Añade una segunda pantalla al ordenador para ser más productivo

Sea para cocinar o para trabajar con documentos impresos una mayor superficie de trabajo no solo resulta más cómodo, sino que también incrementa la productividad, reduce el estrés y minimiza los errores.

Todo lo anterior también se aplica a la superficie de trabajo digital: un monitor más grande e incluso, mejor, dos monitores, mejora significativamente la productividad, tal y como respaldan diversos estudios.

Porque aunque parezca una cuestión trivial e incluso subjetiva, hay estudios dedicados a analizar las ventajas de utilizar dos pantalla en lugar de una, o una pantalla grande en lugar de una pantalla pequeña —como podría ser la de un ordenador portátil— y cuantificar su impacto en la productividad.

Incluso cuando de se trata de completar tareas comunes y cotidianas, los sujetos del estudio las «realizan más rápido y con menos esfuerzo,» dicen en su estudio investigadores del Georgia Institute of Technology.

Un segundo monitor para ‘actividades secundarias’

A menudo un segundo monitor se utiliza para «»actividades secundarias» como el correo electrónico, las redes sociales o Slack, o para actividades o información complementaria» a la actividad principal, apuntan desde Onezero. Esto ahorra el tiempo que supone cambiar constantemente de ventana, pestaña o de aplicación; y de mover de sitio las ventanas, o cambiarlas de tamaño.

Este uso secundario tiene como ventaja que para un ordenador de sobremesa el segundo monitor puede ser más pequeño y más sencillo y por tanto más barato que el monitor principal.

En caso de trabajar con un ordenador portátil, lo habitual es que la pantalla del portátil, más pequeña, pase a ser el segundo monitor. Pero esto depende de las preferencias y gustos de cada uno.

Las claves: buena nitidez y contraste, y frecuencia de refresco elevada

De este modo se puede optar por un modelo que prescinda de los altavoces (si ya se tienen, o si ya tiene el monitor principal) o con menos ajustes ergonómicos y prestaciones.

No conviene sin embargo renunciar a una buena resolución y nitidez. Los mismos investigadores señalan que «las pantallas de alta resolución facilitan la ejecución de tareas y provocan menos dudas y frustración.»

De modo similar, una frecuencia de refresco elevada (como 144 Hz) causa menos fatiga ocular, especialmente cuando el monitor se utiliza durante periodos de tiempo prolongados. También es un valor a tener en cuenta (junto con el tiempo de respuesta, medido en milisegundos) en el caso de pantallas que se van a utilizar para jugar a videojuegos, aunque sea de forma ocasional.