Deoleo retará a las marcas blancas tras la buena cosecha aceitera

Los más de cuatro euros que vale el litro de Carbonell resultan muy elevados comparados con los tres euros que cuesta la botella de 0,4 grados –la del tapón rojo– en los establecimientos de las grandes cadenas de distribución

Planta embotelladora de Deoleo.

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La guerra del aceite está de nuevo servida entre Deoleo, principal comercializador mundial, y las grandes cadenas de distribución, ante el cierre de la nueva cosecha, que apunta a una recuperación notable respecto al batacazo de la pasada temporada, cuando España solo produjo 800.000 toneladas, muy por debajo de las 1,8 millones de toneladas recolectadas en la cosecha 2013-2014.

Ahora, ya a 31 de enero, se llevaban contabilizadas más de 1,2 millones de toneladas, lo que hace prever que la cosecha a finales de marzo alcanzará en torno a 1,4 millones de toneladas. Entonces, ¿qué va a pasar con los precios?

Lo lógico es que, a mayor producción, baje el precio del aceite en origen. En agosto, el escaso producto existente provocó que el kilo de aceite, tanto virgen como extra, se vendiera por encima de cuatro euros. Pero la cosa no está tan clara.

Los productores ya han echado sus números. Y, evidentemente, no ven que esos cuatro euros vayan a darse este año, pero tampoco creen que vaya a bajar de tres euros. Y apoyan su previsión en que, al final, tras el cierre de la cosecha, las existencias serán muy similares.

Existencias similares respecto a hace un año

Hace un año, había un sobrante de 400.000 toneladas que, sumadas a las 800.000 de la nueva producción, dejaba las existencias en aproximadamente 1,2 millones de toneladas.

Ahora, el sobrante es mucho menor, de apenas 100.000 toneladas, pero la producción es mucho mayor (en torno a esos 1,3 millones de toneladas), con lo que se partirá de producto almacenado en las almazaras de unos 1,4 millones de toneladas, ligeramente por encima de los cálculos realizados por los productores.

Comprar en origen a tres euros el kilo

A partir de aquí, desde Deoleo confían en poder comprar ese kilo de aceite por tres euros o menos, de cara a poder volver a competir con los aceites de las marcas blancas, y volver a mejorar sus márgenes.

Al cierre del ejercicio 2015, su ebitda se hundió de manera notable, con una caída superior al 56%, hasta poco más de 35 millones, que elevaron las pérdidas a 61 millones de euros. 

Un deterioro del margen achacado a la imposibilidad de trasladar de manera inmediata la subida de precios de la materia prima a los precios de cesión, del 13%, con una diferencia cercana a los diez puntos porcentuales entre el incremento del precio unitario de coste y el de venta.

El umbral de 3,8 euros el litro en las tiendas

Para Deoleo, la empresa presidida por Manuel Arroyo, todo lo que sea poder ofrecer el precio del aceite al consumidor hasta los 3,8 euros por litro entra dentro de su previsión de resultar competitivo. Cuando sube de ese umbral –aunque sea de manera atenuada–, el consumidor opta por las marcas blancas o, incluso, prefiere comprar aceite de girasol.

La subida de precios de España es negativa para la aceitera por partida doble, tanto en la parte que le toca por el descenso en el consumo del aceite de oliva un 7,7%, como por el trasvase hacia las marcas blancas, que no paran de crecer y que ya rozan el 70% de la cuota de mercado.

Italia también flojea

Y si la cosa fue mal en España, tampoco fue muy bien en Italia, el otro gran mercado maduro de Deoleo. En el país transalpino, a la escasez de aceite se unió el problema adicional de la bacteria que dejó los olivos para el arranque en determinadas zonas del país.

En Italia, las marcas blancas también están subiendo, con una cuota de mercado cercana al 25%, mientras que las de la multinacional española registraron un retroceso de casi el 3%.

Los estadounidenses siguen comprando, aunque sea caro

Estados Unidos salvaba la tendencia en la erosión de márgenes también, que se acentuó en otros mercados debido a los altos precios de transferencia, nota negativa que se unía a la mala situación económica que atraviesan países como Brasil o Rusia, con sus importaciones en franco retroceso.

No obstante, en el mercado exterior siguen saliendo los números «porque Estados Unidos sigue tirando con fuerza». Un país en el que, a pesar del impacto de la materia primas y de la apreciación del euro frente al dólar, el volumen sigue creciendo, por encima del 20% debido a que los estadounidenses siguen comprando aceite de oliva aunque suban los precios.

De cara al futuro, en Deoleo están viendo con cierta preocupación cómo está empezando a crecer la producción de aceite en el mundo.

«Tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio, existen países situados en el mismo paralelo que España, con condiciones climatológicas similares que favorecen la plantación de olivos», explican desde la aceitera para referirse a casos como los de Chile, Argentina o Australia.

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