tomado bien esta apropación por la espalda de la marca de JxCat. La formación que preside David Bonvehí ha confirmado que disponen de documentos que acreditan lo fraudulento de la operación, y que tomarán «las acciones que consideren oportunas». 

El partido se ha mostrado molesto con la maniobra de Puigdemont. Según un comunicado, el Pdecat» hará las consultas oportunas en el Registro de Partidos para conocer en base a qué documentos se han efectuado estos cambios». «Reiteramos que JxCat no puede entenderse sin el Pdecat, tal y como consta en todos los acuerdos establecidos hasta la fecha de hoy», ha argumentado. 

Al borde de la ruptura

Este apoderamiento de JxCat por parte del entorno de Waterloo ha puesto otra piedra en el camino en las ya maltrechas relaciones entre el Pdecat y Puigdemont. El expresidente fugado a Bélgica pondrá en marcha su nuevo partido el 25 de julio al margen del Pdecat con el que tratará de buscar la victoria en las elecciones catalanas. 

Si no hay un acuerdo entre las dos partes enfrentadas, el llamado espacio convergente acabará de fragmentarse. La cúpula afín a David Bonvehí usa los derechos electorales del Pdecat como arma electoral, mientras que el entorno de Puigdemont creen que el tirón del propio expresidente es suficiente como para arrastrar adónde sea su grosor de votantes. 

La Crida: el fracaso de Puigdemont

Puigdemont ya había intentado crear un partido nuevo al margen de JxCat, pese a su fracaso: la Crida Nacional. Con este artefacto, el expresident pretendía absorber al menos a una parte de Esquerra Republicana, su principal competidor en las urnas, y a la vez engullir al Pdecat. Pero la realidad desmitió las ansias y objetivos de Puigdemont.

A la práctica, el papel que ha jugado la Crida ha sido el de guardián de las esencias del puigdemontismo. Así lo demuestran sus integrantes más destacados como las diputadas Elsa Artadi y Aurora Madaula, conocidas por mantener una permanente coherencia con Puigdemont.

La Crida Nacional ha rechazado siempre cualquier transformación del Pdecat en JxCat, así como cualquier propuesta de integración que mantuviera a la formación heredera de Convergència activa y con perfil propio. Toni Morral llegó a pedir una formación «100% nueva», pese a que eso supusiera perder los derechos electorales de JxCat

 

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