¿Adiós a los helados de Ben & Jerry’s? Greenfield abandona la compañía después de 47 años
Uno de los helados de Ben & Jerry’s. Foto: Ben & Jerry’s
Después de 47 años de trabajo y activismo, Jerry Greenfield ha decidido abandonar la empresa que él mismo fundó junto a Ben Cohen en 1978. La noticia sacudió al sector alimentario y a la comunidad empresarial, ya que no se trata solo de la marcha de un alto directivo, sino del cofundador de una de las marcas de helados más icónicas del mundo. Greenfield comunicó su decisión a través de una carta que Cohen compartió en redes sociales, donde dejó claro que se va por profundas diferencias con la compañía matriz, Unilever.
En sus palabras, se trató de «una de las decisiones más difíciles y dolorosas» de su vida profesional, motivada por la creciente percepción de que la compañía había abandonado los principios que la hicieron única: usar el negocio como una herramienta para defender la justicia social.
«Ben & Jerry’s ya no puede hablar con libertad»
Greenfield acusa directamente a Unilever de haber «silenciado» la voz de Ben & Jerry’s por miedo a incomodar a los poderosos. Según explica en su carta, cuando vendieron la compañía en el año 2000 firmaron un acuerdo que garantizaba la independencia de la marca para expresar sus posiciones sociales y mantener su activismo como parte esencial de su identidad corporativa. Durante años, la empresa habló abiertamente sobre temas como el cambio climático, la equidad racial o los derechos LGTBQ+, convirtiéndose en un referente del activismo empresarial.
Sin embargo, Greenfield lamenta que esa independencia «se ha desvanecido» justo cuando —según él— es más necesaria que nunca. «Defender los valores de justicia, equidad y humanidad compartida nunca ha sido más importante, y sin embargo Ben & Jerry’s ha sido silenciado, marginado por miedo a molestar a los que están en el poder», escribió con contundencia.
La ruptura no llega en un vacío, sino tras años de fricciones entre la junta de Ben & Jerry’s y Unilever. En noviembre de 2024, la marca presentó una demanda en un tribunal federal de Nueva York acusando a la multinacional de censurar sus mensajes de apoyo a la población palestina durante la guerra de Gaza. La demanda sostenía que Unilever había amenazado con desmantelar la junta directiva independiente, demandar a sus miembros y sancionar a empleados por expresar posturas políticas que pudieran «dañar la imagen corporativa».
Para Greenfield, este episodio marcó un punto de inflexión. «La verdadera prueba de los valores llega cuando los tiempos son difíciles y tienes algo que perder», afirmó en su carta, reprochando que la compañía haya optado por la autocensura en lugar de defender sus principios históricos. Según el cofundador, esta actitud representa «una traición a la esencia» de Ben & Jerry’s.
After 47 years, Jerry has made the difficult decision to step down from the company we built together. I’m sharing his words as he resigns from Ben & Jerry’s. His legacy deserves to be true to our values, not silenced by @MagnumGlobal #FreeBenAndJerrys pic.twitter.com/EZXGRjs76a
— Ben Cohen (@YoBenCohen) September 17, 2025
Una marca que siempre fue más que helado
Greenfield recordó que desde su origen, Ben & Jerry’s fue concebida como algo más que una empresa de alimentos: era una plataforma para impulsar cambios sociales. A lo largo de su historia, la compañía ha apoyado campañas por el matrimonio igualitario, la reducción de emisiones de carbono o la reforma del sistema de justicia penal. Para muchos consumidores, ese compromiso era tan importante como el propio producto.
«Desde el principio, Ben y yo creímos que nuestros valores y la búsqueda de la justicia eran más importantes que la propia compañía. Si la empresa no podía defender las cosas en las que creíamos, entonces no valía la pena que existiera en absoluto», escribió Greenfield, dejando clara su decepción por el rumbo actual.
La matriz, Unilever, adquirió Ben & Jerry’s en el año 2000 prometiendo respetar su independencia en cuestiones sociales, pero las tensiones han ido en aumento. Con el paso de los años, la presión de inversores y gobiernos ha hecho que la multinacional adopte un perfil más conservador, priorizando la estabilidad de su negocio global sobre las declaraciones políticas de sus marcas. Esto, según Greenfield, ha vaciado de contenido el acuerdo original.
Unilever, por el momento, no ha respondido públicamente a las acusaciones de Greenfield, aunque fuentes cercanas a la compañía han señalado en anteriores ocasiones que su objetivo es «equilibrar el compromiso social con la responsabilidad hacia los accionistas».

Un futuro incierto para el legado de Ben & Jerry’s
La marcha de Greenfield deja a Ben & Jerry’s en una encrucijada: mantener su identidad activista o diluirla en el modelo corporativo de Unilever. Para muchos seguidores de la marca, su diferenciación en el mercado no se basa solo en el sabor de sus productos, sino en el mensaje que los acompaña. La pérdida de esa voz crítica podría afectar a su imagen ante un público cada vez más sensibilizado con la responsabilidad social de las empresas.
Por su parte, Greenfield no ha anunciado cuáles serán sus siguientes pasos, pero ha dejado entrever que seguirá trabajando en proyectos ligados a la justicia social. Su socio Ben Cohen, ya retirado de la gestión activa desde hace años, expresó su «profunda tristeza» por la situación y defendió la decisión de su amigo, asegurando que «ha sido fiel a los valores que nos inspiraron desde el primer día».
La salida de Jerry Greenfield marca el fin de una era en Ben & Jerry’s y abre un debate sobre el papel que deben jugar las empresas en los asuntos sociales. Su renuncia no solo pone de relieve las tensiones entre propósito y rentabilidad, sino que también plantea una pregunta clave: ¿puede sobrevivir la identidad de una marca activista dentro de un gigante multinacional?
Mientras la compañía trata de mantener el rumbo sin uno de sus fundadores históricos, el gesto de Greenfield podría convertirse en un símbolo para otras empresas que luchan por equilibrar sus valores con las presiones del mercado.