Una camiseta cambia de color según la contaminación de tu ciudad

Una empresa de EEUU crea una camiseta que cambia de diseño según el nivel de monóxido de carbono, partículas contaminantes y hasta de la radiación presente

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Siempre se especula dónde vendrá la próxima revolución tecnológica, y uno de los campos menos apreciados pero más fértiles son las industrias textiles. El uso de nanotecnologías en prendas de vestir pueden servir para regular la temperatura de los tejidos, o inyectar insulina en pacientes diabéticos cuando sea el momento de aplicar sus dosis.

Pero sin llegar a estos prototipos, ya hay prendas que tiene una valiosa utilidad como fuente de información, como las camisetas que lanzó al mercado Aerochromics, que permiten detectar los niveles de contaminación en una ciudad.

Las camiseta, que se venden ‘tan solo’ por 500 dólares (poco menos de 450 euros), y fue diseñada por el artista y diseñador Nikolas Bentel. Fue confeccionada con un tipo de tejido reactivo equipado con sensores, que cambia de blanco a negro según el nivel de tres agentes: monóxido de carbón, partículas contaminantes y radioactividad. Depende del grado de detección, el dibujo comienza a retorcerse y cambiar de tonalidad, y el usuario puede intuir a qué nivel de contaminación está expuesto.

Crece la contaminación en las grandes urbes

El gobierno de Estados Unidos determina que un índice de calidad del aire (AQI) en 100 unidades es un nivel tolerable. Por ejemplo, un sábado al mediodía Madrid tiene un índice de 50 a 60 AQI, que puede duplicarse un día de semana y con poco viento. Pero Nueva Delhi puede llegar a un baresmo de 180 AQI, Beijing de 165 y Los Ángeles de 110.

Para Bentel, el índice de 100 AQI no es suficiente para hablar de un nivel tolerable: «todos deberían respirar en buenas condiciones atmosféricas, y no sólo en niveles moderados». Por ello, a partir de 60 unidades de AQI el diseño comienza a cambiar de color, y al llegar a 160, el dibujo ha desaparecido y sólo se ve el color negro.

En el caso de la detección del monóxido de carbón y las partículas contaminantes, el dibujo cambia según se alteran los índices de detección. En la camiseta que detecta la radioactividad, todavía en fase de ensayos, el diseño queda permanente. Claro, para ese entonces, quien vista esta prenda debería estar más preocupado por su salud que por el dibujo que presenta.

Los fondos destinados a la venta de estas camisetas se destinan a las investigaciones que encara Aerochromics, que busca desarrollar prendas de vestir y objetos que ayuden a vivir en ambientes urbanos expuestos a problemas ambientales.

Economía Digital

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