El presidente de Transhotel reaparece para tranquilizar al sector

Anselmo De la Cruz rompe su ostracismo en la compañía y pide la confianza de trabajadores y acreedores. La cara visible del grupo en la última época había sido su hermano Julio, consejero delegado

Anselmo de la Cruz, presidente y pincipal accionista de grupo Transhotel, ha dado la cara. El directivo ha pedido en un comunicado que se confíe en su gestión para superar la situación de preconcurso de acreedores. La firma presentó la petición en los juzgados a principios de esta semana al no aguantar la presión de los acreedores.

El presidente se había apartado de la primera línea del grupo en los últimos años. Su hermano Julio, consejero delegado y también accionista, era el que se encargaba de dar la cara sobre los asuntos de la firma. De hecho, cuando se anunciaron las fallidas ventas de la firma, primero con Springwater y luego a Hotusa, se especuló con la salida del propio Anselmo. Fuentes cercanas a la dirección indican que el presidente estaba más centrado en la gestión de la cadena hotelera del grupo, Hoteles Kris, que en los sistemas de intermediación.

«En estos momentos, nuestro objetivo primordial y absoluto es asegurar la viabilidad del negocio, minimizar al máximo el impacto de estos hechos en la industria y garantizar los derechos de los empleados, clientes, viajeros y proveedores de productos turísticos que guarden relación con nosotros y nuestra actividad», ha explicado en la misiva. Transhotel tiene ahora tres meses para alcanzar un acuerdo con sus acreedores.

Fuentes del mercado indican que la deuda asciende a 50 millones de euros, de los que 30 corresponden a proveedores y el resto a bancos. «Las entidades financieras no han presionado. Son los proveedores», han explicado. De la Cruz ha informado que Transhotel ya ha iniciado las conversaciones para establecer un nuevo calendario de pagos.

La decisión del grupo se produce después de que las negociaciones para la venta de la compañía a Hotusa hayan fracasado. El grupo de Amancio López pretendía adquirir el 60% de la firma, por lo que inyectaría liquidez a su maltrecha tesorería. No obstante, el empresario gallego no lo vio claro.

Anteriormente, el fondo Springwater también estuvo interesado en adquirir a la firma con sede en San Sebastián de los Reyes (Madrid) y que emplea a unos 600 trabajadores. Esta transacción también fracasó.

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