7 platos que tienes que probar cuando viajes a Zamora
Esta región de Castilla y León cuenta con pequeños tesoros gastronómicos como el queso y el chorizo zamorano, las setas y otros ingredientes que dan un toque diferente a su cocina

Los quesos de oveja son uno de los grandes atractivos de la gastronomía de Zamora. Foto Quesería La Antigua de Fuentesaúco – Flickr
La larga tradición agroganadera de Zamora convierte a esta provincia de Castilla y León en un importante destino gastronómico, tanto por sus contundentes platos de toda la vida como por las rutas en torno a las DO vinícolas.
La raíz de este patrimonio está en un puñado de alimentos que tienen a Zamora como centro de producción con características que los hace únicos.
Si no, basta probar la calidad de platos típicos como el arroz a la zamorana, el bacalao a la tranca o la trucha a la sanabresa (con la opción de cambiar el pescado por un pulpo).
Algunas preparaciones tienen una fama que han encumbrado a sus orígenes, como los habones de Sanabria, el jabalí al tinto de Toro, los pichones de Tierra de Campos, la tarta del Císter o las cañas a la zamorana.
Vamos a conocer algunos de los productos que nadie puede dejar de probar en cada visita a los pueblos y granjas de Zamora.
Queso zamorano
Uno de los reyes de la gastronomía regional. La DOP Queso Zamorano regula el trabajo de unos 90 productores que elaboran medio millón de kilos de leche de oveja, alimentadas con pastos y cereales en las extensas zonas llanas.
El queso zamorano suele tener forma cilíndrica con sus caras planas; son de 14 cm de alto por 24 de diámetro y con un peso de unos 4 kg.
Es un producto madurado y graso, de sabor intenso, mantecoso y persistente en el paladar, y con un divertido toque picante.
El queso zamorano es uno de los reyes de la gastronomía regional, producido con leche de oveja alimentadas con pastos y cereales
De pasta firme y compacta, con unos pequeños ojos, suele madurar un mínimo de 100 días, aunque es recomendado probar aquellos que han tenido entre seis y ocho días para lograr el toque de sazón ideal.
Harina tradicional
Si ha probado el pan de Zamora y lo percibe con un sabor diferente pero exquisito, típico del pan artesano, la causa reside en la harina tradicional.
Esta provincia llegó a tener más de 1.000 molinos de agua, que generó la tradición de un ‘pan de pueblo’ que por suerte se ha recuperado.
Elaborada con los trigos Triticum aestivum y Triticum durum -de los que un 10% tienen que haber pasado por molinos de piedra-, esta harina logra un pan de miga más consistente y sabrosa.
Chorizo zamorano
Este embutido es uno de los más famosos de Castilla y León, y su epicentro se encuentra en las comarcas de Alfoz de Toro, Aliste, Sanabria, Sayago y Tábara, entre otras.
Elaborado con magros de porcinos de granjas zamoranas, suelen tener un sabor dulce y picante, y se comercializa en presentaciones de 250 a 1.000 gramos con las formas de sarta, vela, ristra (o atado) y cular.
Tiene un aroma a curado, con leves notas a moho y pimentón en el exterior, y al corte desprende un toque de ajo y orégano; y su sabor es equilibrado, ligeramente picante en algunos casos.
Las excelentes pasturas de Zamora permiten criar terneras y corderos que producen una carne una excelente calidad
Ternera de Aliste
En Sanabria y Sayago, pero sobre todo en Aliste, se crían terneras que ofrecen una excelente carne para la cocina zamorana.
Los ejemplares son de las razas alistana-sanabresa, sayaguesa, parda alpina, fleckvieh, charolesa y limusina.
Hay tres tipos de carnes: las de ternera lechal, las de ternera pastera y las de ternera autóctona (de las razas de la zona).
Alimentadas en tierras ricas en pastizales, estos animales proveen una carne de sabor delicado, con una textura jugosa y tierna, que presenta un color rosado que es uno de sus sellos de distinción.
El chuletón alistano es uno de los platos ideales para descubrirla, aunque también se encuentran el rabo de ternera, el entrecot o el ragout.
Lechazo
El lechazo con DOP Castilla y León se elabora con ovejas de razas autóctonas como churra, castellana y ojalada, que son criadas en grandes extensiones de Zamora.
El nombre proviene porque son animales que solo se han alimentado de leche materna, lo que resulta una carne sumamente tierna, casi sin infiltración de grasa muscular, muy jugosa y suave.
El lechazo al horno con patatas es uno de los platos típicos de las fiestas navideñas, pero no hace falta esperar a diciembre para probar ese manjar en las tabernas y restaurantes del territorio.
Pimiento de Fresno-Benavente
El río Esla provee las aguas para que sus huertas elaboren un riquísimo pimiento que comparte la DOP con su vecina León, que es el de Fresno-Benavente.
55 municipios del norte zamorano se abocan a cultivar esta solanácea de tamaño grande, que suele pesar unos 300 gr.
El pimiento de Fresno-Benavente tiene una gran versatilidad gastronómica como guarnición de carnes, pescados o como ingredientes de guisos y arroces
Muy jugoso en el paladar, tiene un dulzor medio, algo amargo pero nada picante. Tiene excelentes propiedades para el organismo, y se lo suele usar como guarnición de carnes y pescados, como ingredientes de arroces y guisos, así como en lasañas o tortillas.
Garbanzo de Fuentesaúco
En 21 municipios al sureste de Zamora, en la comarca de la Guareña, se produce un tipo de garbanzo que, como indica su nombre, tiene al pueblo de Fuentesaúco como su baluarte.
Al cocinarse presenta un albumen mantecoso y poco granuloso, con una piel muy blanda.
En la variada gastronomía regional se lo suele usar para potentes cocidos o como acompañamiento de salteado de cigalas, canelón de patatas o calamar relleno; así como salpicones, salteados y cremas.