Carlos Quílez desenmascara a las ‘manos sucias’ de la corrupción en su última novela

El periodista de 'Economía Digital' presenta su octava obra literaria en la que los protagonistas y la trama se parecen demasiado a la vida real

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En España, hay muchas “manzanas podridas”, como señala The Economist en su último número. O dicho de otra forma, continuos casos de corrupción. Los escándalos se suceden, salpicando a partidos de derechas e izquierdas, a poderes públicos y empresas. Pero ¿y si la novela fuese el único espacio de libertad que queda para poder contar lo que no se puede decir, por increíble que parezca? Esa es, precisamente, la pregunta que ha motivado al periodista Carlos Quílez a volver al mundo de la literatura con su última novela, Manos sucias, de la editorial Alrevés.

Tras cinco años al frente de la dirección de Análisis de la Oficina Antifraude de Cataluña y veinte como periodista radiofónico en la cadena SER, el actual director de investigación de Economía Digital vuelve a la carga con un género tan propio como es el periodismo llevado a la novela negra.

Presentación en Barcelona

Él mismo reconoce que se ha zambullido en sumarios para poder redactar y explicar, desde el rigor y la tranquilidad, las entrañas más oscuras de la estructura de Estado. Y lo hace a través de su octava novela de no ficción, en la que abre esa “mochila de excrementos que esta sociedad lleva puesta y que conviene que expliquemos”.

La impunidad de empresarios y gobernantes vendidos al poder, al sexo y al dinero inspiran las más de 200 páginas de una novela que este sábado ha presentado en su librería de cabecera, Negra y Criminal. Arropado por familiares, amigos, compañeros de profesión como la periodista Maika Navarro; del director general de Mossos d’Esquadra, Albert Batlle o de fiscales de Barcelona, Quílez ha reconocido que Manos sucias es su apuesta “más valiente”.

Redada anticorrupción

El cantante e ilustrador Pepe Farruco, autor de la portada, ha sido quien ha dado paso al autor durante la puesta de largo. Lejos queda aquella ocasión en la que el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, le cedió la palabra en otra de sus presentaciones literarias. Esta vez, en un ambiente cercano y desenfadado, Quílez ha explicado que su última obra recorre “esa lacra que nos inunda” y contra la que luchan muchas personas en este país.

Para ello, vuelve a dar vida en la ficción a la periodista Patricia Bucana que comparte protagonismo con el comisario Pardina; Andreu García, de los Mossos d’Esquadra o el sargento Vílchez, de la Guardia Civil. Todos ellos vivirán la mayor redada anticorrupción de la historia. Una trama policial que pretende desenmascarar a esas manos que se ensucian a espaldas de la sociedad.

Protagonistas demasiado reales

En las páginas de Manos sucias confluye el trabajo periodístico y de documentación que ha permitido al autor revelar “cómo son los corruptos, como se dirigen entre ellos y cuál es su estructura de valores”. Una historia en la que sus protagonistas hablan muy parecido a como lo hacen mafiosos y criminales. O como el propio autor define,“una novela sobre la corrupción que se parece demasiado a la verdad”.

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