Cómo buscar socios para tu ‘startup’ (sin tener que arrepentirte después)

Algunas claves de experto para encontrar a la pareja de negocios ideal antes de lanzarte al altar de la notaría

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Siempre digo en mis clases de ISDI que buscar socios para abrir una ‘startup’ es como buscar pareja para casarse. La búsqueda y gestión de socios fundadores es un tema que se trata poco en las escuelas de negocio y en los tratados sobre emprendimiento, y que sin embargo es clave para el éxito.

La mayor parte de proyectos suelen fracasar, incluso antes de empezar a facturar, por problemas entre los socios. E igual que en los matrimonios, el “trabajo” previo para encontrar a tu pareja ideal es vital para no arrepentirse después.

Lógicamente siempre hay quien prefiere vivir solo a estar en pareja. Y aunque mucha gente es feliz así, son una minoría: la mayoría necesitamos a alguien para alcanzar la plenitud, y en los negocios pasa igual. Se puede emprender solo, pero tienes más posibilidades de pegártela y el camino será mucho más arduo que si lo haces en buena compañía.

Se puede emprender solo, pero el camino será mucho más arduo que si lo haces en buena compañía

Si no te casarías con el primero que pase por tu puerta, tampoco te asocies con alguien que no conozcas bien. Si un noviazgo sirve como test previo a la boda, es muy recomendable trabajar un tiempo con tus futuros socios antes de lanzarte al altar de la notaría con ellos.

Pensaréis que exagero, pero en los primeros años de una ‘startup’ pasarás más tiempo con tus socios que con tu pareja. Se trabajan muchas horas, y de forma muy intensa. Con tus socios vivirás momentos inolvidables, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad…

Pero si el noviazgo no es garantía de matrimonio feliz, lo mismo pasa con los compañeros de curro: hasta que no te juegas tu propio dinero, y hasta que no llegan los momentos realmente difíciles y estresantes en tu empresa, es difícil saber cómo reaccionarán tus socios.

Es muy recomendable pedir referencias de tus socios potenciales

Por eso es muy recomendable pedir referencias de tus socios potenciales a ex-socios que hayan tenido en otros proyectos, ex-compañeros, amigos comunes… cuanta más información tengas, más reducirás las posibilidades de asociarte con un futuro troll, que los hay. Es como conocer a la familia de tu novio: te da pistas cruciales de con quién te vas a casar.

Dónde buscar socios para tu ‘start-up’… y cómo convencerlos

Busca pareja es (relativamente) fácil: en el trabajo, escuela, hobbies, bares, apps para ligar, las amigas de mis amigos, un vecino que pasea al perro… Lo difícil es dar con la pareja adecuada. Y la clave está en estar abierto o atento para reconocer cuando llegue el “zing”, el flechazo.

Con los socios es un poco más complicado, pero la clave es la misma: estar atento, estar en modo “búsqueda” de socios potenciales. Yo por ejemplo llevo años apuntando nombres de gente con la que podría llegar a asociarme: gente a la que admiro por distintas causas, a los que sigo y leo… personas con la que he trabajado y me han demostrado su brillantez, su honradez y profesionalidad… hombres y mujeres de los que he aprendido cosas.

La clave es estar atento y en modo “búsqueda” de socios potenciales

Ya decíamos antes que el mejor sitio para buscar socios es el trabajo. Pero también se pueden encontrar en escuelas de negocio, en un proveedor, en la competencia, en el colegio de tus hijos, en eventos del sector, en las redes sociales…

Si tienes un proyecto en mente, identifica los perfiles de los socios que vas a necesitar, y ponte a buscar por tierra, mar y aire. Todo vale. Y el truco está en contarle tu proyecto a mucha, mucha gente. Cuanta más mejor, cuanta más gente lo sepa más posibilidades tendrás de encontrar los socios que buscas.

Un inciso: si no quieres contar tu idea porque crees que alguien te va a copiar… entonces es mejor que lo dejes. Las ideas por sí solas no valen nada, lo importante es la ejecución, y si crees que alguien va a ser capaz de ejecutar mejor que tú tu idea, entonces es que no conoces lo suficiente sobre el problema que vas a resolver, y quizá lo más sensato sea no meterse en el berenjenal que es emprender.

Busca a alguien que te complete y te haga mejor, no alguien a quien controlar e imponerle todo.

Supongamos que has identificado a tus socios potenciales. ¿Cómo los convences ahora para que se asocien contigo? Aquí es donde la idea sí se vuelve importante: es esa idea, el proyecto, y tu propia trayectoria profesional y tu visión y liderazgo, lo que motivará a gente brillante a sumarse a tu equipo. Trabaja el mensaje, prepara un ‘pitch’ específico para convencer a las personas clave, encuentra lo que les motiva y convéncelos de que con el equipo que estás armando lo podréis conseguir.

Tienes que demostrar tu capacidad como líder, y que tienes un plan, pero al mismo tiempo ser humilde para aceptar sus recomendaciones e ideas: precisamente por eso quieres socios, gente brillante que te corrija y complemente, y te ayude a llegar a donde tú no puedes.

Es igual que con tu pareja: quieres alguien que te complete y te haga mejor, no alguien a quien controlar e imponerle todo. Si no hay respeto mutuo y comunicación, no saldrá bien.

Prepárate por si todo sale mal con tu socio

Seguro que has oído historias terribles de divorcios, con gente que se transforma y es capaz de cualquier cosa con tal de conseguir sus objetivos económicos… o por el simple placer de hacer daño al otro. Bueno, pues en las ‘startup’s también pasa. Y con la misma saña.

Para evitar o al menos suavizar estas guerras familiares que destrozan todo lo que hay alrededor, en el matrimonio se inventaron los acuerdos prenupciales y la separación de bienes. Y en las ‘startups’ tenemos los pactos de fundadores, un contrato legal que debería firmarse ante notario antes de hacer el primer ‘power point’ o tirar la primera línea de código.

El problema es que hablar de dinero es incómodo: plantear la separación de bienes a tu novio es casi tan complejo como hablar del reparto de acciones o de futuros salarios de los fundadores en tu ‘startup’. Se suele evitar hasta que no queda más remedio, y entonces puede que sea demasiado tarde.

Conviene tener un contrato antes de hacer el primer ’power point’ o tirar la primera línea de código.

Hablar de estos temas a calzón quitado, y hacerlo cuanto antes, es imprescindible: no todos los socios aportan lo mismo, ni pueden o quieren comprometerse o arriesgar del mismo modo. Y las ideas preconcebidas y el “yo pensaba que” no sirven.

Por eso hay que hablar sobre qué porcentaje de acciones tendrá cada cuál, qué aportará cada uno, qué pasa si hay incumplimientos (‘good leavers’, ‘bad leavers’), qué responsabilidad, puesto y salario tendrá cada uno, etc.

Después de hablarlo y alcanzar un acuerdo, hay que poner todo eso por escrito en un pacto de fundadores, a ser posible con asesoría legal especializada, y pasar por la notaría (incluso antes de constituir la empresa). Creedme, es dinero bien invertido. He vivido lo que ocurre cuando no tienes un pacto, y lo más probable es que acabe mal.

Y si uno de los socios no quiere firmar o pone pegas… quizá no sea el socio adecuado. Firmar un pacto de fundadores demuestra compromiso con el proyecto, y eso es exactamente lo que debes buscar en tu futuro socio.

La importancia de los objetivos y valores compartidos entre ambos socios

Pero hay otro elemento vital a la hora de elegir socios que no se puede reflejar en un documento legal, y que también se evita tratar porque es algo muy personal y en lo que mucha gente miente o no cuenta toda la verdad.

Hablo de los objetivos de cada uno de los socios para el proyecto, y los valores que deben regir en todo momento en la empresa. Pero de los objetivos de verdad, no el rollo “miss” de eliminar la pobreza del mundo.

Hay temas difíciles de tratar pero vitales que es necesario abordar para asegurar una buena relación entre socios

A tu novia en la primera cita igual le preguntas que si es más de perros o de gatos, su comida favorita, y si prefiere playa o montaña. Pero seguro que no le preguntarás si quiere tener hijos y cuántos, si fidelidad o pareja abierta, si se droga en secreto o si engaña a Hacienda. Y con los socios pasa lo mismo, hay temas difíciles de tratar, y sin embargo son vitales:

¿Queremos crear un lifestyle business o una ‘startup’ que será comprada en 5 años? ¿Es vender nuestro objetivo? ¿Por cuánto? ¿Cuántos años de tu vida estás dispuesto a darle a este proyecto?

¿Seguirás dentro de 3 años si la empresa no ha levantado el vuelo? ¿Qué pasará si algún día te llega una oferta de trabajo tentadora mientras lo estamos pasando mal para pagar las nóminas? ¿Pelearás por los empleados y te dejarás los cuernos para devolver el dinero a los inversores aunque eso te suponga un coste de oportunidad tremendo?

¿Estarías dispuesto a mentir a los clientes? ¿Y a aprovecharte de los empleados? ¿A edulcorar la realidad ante inversores y medios? ¿Dónde acaba el maquillaje y empieza la mentira?
¿Qué cosas estamos dispuestos a hacer para tener éxito? 

¿Cruzaremos alguna línea legal o seremos honestos a prueba de bombas aunque eso suponga el fracaso del proyecto? ¿Hasta donde llegaremos?

Si los intereses y los valores no están alineados al final la relación se romperá

¿Cómo de rápido quieres ir? ¿Prefieres un ritmo más sosegado pero seguro, o prefieres asumir mil riesgos corriendo a toda velocidad? ¿Prefieres vender con una rentabilidad razonable o prefieres arriesgar hasta el final para pegar el gran pelotazo?

Todas estas cosas, y otras, deberían tratarse con los socios. Porque sin alineamiento de intereses (ambos queremos tener hijos) ni de valores (queremos educarlos en un colegio británico laico), al final la relación se romperá, y posiblemente saltarán las costuras del proyecto llevándose por delante a empleados, inversores, proveedores, socios, clientes, etc.

Y sí, es difícil. Y no, no hay garantías de éxito. Y como en las parejas, con los socios habrá una fase de enamoramiento y luego se irá perdiendo un poco la magia porque irás descubriendo cosas que no te gustan de él o ella. Pero si sois capaces de superar juntos los malos momentos, y si mantenéis el respeto mutuo y la comunicación, entonces sabrás que has encontrado al amor de tu vida. Como socio, claro

— Miguel Díez Ferreira es fundador y CEO de @RedKaraoke, cofundador de ISDI, Yacom, y otras ‘startups’. Emprendedor, periodista, profesor…

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